viernes, 12 de noviembre de 2010

Código 46, amor y soledad más allá de la distopía


Título Original:
Code 46 (2003)
Director: Michael Winterbottom
Guión: Frank Cottrell Boyce
Actores: Tim Robbins, Samantha Morton, Om Puri, Jeanne Balibar, Togo Igawa, Essie Davis, Nina Fogg, Bruno Lastra, Emil Marwa, Nabil Massad




Con su película número once, el inglés Michael Winterbottom no quiso hacer una obra de ciencia ficción. No hay en Código 46 una visión futurista de carácter distópico, ni se retrata a las grandes multinacionales como monstruosidades burocráticas que roban la privacidad de las personas de a pie. Pero sí las muestra como unas entidades que vigilan y en cierto modo coartan las libertades a los protagonistas de esta historia (la sombra de Orwell es alargada) aunque finalmente todo quede reducido a una obra que oculta detrás de excelentes decorados y calles futuristas nada más y nada menos que una certera y sincera historia romántica.




Los rostros aniñados de unos excelentes y entregados Tim Robbins y Samantha Morton dan forma a una pareja de enamorados en un terreno hostil que saben que jamás acabarán juntos. Pero como en toda buena historia de amor lucharán para llevar a buen puerto su relación personal que es expuesta con una belleza primorosa por el director. Como muestra la primera escena de sexo entre María y William, que es de una candidez casi extraterrenal y envuelta en una pureza casi palpable. No así la segunda, que comienza casi mejor que la anterior con ese precioso plano de pubis femenino, pero todo se va al traste por el abuso de la cámara subjetiva.




Winterbottom, ese autor arriesgado que se mueve (casi siempre) como pez en el agua en todo tipo de cintas y géneros de manera indiscriminada, realiza un perfeccionista trabajo, sobre todo en el apartado visual del proyecto. Aunando con un virtuosismo apabullante imágenes y la magnífica música de David Holmes. En el resultado final se ven fogonazos de las mejores escenas de una de sus obras más completas, Wonderland, y por suerte nada de las descarnadas pulsiones sexuales de su correcta, pero un tanto pedante, I Want You.




El guión de Frank Cottrell Boyce (habitual de Winterbottom y escritor de la novela en que se basó el guión de la fallida Millones de Danny Boyle, que es también obra suya) es acertado y de una solidez considerable. Teniendo uno de sus mayores virtudes en el uso por parte de los personajes de una especie de idioma basado lejanamente en el esperanto que enriquece los diálogos del libreto y da un toque exótico a la relación personal entre los protagonistas que parece situada en una extraña pero atrayente tierra de nadie con una interesante mezcla de etnias y estratos sociales.




Finalmente y en resumidas cuentas Code 46 es una muy interesante y bien resuelta obra. Si bien es cierto que la visión futurista de Winterbottom es algo aséptica, clínica y fría, diseccionada la misma con notable gelidez, todo se llena de calidez, humanidad y sentimientos a flor de piel gracias a la creíble historia romántica de los personajes principales,.Relación que se mueve con pericia y exquisito gusto entre el amor a primera vista, el incesto, el miedo y el terror a la soledad de dos almas perdidas en un futuro Shangai.


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