Título Original: Over the Top (1987)
Director: Menahem Golan
Guión: Stirling Siliphant y Sylvester Stallone
Actores: Sylvester Stallone, Robert Loggia, Susan Blakely, Rick Zumwalt, David Mendenhall, Chris McCarthy
Corrían los años 80 y mis primos y un servidor recibíamos con regocijo cada nuevo estreno protagonizado por el actor, director, productor y guionista Sylvester Stallone alquilado po mi padre o mi tío en los videoclubs. Pero sería una humilde cinta alejada de sus dos sagas principales, Rocky y Rambo, la que nos enamorara y marcará profundamente por lo atípico de su planteamiento. Junto a Cobra: El Brazo Fuerte de la Ley, Yo, El Halcón (Over the Top, en su título original) supondría la única colaboración del italoamericano con la Cannon Films de Yoram Globus y Menahem Golan, este último encargándose en esta ocasión de la dirección.
Una vez más el director de John Rambo daba vida al típico hombre duro de gran corazón y poco cerebro, un bruto de manual que dice con golpes lo que no sabe expresar por medio de palabras. Pero la novedad y lo inusual del argumento es que aquí no hay una venganza por una esposa muerta, un policía de metodos expeditivos o un veterano de la guerra pasado de rosca, por no haber no hay ni un sólo disparo. Aquí el protagonista es un camionero de mala muerte que tiene la feliz idea de recuperar el cariño de su hijo perdido convirtiéndose en el campeón un torneo mundial de pulso en Las Vegas, con dos cojones y un palito.
Stallone es el de siempre. Aquí luce brazo musculado, gorra, aceite corporal y aire bonachón. Su hijo, una especie de Joselito con ínfulas de militar recalcitrante finalmente se gana al espectador porque no resulta ser tan repulsivo como pareciera en los primeros minutos de metraje. La relación entre ambos es superflua y llena de almíbar, pero en los 80 éramos inocentes y cándidos. Todos queríamos un padre como Lincoln Hawk que nos dejara conducir su camión y nos enseñara a echar pulsos. Robert Loggia está por ahí también, pero no abunda su presencia porque con dos gestos faciales se come al resto del reparto por los pies y esta película es de tíos fuertes sudorosos, no de buenos actores, faltaría más.
Aún puedo ver la imagen de mis dos primos y un servidor poniéndonos la gorra hacia atrás, apretando nuestros brazos con saña y enfadándonos si perdíamos acusándonos de tramposos. Mi primo pequeño quiso llevar más allá su devoción por el personaje del film que nos ocupa y con poco más de seis años arrancó la furgoneta de mi tío y casi se mata con ella, pero esa es otra historia. Over the Top es un delicioso entretenimiento con música ochentera, sentimentalismo de andar por casa y testosterona para todos los públicos. Es una mala película cutremente escrita y dirigida con efectismo, pero sólo por los recuerdos que me despierta y sus nulas pretensiones merece un lugar de honor en mi filmoteca.
Una vez más el director de John Rambo daba vida al típico hombre duro de gran corazón y poco cerebro, un bruto de manual que dice con golpes lo que no sabe expresar por medio de palabras. Pero la novedad y lo inusual del argumento es que aquí no hay una venganza por una esposa muerta, un policía de metodos expeditivos o un veterano de la guerra pasado de rosca, por no haber no hay ni un sólo disparo. Aquí el protagonista es un camionero de mala muerte que tiene la feliz idea de recuperar el cariño de su hijo perdido convirtiéndose en el campeón un torneo mundial de pulso en Las Vegas, con dos cojones y un palito.
Stallone es el de siempre. Aquí luce brazo musculado, gorra, aceite corporal y aire bonachón. Su hijo, una especie de Joselito con ínfulas de militar recalcitrante finalmente se gana al espectador porque no resulta ser tan repulsivo como pareciera en los primeros minutos de metraje. La relación entre ambos es superflua y llena de almíbar, pero en los 80 éramos inocentes y cándidos. Todos queríamos un padre como Lincoln Hawk que nos dejara conducir su camión y nos enseñara a echar pulsos. Robert Loggia está por ahí también, pero no abunda su presencia porque con dos gestos faciales se come al resto del reparto por los pies y esta película es de tíos fuertes sudorosos, no de buenos actores, faltaría más.
Aún puedo ver la imagen de mis dos primos y un servidor poniéndonos la gorra hacia atrás, apretando nuestros brazos con saña y enfadándonos si perdíamos acusándonos de tramposos. Mi primo pequeño quiso llevar más allá su devoción por el personaje del film que nos ocupa y con poco más de seis años arrancó la furgoneta de mi tío y casi se mata con ella, pero esa es otra historia. Over the Top es un delicioso entretenimiento con música ochentera, sentimentalismo de andar por casa y testosterona para todos los públicos. Es una mala película cutremente escrita y dirigida con efectismo, pero sólo por los recuerdos que me despierta y sus nulas pretensiones merece un lugar de honor en mi filmoteca.
Al final la viste^^,me quede con ganas de comprarmela U_U,que recuerdos mas majos me trae esa peli y el que mi padre sea camionero ayuda a que me guste^^
ResponderEliminarPero fijo que tú le ganas a un pulso.
ResponderEliminarRecuerdo que la ví de crío y me encantó. En la misma sesión de cine cayó La Biblia en Pasta, pero de esta no guardo recuerdo, ni bueno ni malo.
ResponderEliminarJoder, yo vi La Biblia en Pasta hace siglos, era en la que Abel era bujarra y Caín lo mataba por eso, si mal no recuerdo, Manolo Summers en horas bajas.
ResponderEliminarPuede ser, pero ya te digo que no recuerdo nada de la película y por lo que he oído después, ni falta que hace.
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