Título Original: Hearthbreak Ridge (1986)
Director: Clint Eatwood
Guión: James Carabatsos
Actores: Clint Eastwood, Marsha Mason, Everett McGill, Bo Svenson, Mario Van Peebles, Moses Gunn, Tom Villard
Entre obras maestras como El Jinete Pálido o Bird, en los 80 Eastwood de vez en cuando también nos regalaba algún producto alimenticio. Eran siempre entretenidos y agradables de visionar pero a veces ridículos, como esa Firefox que no había por donde cogerla. El Sargento de Hierro es indudablemente una obra menor dentro de la filmografía del director de Cazador Blanco, Corazón Negro, pero se muestra como una sólida cinta dentro del cine bélico de aquella década, que era de muy alto nivel.
Hearthbreak Ridge es una chulesca, bien realizada y muy viril cinta de adiestramiento militar que recueda a autores como Don Siegel o Samuel Fuller. Es más, el inolvidable sargento Thomas Highway al que da vida de manera soberbia Eastwood y que sería el mejor de la historia del cine si no existiera el sargento de artillería Hartman que bordó como nunca R. Lee. Ermey en La Chaqueta Metálica, parece el protagonista de una cinta dirigida por John Ford o Howard Hawks totalmente desúbicado en la actualidad (tema recurrente en la filmografía como director del autor de Mystic River y que encontró su culmen en la inmensa Gran Torino) mostrándose como un alumno de la vieja escuela que se pasa por el forro las órdenes de sus superiores y que se ve rodeado por un pelotón de niñatos malcriados que nunca llegarán a ser verdaderos marines.
Eastwood rueda con oficio, aunque el efectivo guión de James Carabatsos hace la mitad del trabajo, una cinta de ambiente castrense, ligera, que no se mete en terrenos fanganosos como el antibelicista o el del patriotismo recalcitrante. El director de Banderas de Nuestros Padres sólo nos regala una cinta entre cómica y derrotista sobre un hombre que entiende que el adiestramiento militar contemporaneo es una mariconada y que debe utilizar una recurrente mano dura para poner a sus soldados en vereda, lo que le granjea mala fama entre estos y la aversión de los altos mandos.
A pesar de la clara influencia de autores clásicos como los que he mencionado antes, El Sargento de Hierro realmente es una muestra de cine de la época Reagan pero con inteligencia. Como es lógico la cinta no es tan relevanta como otras obras bélicas de la década de los 80, como la ya mencionada cinta de Stanley Kubrick o Platoon de Oliver Stone, pero el tiempo la ha tratado bien. Su mezcla de comedia (grande Mario Van Peebles) y drama está bien ensamblada en la trama, su dirección es muy correcta y el guión bastante consistente. Una obra menor sí, pero del todo acertada, además, la escena del combate con el sueco es una de las secuencias más genialmente masculinas y bacilonas de la carrera de Clint Eatwood y de mi infancia como espectador.
Hearthbreak Ridge es una chulesca, bien realizada y muy viril cinta de adiestramiento militar que recueda a autores como Don Siegel o Samuel Fuller. Es más, el inolvidable sargento Thomas Highway al que da vida de manera soberbia Eastwood y que sería el mejor de la historia del cine si no existiera el sargento de artillería Hartman que bordó como nunca R. Lee. Ermey en La Chaqueta Metálica, parece el protagonista de una cinta dirigida por John Ford o Howard Hawks totalmente desúbicado en la actualidad (tema recurrente en la filmografía como director del autor de Mystic River y que encontró su culmen en la inmensa Gran Torino) mostrándose como un alumno de la vieja escuela que se pasa por el forro las órdenes de sus superiores y que se ve rodeado por un pelotón de niñatos malcriados que nunca llegarán a ser verdaderos marines.
Eastwood rueda con oficio, aunque el efectivo guión de James Carabatsos hace la mitad del trabajo, una cinta de ambiente castrense, ligera, que no se mete en terrenos fanganosos como el antibelicista o el del patriotismo recalcitrante. El director de Banderas de Nuestros Padres sólo nos regala una cinta entre cómica y derrotista sobre un hombre que entiende que el adiestramiento militar contemporaneo es una mariconada y que debe utilizar una recurrente mano dura para poner a sus soldados en vereda, lo que le granjea mala fama entre estos y la aversión de los altos mandos.
A pesar de la clara influencia de autores clásicos como los que he mencionado antes, El Sargento de Hierro realmente es una muestra de cine de la época Reagan pero con inteligencia. Como es lógico la cinta no es tan relevanta como otras obras bélicas de la década de los 80, como la ya mencionada cinta de Stanley Kubrick o Platoon de Oliver Stone, pero el tiempo la ha tratado bien. Su mezcla de comedia (grande Mario Van Peebles) y drama está bien ensamblada en la trama, su dirección es muy correcta y el guión bastante consistente. Una obra menor sí, pero del todo acertada, además, la escena del combate con el sueco es una de las secuencias más genialmente masculinas y bacilonas de la carrera de Clint Eatwood y de mi infancia como espectador.
Pues, qué quiere que le diga; al margen de algunoss buenos momentos y escenas y, en general, una corrección en toda la cinta, El sargento de hierro es insoportable a ratos por su reparto de secundarios graciones, incluido un Van Peebles que está para lanzarle por un acantilado, bajar a recogerle y volverle a lanzar.
ResponderEliminarJa, ja, ja a mí Van Peebles me hace gracia pero pecisamente por lo insoportable que es y las miradas que le lanza Highway perdonándole la vida son históricas.
ResponderEliminarLos secundarios son carnaza para que Eastwood se luzca, no lo dude.
Adoro esta pelicula!!!!me se los dialogos de memoria
ResponderEliminar"Entonces lo mejor será que te tumbes sobre esa mesa y te de por culo, así podrás ir con una sonrisa a tu casa diciendo que acabas de cepillarte a un tio cojonudo"
"Como os estaba diciendo, la vida tal y como la habéis conocido ha terminado, así que más vale que os vayáis esta noche al pueblo a reíros y a hacer el gilipollas, o a restregar vuestras pichitas contra vuestras novias, o a meterla en cualquier agujero, pero sea lo que sea hacedlo porque mañana a las seis en punto de la mañana vuestros culos serán míos."
He dicho ya que me encanta?