Título Original: Coraline (2009)
Director: Henry Selick
Guión: Henry Selick, novela Neil Gaiman
Neil Gaiman es un escritor del que me hablan realmente bien, tiene en su haber cómics y novelas tildadas de obras maestras, su mundo me llama mucho la atención, pero pensar que un señor supustamente virtuoso y muy inteligente sea capaz de poner sus guiones de Sandman en manos de un engendro a los lápices como Kelley Jones hace despertar en mí la desconfianza. En 2002 editó una novela titulada Coraline en la que daba rienda suelta a su imaginación mostrándonos el mundo de fantasía en el que se introducía la niña que da título a la obra. Desconozco el relato pero he leído alabanzas hacia él en periódicos o entrevistas y después de ver la magnífica traslación a imágenes que ha hecho Henry Selick de ella no tardaré mucho en degustarla como es debido.
Henry Selick, el olvidado director en la sombra de la maravillosa y manoseada Pesadilla Antes de Navidad, me dejó muy mal sabor de boca con Monkeybone,. Insípida mezcla de stop motion con imagen real de la que solo funcionaban algunos hallazgos visuales, de todas formas sepultados por un Brendan Fraser más cargante que nuncal. De su otra cinta como realizador, aún bajo la batuta de Tim Burton, James y el Melocotón Gigante no puedo hablar, ya que no la he visto.
Los Mundos de Coraline, la película, es una genialidad. Un increíble viaje a un mundo de fantasía con ecos de Alicia en el País de las Maravillas o Los Héroes del Tiempo (entrañable, aunque sobrevalorado film de Terry Gilliam) y muchos puntos en común con aquella horrible cosa de Bernard Rose titulada Paperhouse. Supongo que el germen de tan magnífica historia estará en la novela del escritor inglés, pero a pesar de ello el despliegue visual y narrativo de Selick es abrumador e interminable. Ya desde los extrañamente siniestros títulos de crédito el director y guionista teje una deliciosa puesta en escena con el artesanal stop motion y la ayuda de un no muy abusivo formato en 3D. Aunando ternura y terror a partes iguales con pasajes memorables y florituras visuales que no desentonan potenciando el matiz fantástico de la obra. Sirva como ejemplo la elipsis visual y narrativa del rostro de Coraline con la lluvia y la ventana de la cocina.
Hay personajes estrambóticos, animales entrañables y criaturas terroríficas, comandados todos por una excelente protagonista, que transmite simpatía y carisma por todas sus hebras de hilo y piezas de plástico, y unos padres que son creíbles a la hora de representar a ese tipo de matrimonio absorbido por su trabajo no dando a su hija toda la atención que debieran. Los Mundos de Coraline es, digan lo que digan, una magnífica obra para todos los públicos, un canto en favor de la infancia, una pequeña joya de la animación que junto a El Viaje de Chihiro, Tideland y El Laberinto del Fauno supone un grito contra el irrespirable mundo real en el que nos ha tocado vivir.
Coraline es, como Monster House, lo más cercano a una película de terror para todos los públicos, aunque la película de Sellick es más redonda que la de Kenan.
ResponderEliminarY la verdad es que da gusto que alguien sepa hacer una buena película para todos los públicos, con momentos tan arriesgados (especialmente, en su final) y que ésta tenga cierto éxito (al menos, en USA).
Y es que Los mundos de Coraline, a diferencia de Bolt, Monster vs. Aliens y, MUY especialmente, Un chihuahua en Beverly Hills, sabe que hacer una película para toda la familia no significa hacer una gilipollez.
Y es triste, porque si los niños acaban arrastrando a sus padres (o los padres a los niños) a ver la película infantil de moda, la industria termina preguntandose por qué hace falta esforzarse, cuando pueden conseguir lo mismo con una buena que con una mala película.
Cuánta razón en un solo mensaje.
ResponderEliminarPor cierto, a mí Monster House me parece una película deliciosa y muy infravalorada.
Monster House goza de un guión maravilloso. Desgraciadamente, está interpretada por maniquíes de plástico. Coraline, además de ser más redonda (como bien destaca Bob - ¡hola Bob, míreme, estoy posteando!), tiene uno de los aspectos visuales más espectaculares con los que el cine nos ha deleitado en décadas, así que gana por defecto. Escenas como la del jardín no hacen más que probar que Henry Selick es un maldito enfermo mental.
ResponderEliminarY ahora el rincón del quisquilloso. "¡Buen trabajo! ¡Has conseguido a uno de los niños fantasma! Pero recuerda: ¡aún quedan dos para completar tu misión!". ¡Cielos, estoy jugando al GTA y nadie me ha avisado!
Starsky gana el blog.
ResponderEliminarStarsky, usted vaya a postear en mi blog; mis artículos son más largos y por lo tanto mejores.
ResponderEliminarSherlock Holmes ¿quién es ese tío? ¿el hermano del mítico actor porno John Holmes?, a nadie le interesa ese señor.
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