Desafío Total (2012), podemos pensarlo por usted al por mayor

Título Original Total Recall (2012)
Director Len Wiseman
Guión Kurt Wimmer y Mark Bomback basado en el relato corto de Philip K. Dick
Actores Colin Farrell, Kate Beckinsale, Jessica Biel, Bryan Cranston, Bill Nighy, John Cho, Bokeem Woodbine, Steve Byers, Will Yun Lee, Currie Graham, Brooks Darnell

En 1990 se estrenó Desafío Total (Total Recall) proyecto impulsado por Ronald Sushet, basado en un relato corto del escritor Philip K. Dick llamado Podemos Recordarlo Por Usted al Por Mayor, protagonizado por Arnold Schwarzenegger y dirigido por el holandés Paul Verhoeven. La obra fue un éxito de taquilla pero la crítica no la recibió todo lo bien que se esperaba por el tono irónico y violento (muy de su realizador) que destilaba. La cinta es hoy una obra de culto dentro de la ciencia ficción cinematográfica y un producto que unía la acción más desprejuiciada con un mensaje social ácido siempre localizado en un contexto de cine de espionaje.

Este 2012 se ha estrenado un innecesario (como la mayoría de ellos) remake de aquella cinta de 1990. El encargado en dirigirla ha sido Len Wiseman, creador de la saga vampiricolicantrópicacyberpunkarra Underworld (de la que tuve suficiente sólo con su primera entrega) y director de La Jungla 4.0 (Die Hard 4.0) una cinta de acción con Bruce Willis de protagonista que cuenta la leyenda que formaba parte de la franquicia fílmica protagonizada por John McLane, aunque un servidor no lo viera por ningún lado a lo largo del metraje. Los protagonistas son Colin Farrell, Kate Beckinsale, Jessica Biel y el gran Bryan Cranston.

Soy un gran fan de la Desafío Total original, también siento simpatía por gran parte del grueso de la filmografía del mediocre pero carismático actor  austriaco que protagonizó Terminator o El Último Gran Héroe. Pero sobre todo soy admirador de la obra de Paul Verhoeven, uno de los directores más talentosos, políticamente incorrectos y valientes de los últimos 30 años. Por eso he visto esta innecesaria reformulación fílmica con todos los prejuicios del mundo, algo que no ayuda a que mi opinión sea favorable para con el producto. Pero finalmente y tras haberme enfrentado a ella puede decir que sí, es una película mediocre e indigna del film original en el que se basa, pero no es tan mala como se podría pensar, es más, podría haber sido mucho más terrible y no lo es, es hasta pasable en algunos aspectos.

En un futuro no muy lejano un ciudadano llamado Douglas Quaid (Colin Farrell) tiene un recurrente sueño en el que es un espía internacional que va acompañado de una joven rebelde (Jessica Biel). Un día descubre a la empresa Rekall que implanta en la mente de sus clientes recuerdos artificiales que le permiten ser lo que más deseen. Quaid decide someterse al proceso para que su memoria recuerde un pasado en el que el espionaje sea su oficio y modo de vida. Pero todo sale mal cuando durante el proceso Douglas es asaltado por agentes del gobierno que lo buscan por ser un delincuente peligroso y perseguido por la ley. En su huída se enfrentará a todo tipo de peligros para finalmente enfrentarse a Vilos Cohaagen (Bryan Cranston) la persona detrás de todos sus problemas.

La versión de Desafío Total del año 2012 es un ejemplo cristalino del cine de acción del actual Hollywood. Un producto hecho en cadena de montaje, idéntico a otros cientos de films coetaneos, lleno de ruido, lucecitas y mucho frenetismo gratuito, todo para camuflar la más pura y llana de las nadas. Desde el minuto 1 el largometraje es una larguísima huída de dos horas en la que el personaje de Colin Farrell (bastante perdido y desganado y sólo un poco más entregado en el plano físico) no hace más que saltar, correr, disparar y poner cara de pena por culpa de su desdichada situación.

Nada hay aquí de la ironía y mala baba de la cinta original y mucho menos de la satírica visión del corporativismo y el imperialismo que destilaba con mucho estilo aquella,, ni siquiera hay rastro de la ambigüedad tan interesante que nos hacía poner en duda si lo que vivía Quaid era real o parte del tratamiento mental de Rekall. En esta los creadores nos lo quieren dar todo bien masticadito, sí, hay un estado totalitario que controla los hilos, pero el guión no investiga en ello, cuando parece que van a dar una pátina de más profundidad a la historia explicando el contexto social o político del proyecto aparece un tiroteo, una explosión o lucecitas, muchas lucectias (J.J Abrams crea escuela) y los personajes vuelven a ponerse a dar zancadas y saltar tejados para que no los cojan los robots del gobierno.

La estética de la película es una macedonia de todo tipo de films de ciencia ficción, pero sobre todo toma prestadas (con bastante descaro) resoluciones estilísticas de otros largometrajes que adaptaban historias del autor de Ubik. La ciudad sobrepoblada, con calles atestadas de ciudadanos (la mayoría orientales) y bañadas en una sempiterna lluvia está sacada de Blade Runner de Ridley Scott. Los coches voladores, las carreteras interminables y las escenas de acción copian con un descaro sonrojante el look formal de Minority Report de Steven Spielberg. Por últimos los robots que siguen a los protagonistas se dividen en los blancos, que parecen sacados de Yo, Robot de Alex Proyas con un toque de la Guardia Imperial de Star Wars y los negros (más letales, of course) que parecen unos sosías de los T-800 de la saga Terminator.

El trabajo de Wiseman no se diferencia en nada del de sus films previos. Mucho fuego de artificio, un abuso brutal de los efectos digitales (hay momentos del metraje en el que pasan minutos largos sin que se vea nada real en pantalla) y una búsqueda concisa de angulaciones y planos con los que pueda lucirse su señora Kate Beckinsale (que sí, sale muy guapa, como Jessica Biel, pero no dicen mucho ninguna de las dos). Por suerte cuando queda media hora de metraje aparece Bryan Cranston para dar verdaderas lecciones de interpretación al resto del reparto, pero claro, su papel desdibujado y simple hasta lo insultante (muy lejos de lo bien perfilado que estaba el Cohaagen de Ronny Cox en la cinta de Verhoeven) y ese terrorífico pelucón que le ponen en la testa hacen que yo esté más pendiente de que esa rata muerta pueda salir corriendo en algún momento del clímax final que de de su recital como intérprete.

Este remake de Desafñio Total sólo es recomendable para espectadores muy poco exigentes que quieran pasar una tarde/noche lluviosa en casa sin tener que utilizar mucho las neuronas y eso que un servidor ha visto el montaje de director, que añade un poco más de violencia y sí incluye la escena de la prostituta de tres pechos, que en la versión para cines llevaba tapados y aquí se ven claramente. Lo más gracioso es que Wiseman y sus colaboradores durante la promoción de la película no paraban de mencionar que la cinta original de Schwarzenegger y Verhoeven era hortera, anticuada y de un humor chabacano (el guiño al disfraz de la señora obesa se nota que es en tono despectivo más que una referencia cariñosa) desde que se estrenó, en vez de mostrar admiración por ella que sería lo más lógico. Puede que por eso la crítica y la taquilla le hayan dado la espalda a esta revisión de 2012, por eso o porque el proyecto no ofrece nada de interés (excepto incontables lucecitas) y su propia naturaleza desganada e impersonal delata su innecesaria existencia.