Director: James Foley (2003)
Guión: Doug Jung
Actores: Edward Burns, Dustin Hoffman, Rachel Weisz, Andy García, Paul Giamatti, Donal Logue, Luis Guzman, Brian Van Holt, Morris Chestnut
Hay una larga tradición de buen cine sobre timadores. Autores con tanto renombre como George Roy Hilll , Stephen Frears o Robert Altman nos han hablado en más de una ocasión sobre ellos. Incluso dentro de nuestro cine hay algún clásico sobre este subgénero como Los Ladrones Somos Gente Honrada o la memorable Los Tramposos. Confindence nunca tendrá un lugar destacado dentro de este tipo de cine, porque no lo merece, pero sirve de buen ejemplo como cinta entretenida sobre truhanes y embaucadores.
James Foley, ese director que tanto prometía en sus inicios y que poco de calidad dio cuando ya tenía una considerable filmografía a sus espaldas, pero que siempre será uno de mis protegidos por haber dirigido un episodio de Twin Peaks, rueda con oficio este relato sobre un grupo de timadores que quieren dársela a base de bien a un capo de la mafia que ha mandado asesinar a uno de los miembros del equipo por una deuda sin saldar.
El guión de Doug Jung se sigue con interés, está bien construido, tiene ritmo y nos depara alguna sorpresa agradable hacia el final del metraje. Sus diálogos son ágiles, las voz en off es utilmente complementaria y la construcción narrativa sólida. Es cierto que no inventa nada y que la historia hasta cierto punto es previsible, pero con los tiempos que corren un trabajo de escritura como este no es una nadería sin importancia y tal cosa es muy de agradecer.
El reparto en general está muy correcto. Edward Burns es la inexpresividad hecho hombre, no me explico como una persona que está gritando como un poseso no cambia ni una sola de las facciones de su rostro, pero el tío da el pego como canalla elegante y se le perdona. Rachel Weisz está resuelta y buena a reventar. Andy Garcia con barriga sombrero y barba, de modo que a mí me tiene ganado desde el principio. Paul Giamatti siempre será mi héroe porque no comprendo como un actor puede ser tan bueno teniendo una voz tan jodidamente horrible. Pero si hay que destacar a alguien y eso que está a medio gas y en horas bajas, es a Dustin Hoffman como King el extrañísimo y carismático mafioso que es más entrañable que intimidante, a pesar de tener unas salidas violentas memorables.
Confidence es una película meritoria, que debe mucho a gente como David Mamet o Sidney Lumet, pero que deja buen sabor de boca y una sonrisa en la cara del espectador. Ese es el resultado de la armónica combinación de un director resuelto, un guión trabajado y un reparto cohesionado. Cine para pasar el rato, que no es poco, por mucho que digan algunos.
James Foley, ese director que tanto prometía en sus inicios y que poco de calidad dio cuando ya tenía una considerable filmografía a sus espaldas, pero que siempre será uno de mis protegidos por haber dirigido un episodio de Twin Peaks, rueda con oficio este relato sobre un grupo de timadores que quieren dársela a base de bien a un capo de la mafia que ha mandado asesinar a uno de los miembros del equipo por una deuda sin saldar.
El guión de Doug Jung se sigue con interés, está bien construido, tiene ritmo y nos depara alguna sorpresa agradable hacia el final del metraje. Sus diálogos son ágiles, las voz en off es utilmente complementaria y la construcción narrativa sólida. Es cierto que no inventa nada y que la historia hasta cierto punto es previsible, pero con los tiempos que corren un trabajo de escritura como este no es una nadería sin importancia y tal cosa es muy de agradecer.
El reparto en general está muy correcto. Edward Burns es la inexpresividad hecho hombre, no me explico como una persona que está gritando como un poseso no cambia ni una sola de las facciones de su rostro, pero el tío da el pego como canalla elegante y se le perdona. Rachel Weisz está resuelta y buena a reventar. Andy Garcia con barriga sombrero y barba, de modo que a mí me tiene ganado desde el principio. Paul Giamatti siempre será mi héroe porque no comprendo como un actor puede ser tan bueno teniendo una voz tan jodidamente horrible. Pero si hay que destacar a alguien y eso que está a medio gas y en horas bajas, es a Dustin Hoffman como King el extrañísimo y carismático mafioso que es más entrañable que intimidante, a pesar de tener unas salidas violentas memorables.
Confidence es una película meritoria, que debe mucho a gente como David Mamet o Sidney Lumet, pero que deja buen sabor de boca y una sonrisa en la cara del espectador. Ese es el resultado de la armónica combinación de un director resuelto, un guión trabajado y un reparto cohesionado. Cine para pasar el rato, que no es poco, por mucho que digan algunos.
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