Director: Jesús Franco (1970)
Guión: Michael Haller y Harry Alan Towers
Actores: Christopher Lee, Maria Schell, Margaret Lee, Maria Rhom, Dennis Price, Diana Lorys
Jesús Franco, es uno de los directores más prolíficos y malditos de nuestro país. Un señor que se inició en el cine de terror en España cuando nadie se atrevía a tocar dicho género, que rompió barreras idiomáticas y se hizo con un nombre fuera de nuestras fronteras, realizando incursiones tanto en comedia, como en el erotismo y hasta el porno hard en la década los 80 cuando su producción anual de films era desproporcionada.
Jesús Franco es un director mediocre, en ocasiones bastante malo, pero su descaro, su seguridad en sí mismo y su audacia como autor lo encumbran entre los más grandes del cine de género europeo. Por eso al espectador no le queda más remedio que esbozar una sonrisa cuando el firme e inolvidable tono grave en off de José Martínez Blanco (una de las mejores voces que ha dado el doblaje español) asegura que los hechos relatados en el film que nos ocupa están rigurosamente demostrados como reales.
Curiosamente la dirección de Jesús Franco en El Proceso de las Brujas es bastante más resuelta de lo habitual si la comparamos con la de otros de sus films posteriores. Puede que en ello influya la humilde pero aceptable ambientación de la cinta y el presupuesto más o menos considerable de la producción. Incluso las escenas de batallas están, hasta cierto punto, correctamente facturadas. Lo que no quita que disfrutemos de alguna escena cutre al más puro estilo franquista como esa en la que durante el jucio hay varias tomas de Christopher Lee con la camára hacia atrás.
La película narra la historia George Jeffreys, un sanguinario juez al servicio del rey Jacobo II que mandó ejecutar a cientos de personas durante su mandato entre 1683 y 1689, año en el que murió por una complicación de la afección renal que había sufrido durante toda su vida y que según muchos historiadores era uno de los motivos de su caracter violento e iracundo.
A Lord Jeffreys le pone rostro el inmenso Christopher Lee, actor británico de porte señorial y magnetismo animal que se hizo famoso encarnando al conde Drácula en las inolvidables producciones de la Hammer Films e intérprete habitual de Jesús Franco en la década de los 70. De los secundarios destacar como siempre lo que ha sido marca de la casa Franco desde sus inicios, mujeres sensualmente voluptuosas, como una de las actrices fetiche del realizador María Rhom o Margaret Lee.
Jesús Franco es una institución dentro del cine español, un señor que hacía que los presupuestos insultantemente económicos de Roger Corman parecieran superproducciones al lado de los suyos. Le debemos muchas horas de fruición, erotismo, risas, sustos y entrañable cine mal hecho a esta gran hombre que no está pasando por un buen momento de salud a día de hoy. Larga vida al tío Jess y sus huestes.
Jesús Franco es un director mediocre, en ocasiones bastante malo, pero su descaro, su seguridad en sí mismo y su audacia como autor lo encumbran entre los más grandes del cine de género europeo. Por eso al espectador no le queda más remedio que esbozar una sonrisa cuando el firme e inolvidable tono grave en off de José Martínez Blanco (una de las mejores voces que ha dado el doblaje español) asegura que los hechos relatados en el film que nos ocupa están rigurosamente demostrados como reales.
Curiosamente la dirección de Jesús Franco en El Proceso de las Brujas es bastante más resuelta de lo habitual si la comparamos con la de otros de sus films posteriores. Puede que en ello influya la humilde pero aceptable ambientación de la cinta y el presupuesto más o menos considerable de la producción. Incluso las escenas de batallas están, hasta cierto punto, correctamente facturadas. Lo que no quita que disfrutemos de alguna escena cutre al más puro estilo franquista como esa en la que durante el jucio hay varias tomas de Christopher Lee con la camára hacia atrás.
La película narra la historia George Jeffreys, un sanguinario juez al servicio del rey Jacobo II que mandó ejecutar a cientos de personas durante su mandato entre 1683 y 1689, año en el que murió por una complicación de la afección renal que había sufrido durante toda su vida y que según muchos historiadores era uno de los motivos de su caracter violento e iracundo.
A Lord Jeffreys le pone rostro el inmenso Christopher Lee, actor británico de porte señorial y magnetismo animal que se hizo famoso encarnando al conde Drácula en las inolvidables producciones de la Hammer Films e intérprete habitual de Jesús Franco en la década de los 70. De los secundarios destacar como siempre lo que ha sido marca de la casa Franco desde sus inicios, mujeres sensualmente voluptuosas, como una de las actrices fetiche del realizador María Rhom o Margaret Lee.
Jesús Franco es una institución dentro del cine español, un señor que hacía que los presupuestos insultantemente económicos de Roger Corman parecieran superproducciones al lado de los suyos. Le debemos muchas horas de fruición, erotismo, risas, sustos y entrañable cine mal hecho a esta gran hombre que no está pasando por un buen momento de salud a día de hoy. Larga vida al tío Jess y sus huestes.
¿Por qué Lee se prestaba a hacer estas películas de serie B?No creo que cobrara mucho, quizá por su encasillamiento en personajes del género de terror, ¿no?
ResponderEliminarSeguramente, pero también porque eran trabajos rápidos que no requerían mucho tiempo de rodaje, también es cierto que Lee con Franco siempre trabaja muy a gusto por eso colaboraró en tantas producciones con él.
ResponderEliminar