Título Original: Lock & Stock, and Two Smoking Barrels (1998)
Director: Guy Ritchie
Guión: Guy Ritchie
Actores: Nick Moran, Jason Flemyng, Jason Statham, Dexter Fletcher, Steven MacKintosh, Frank Harper, Lenny McLean, Vinnie Jones, Sting, P.H. Moriarty
Trailer
No fue ningún camino de rosas la gestación de la ópera prima del británico Guy Ritchie, Lock & Stock, and Two Smoking Barrels. La obra comenzó a dar problemas cuando tan sólo era un guión lioso y lleno de faltas ortográficas que pasaba de productora en productora negándose todas ellas a fincanciarlo y llevarlo a imágenes. Con una pre producción de más de una año, actores que se implicaron en el proyecto para más tarde dar marcha atrás, un presupuesto que en principio era bastante considerable y que finalmente se quedó en el justo para una cinta independiente y demás desventuras dieron muchos problemas para llevar a buen puerto el rodaje del largometraje.
Cuando por fin se encontró financiación, un reparto acorde aunque de semidesconocidos y el mismo Ritchie se implicó a la hora de llevar él como director el que era su guión a la pantalla grande, llegó el estreno y el éxito desorbitado en el Reino Unido. La película reventó la taquilla, agradó mucho a la crítica, puso de moda su reparto, su estética, la banda sonora, dio pie a una breve serie de televisión y situó en la palestra a Ritchie, un tipo salido de la nada que tocó el cielo con su primer largometraje como guionista y director. En Estados Unidos el éxito no fue tan bestial, pero gracias al respaldo de Tom Cruise (amigo de la productora principal del film) la cinta se hizo un nombre, recaudó cierto dinero y agradó a la prensa especializada al otro lado del charco.
Lock & Stock es cine de mafiosos sobre el submundo del hampa con genuino sabor inglés. Pero también es una reformulación en tono de comedia de discursos de autores como Martin Scorsese o Quentin Tarantino. Guy Ritchie sigue la estela generacional de productos como Trainspotting de Danny Boyle, pero en un tono mucho más ligero, apelando a la broma continua y los personajes entrañablemente canallas, pero rara vez odiosos. Ni siquiera se regodea en la violencia o la muestra de manera explícita, ya que al director de Revolver lo que realmente le interesa es el ritual, la parafernalia que antecede y prepara esa violencia y los resultados humorísticos consecuentes de su aplicación.
Guy Ritchie se crió en los bajos fondos londinenses, estuvo metido en todo tipo de chanchullos en su juventud y los conoce perfectamente. De ahí que les guarde especial cariño a sus criaturas y rara vez los sancione o juzgue severamente, como mucho les da una pequeña reprimenda, como en la conclusión de la obra que nos ocupa. En parte es lógico, porque el tipo sabe escribir con mucho estilo personajes, que si bien no escapan del cliché y el maniqueísmo (siguen siendo estereotipos), sí destilan el suficiente carisma como para empatizar con el espectador.
En Lock & Stock hay un excelente reparto en el que sobresalen Jason Statham que debutaba como actor, el ex futbolista Vinnie Jones, por aquel entonces recién salido del trullo, que tuvo en parte acojonado a todo el equipo técnico (mítica la escena de la puerta del coche), Vas Blackwood inmenso como Rory Breaker. Dexter Fletcher, Nick Moran y Jason Flemyng dando el tono moderadamente serio a la trama o el fallecido Lenny McLean como Barry "the Baptist". La estética y los trajes de los protagonistas crearon tendencia entre diseñadores de moda que copiaron su manera de vestir y estilo en desfiles y programas de televisión.
Con Lock & Stock Guy Ritchie puso en escena su estilo de dirección. Color sepia en la fotografía, distintos tipos de trucajes, ralenticaciones o aceleración de imagen dependiendo la escena, movimientos compulsivos de cámara. Es indudable que su visión es deudora de la publicidad y el mundo del videoclip, pero el tipo sabe cuando debe insertar efectismos en las escenas y el montaje y no se excede con ello (la cosa cambiaría con la posterior y aún genial Snatch, donde abusaría un poco más de este tipo de realización), Lo cierto es que su trabajo detrás de la cámara es acorde con la clase de historia que narra, divertida, ligera y superficial.
Lock & Stock es una de las películas más taquilleras de Inglaterra, supuso un sleeper que pocos se esperaban, a día de hoy no ha perdido empaque y sigue siendo jodidamente divertida. Guy Ritchie optó por repetir esta fórmula en obras como Snatch o Rockanrolla, a hacer experimentos con menos éxito (Revolver), a estrellarse al ponerse al servicio de su por aquel entonces esposa (hoy ex marido) con Swept Away o dar su visión sobre Skerlock Holmes inspirada en el cómic de Lionel Wigram. A mí me gusta más su veriente gamberra, barriobajera y modesta, la que nos ocupa y de la que seguiré hablando comentando en un futuro el resto de su filmografía.
Cuando por fin se encontró financiación, un reparto acorde aunque de semidesconocidos y el mismo Ritchie se implicó a la hora de llevar él como director el que era su guión a la pantalla grande, llegó el estreno y el éxito desorbitado en el Reino Unido. La película reventó la taquilla, agradó mucho a la crítica, puso de moda su reparto, su estética, la banda sonora, dio pie a una breve serie de televisión y situó en la palestra a Ritchie, un tipo salido de la nada que tocó el cielo con su primer largometraje como guionista y director. En Estados Unidos el éxito no fue tan bestial, pero gracias al respaldo de Tom Cruise (amigo de la productora principal del film) la cinta se hizo un nombre, recaudó cierto dinero y agradó a la prensa especializada al otro lado del charco.
Lock & Stock es cine de mafiosos sobre el submundo del hampa con genuino sabor inglés. Pero también es una reformulación en tono de comedia de discursos de autores como Martin Scorsese o Quentin Tarantino. Guy Ritchie sigue la estela generacional de productos como Trainspotting de Danny Boyle, pero en un tono mucho más ligero, apelando a la broma continua y los personajes entrañablemente canallas, pero rara vez odiosos. Ni siquiera se regodea en la violencia o la muestra de manera explícita, ya que al director de Revolver lo que realmente le interesa es el ritual, la parafernalia que antecede y prepara esa violencia y los resultados humorísticos consecuentes de su aplicación.
Guy Ritchie se crió en los bajos fondos londinenses, estuvo metido en todo tipo de chanchullos en su juventud y los conoce perfectamente. De ahí que les guarde especial cariño a sus criaturas y rara vez los sancione o juzgue severamente, como mucho les da una pequeña reprimenda, como en la conclusión de la obra que nos ocupa. En parte es lógico, porque el tipo sabe escribir con mucho estilo personajes, que si bien no escapan del cliché y el maniqueísmo (siguen siendo estereotipos), sí destilan el suficiente carisma como para empatizar con el espectador.
En Lock & Stock hay un excelente reparto en el que sobresalen Jason Statham que debutaba como actor, el ex futbolista Vinnie Jones, por aquel entonces recién salido del trullo, que tuvo en parte acojonado a todo el equipo técnico (mítica la escena de la puerta del coche), Vas Blackwood inmenso como Rory Breaker. Dexter Fletcher, Nick Moran y Jason Flemyng dando el tono moderadamente serio a la trama o el fallecido Lenny McLean como Barry "the Baptist". La estética y los trajes de los protagonistas crearon tendencia entre diseñadores de moda que copiaron su manera de vestir y estilo en desfiles y programas de televisión.
Con Lock & Stock Guy Ritchie puso en escena su estilo de dirección. Color sepia en la fotografía, distintos tipos de trucajes, ralenticaciones o aceleración de imagen dependiendo la escena, movimientos compulsivos de cámara. Es indudable que su visión es deudora de la publicidad y el mundo del videoclip, pero el tipo sabe cuando debe insertar efectismos en las escenas y el montaje y no se excede con ello (la cosa cambiaría con la posterior y aún genial Snatch, donde abusaría un poco más de este tipo de realización), Lo cierto es que su trabajo detrás de la cámara es acorde con la clase de historia que narra, divertida, ligera y superficial.
Lock & Stock es una de las películas más taquilleras de Inglaterra, supuso un sleeper que pocos se esperaban, a día de hoy no ha perdido empaque y sigue siendo jodidamente divertida. Guy Ritchie optó por repetir esta fórmula en obras como Snatch o Rockanrolla, a hacer experimentos con menos éxito (Revolver), a estrellarse al ponerse al servicio de su por aquel entonces esposa (hoy ex marido) con Swept Away o dar su visión sobre Skerlock Holmes inspirada en el cómic de Lionel Wigram. A mí me gusta más su veriente gamberra, barriobajera y modesta, la que nos ocupa y de la que seguiré hablando comentando en un futuro el resto de su filmografía.
La primera película de Guy Ritchie es la mejor, por lo menos para mí, ahora bien, también me gustan mucho todas las demás, excepto la de Madonna, que por supuesto no cuenta. Pero Revolver me gusta y mucho, RocknRolla me encanta como actualización de Lock y Stock, ademas de tener al Sr. Trescientos y a Mark Strong (que también fue ''El Clasificador'' en Revolver) por ahí haciendo el loco. Lo malo es que con todo el tema de Sherlock Holmes parece que tardaremos en ver su segunda parte...
ResponderEliminarLuego está Sherlock Holmes, que a mí tengo que reconocer que me encanta, me da igual todos los defectos que se puedan señalar, son dos horas de puta madre con un Sherlock Holmes PERFECTO, que meterá hostias y tal, pero es que Robert Downey Jr. es el Sherlock que más me creo, después del de Billy Wilder, película la suya que ha pesar de estar mutilada y no adaptar ninguna historia es la más fiel de todas.
Pero bueno, a lo que iba, que el Sherlock Holmes de Guy ritchie está de puta madre, me digan lo que me digan y que las dos horas se pasan volando.
A mí me divirtió mucho su Sherlock Holmes y me hizo pasar un rato divertidísimo es más, tengo bastantes ganas de ver la secuela.
ResponderEliminarYo tengo debilidad por Snatch (que es la próxima que comentaré) por ser una hiporbolización del estilo Ritchie y por ese Brad Pitt a todas luces genial en uno de sus mejores papeles