miércoles, 24 de junio de 2009
Mentiras y Gordas, sin anfetas no hay paraíso
Mentiras y Gordas (2009)
Director: Alfonso Albacete y David Menkes
Guión: Alfonso Albacete, David Menkes y Ángeles Gonzalez Sinde
Actores: Mario Casas, Ana de Armas, Hugo Silva, Alejo Sauras, Miriam Giovanelli, Ana Polvorosa, Yon González.
El cine español debuta en Transgresión Continua. Podría hablar de Luis Buñuel, Juan Antonio Bardem o Luis García Berlanga, maestros atemporales de nuestro panoroma cinematográfico o de jovenes talentos como Alejandro Amenábar, Jaume Balagueró o Juan Carlos Fresnadillo, pero a quién le importan esos vejestorios y mindundis, pudiendo hablar del último boom del celuloide patrio, la película que ha reunido a más de cuatro millones de jóvenes ávidos de buen cine e historias interesantes frente a la pantalla grande para ver Mentiras y Gordas, la sexta película del dúo Alfonso Albacete y David Menkes detrás de la cámara, repleta de estrellas de nuestra televisión como protagonistas.
A los 5 minutos los directores nos lo dejan claro, cuando Hugo Silva le dice a Ana de Armas cuanta mierda se ha metido en el cuerpo, no hay persona humana, no inventada por la mente de Irvine Welsh claro está, que sea capaz de meterse entre pecho y espalda en un día todas las sustancias estupefacientes que dice el personaje, y ella le corresponde con un polvo (el primero de muchos) en el que la guapa cubana exclama diálogos como chúpame las tetas, lámeme los pezones o méteme los dedos, ya sabemos lo que nos espera, un desfile de drogadicción y sexo, pero también se nos deja entrever que la historia que nos espera no va a tener mucho sentido o más bien ninguno.
Voy a pasar pronto de la dirección y el guión, porque son inexistentes, si alguien me dice que los amigos Alfonso y David estaban dormidos mientras miraban el combo durante el rodaje me lo creo y si me cuentan que en verdad no había guión y que los actores iban improvisando sobre la marcha, porque no exista una trama central y los diálogos pretendidamente realistas se muestran en todo momento impostados, también lo aceptaría, pero es una pena que nuestra excelentísima ministra de cultura, que a pesar de tener más tonterias que el bolsillo de Doraemon mostró mucho oficio como escritora en La Buena Estrella, Las Razones de mis Amigos o Todos Estamos Invitados, esté en los créditos de este film como guionista.
Ahora vamos a lo que importa y lo único interesante del film, el reparto, antes que nada decir que en mayor o menor medida todos los actores tienen algo de mérito por intentar sacar adelante personajes que son artificio puro, estereotipos maniqueos como el gay que se enamora de su amigo hetero, la lesbiana primeriza, el músico drogadicto, la camella con sentimientos y demás lindezas mil veces vistas y con más acierto que en la cinta que nos ocupa, intentar mantener en pie tales despropósitos ya es un acto encomiable por parte del plantel de intérpretes.
Vayamos por partes: Mario Casas como siempre no convence, pero ha tenido un par de huevos en enzarzarse con un papel como este, porque le deben estar lloviendo cada vez que salga a pasear por la calle una cantidad de improperios de corte homófobo que el chaval debe estar un poco hasta los mismos, Yon González igual que en El Internado, muy creíble y natural, este muchacho me parece un interesante hallazgo como actor, Hugo Silva hace lo que puede con la mierda de papel que le regalan, cuando le den buenos personajes (a ver que tal se defiende en esa Agallas junto al gran Carmelo Gómez) demostrará sus dotes como el resuelto interprete que es, pero por ahora no, Alejo Sauras y Miriam Giovanelli son los únicos que despiertan algo de simpatía por lo estúpido de su historia, el hace el tonto y ella es muy dulce, poco más, Ana de Armas no está muy bien que digamos pero está tan rematadamente rica que yo le perdonaba hasta el genocidio a la chica, de Maxi Iglesias ni hablo porque su papel es tan insulso, prescindible y sale tan poco delante de la cámara (de espaldas ya es otra cosa) que da vergüenza ajena su presencia en el film, Ana Polvorosa demuestra que está desperdiciada haciendo de poligonera en Aída y que cuando la encarrilen en condiciones podrá llegar ser una actriz bastante decente, también destacar que Duna Jové (Compañeros) y Marieta Orozco (Barrio) y sus correspondientes y horribles voces estaban mejor en el olvido y esperemos que vuelvan al mismo lo antes posible, por último no olvidar a Asier Etxeandia y su pintas que mezclan al Michael Wincott de El Cuervo, el Peter Mullan de Trainspotting y Marilyn Manson, verlo para creerlo.
Entre tanto polvo y desenfreno Mentiras y Gordas no es nada más y nada menos que un muy conservador y simplista cuento lleno de moralina hasta las trancas, como nos deja claro ese horrible y ridículo final en el que los actores están muy entregados (a González parece que la va a dar un tabardillo) pero que la combinación de música e imágenes (horrible durante todo el film) acerca más al ridículo que a la tragedia. Albacete y Menkes, y Miguel Bardem que dirigía junto a ellos, que se mostraron en su dos primeros films (Más que Amor Frenesí y Atómica) como la respuesta de los 90 al primer cine de Almodóvar en los 80, desenfrenado, desprejuiciado, hortera y divertido a día de hoy son unos cuasi cincuentones que creen haber hecho una cinta generacional con su última obra. En verdad a lo único a lo que han dado forma es a una película exagerada (sí, mucha juventud es así, pero por dios, no toda) que mezcla sus propias vivencias en la movida madrileña cuando eran jóvenes y la visión estereotipada que tienen de los chavales de hoy.
Si de verdad alguien quiere ver una obra seria sobre la alienación de la juventud, su desenfrenada e innecesaria visión superficial de la vida y del carpe diem que se aleje de este enorme montón de mierda moralista y falsamente provocador (a parte de erecciones no creo que provoque mucho más) y se de un viajecito hasta 1995, año en el que Montxo Armendáriz dio una verdadera lección de como retratar de manera veraz la juventud de nuestro país, pero esa ya es otra historia.
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Me niego a comentar en esta entrada.
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ResponderEliminar¡Mierda!
Yo me negaba hasta a escribirla, pero debía compartir mi dolor psicológico con el mundo o lo que es lo mismo, si me joden a mí yo te jodo a ti.
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