sábado, 14 de septiembre de 2013

Escalofrío



Título Original Frailty (2001)
Director Bill Paxton
Guión Brent Hanley
Actores Bill Paxton, Matthew McConaughey, Powers Boothe, Matt O'Leary, Jeremy Sumpter, Derk Cheetwood






Nunca olvidaré la sensación de indignación que experimenté en 2001 cuando fui al cine a ver Escalofrío (Frailty), el debut en el campo de la dirección de largometrajes del competente actor estadounidense Bill Paxton. Llevaba semanas oyendo y leyendo muy buenas críticas sobre la cinta y sus 85 primeros minutos les daban la razón. Lo que se veía en pantalla era un estimable film con una atmósfera conseguida, un buen reparto y un guión lleno de aciertos. Pero todo se fue al carajo en los 10 últimos minutos cuando ese innecesario, tramposo y hasta moralmente dudoso giro final hizo acto de presencia cargándose todo lo que Paxton y su guionista, Brent Hanley, habían construido previamente e incluso contradiciéndose a sí mismos, intencionadamente o no.




Hoy me he dispuesto a revisionar el largo 12 años después, con la esperanza de que hubiera un servidor entendido mal el mensaje final de la obra, agarrándome a la idea de que no me había enterado debidamente del argumento o que había dejado pasar algún detalle importante del mismo. Por desgracia nada más alejado de la realidad. Escalofrío tiene un innecesario desenlace que le aboca a la mediocridad siendo en principio una pieza que lo tenía todo para triunfar dentro de su género, llegando incluso más allá al mostrar un retrato durísimo del sur de Estados Unidos y el extremismo religioso que allí practican muchos de sus ciudadanos, por suerte no todos. Pero como ya comento, Paxton, buscando un innecesario impacto en el espectador, hunde todas las buenas ideas que había aplicado a su obra al rematarla. Después de la sinopsis incluyo spoilers del argumento.




Un individuo que afirma llamarse Fenton Meirks se presenta en las oficinas del sheriff Wesley Doyle en Texas para confesar a este que su hermano, Adam, es un buscado asesino en serie apodado "La Mano de Dios". Fenton narrará a Doyle el origen de toda la historia hablándole de cómo durante el año 1979 su propio padre después de proclamar haber sido elegido por dios se embarcó en la misión de eliminar a un grupo de personas que supuestamente eran demonios disfrazados de seres humanos. Fenton se negará en redondo a seguir los dictados de su padre, pero su hermano Adam creerá a pies juntillas la palabra de su progenitor. Cuando Fenton termine de narrar su historia el sheriff Doyle descubrirá sobre el caso hechos que nunca salieron de las paredes de la casa de Meirks.




Frailty es una obra estimable dentro del plano cinematográfico. Bill Paxton muestra cierto talento para la realización ofreciendo una puesta en escena austera pero inteligentemente contenida eludiendo efectismos o truculencias innecesarias y una sabia dirección de actores, siendo el suyo el mejor trabajo de interpretación. Aunque no hablamos de un film de terror (no lo es, por mucho que en su momento lo vendieran así Sam Raimi o Stephen King) sí nos encontramos con un interesante y oscuro drama sobre un hombre que tras recibir en su habitación la supuesta visita del altísimo afirma que este le ha encomendado destruir a unos seres infernales que se ocultan bajo la apariencia de personas normales y corrientes. En su cruzada este paleto sureño utlizará un don para desenmascarar a los demonios con sólo tocarlos y como únicas armas una barra de metal, un hacha y unos guantes.




El padre de la familia Meirks es el vivo ejemplo del cristiano radical, un hombre que es capaz de obligar a su primogénito a cavar un enorme agujero en su jardín trasero hasta que le sangren las manos o de encerrar al chico en dicho emplazamiento durante más de una semana sin alimentarlo debidamente para que encuentre a la deidad y así pueda comprender la batalla divina que su progenitor ha comenzado Hablamos de un redneck de pura cepa, un individuo cerrado de mente que antepone la fe a la familia, el sentido común o los derechos humanos, un estadounidense de la peor calaña arraigado en una América profunda que sigue viviendo bajo unos preceptos arcaicos y ultraconservadores.




El guión nos deja esta idea clara desde el primer momento, todo apunta a que el protagonista está completamente loco, pero sabiamente juega a la ambigüedad con la narración. Mientras la trama se va desarrollando Paxton y su guionista nos hacen dudar de si el señor Meirks es en realidad un enviado de Dios o un jodido demente homicida. Incluso el giro con respecto a la personalidad del personaje interpretado con acierto por Matthew McConaughey aún se podría encontrar entre los aciertos del largometraje. Pero las medias tintas se acaban cuando descubrimos el secreto del sheriff Doyle que ya apunta casi con toda seguridad a que el personaje de Bill Paxton era un emisario del señor cuya misión era acabar con verdaderos "demonios", aunque fueran humanos y no seres salidos del averno. Finalmente el apunte con lo de las cámaras confirma el desastre y la cagada se antoja de proporciones homéricas.




Quiero pensar que Paxton sacrificó la coherencia narrativa en favor del impacto gratuito para dejar descolocado al espectador, de hecho leyendo por la red a bastante gente que recibió de buena gana el enrevesado desenlace el actor y cineasta se habría salido con la suya. Lo que sí parece es que detrás del efectismo argumental y sólo cuando vemos terminar el film pocos se paran a pesar que el mensaje final que nos quiere transmitir la obra es que todas las brutalidades realizadas por el protagonista estaban justificadas porque eran "la voluntad de dios". De modo que la película nos viene a afirmar que no importa que tu padre vea salir a un arcángel con una espada llameante de dentro del motor de un coche o que mate a personas a sangre fría en tu presencia o la de tu hermano, incitándote a ti a hacerlo también, o que te torture psicológica y físicamente hasta casi la muerte porque Dios le ha encomendado una misión y la misma debe, no sólo ser llevada a cabo, si no también heredada para que se haga justicia divina en el mundo.




Pero la mayor pena reside en lo ya comentado, Escalofrío es una cinta considerablemente estimable hasta que llegan sus diez minutos finales. Tiene un buen pulso para mantener la tensión, unos actores jóvenes (Fenton y Adam en la niñez) que saben darle la réplica a los adultos a los que dan vida Powers Boothe o los ya mencionados Paxton y McConaughey, un guión que juega bien con la deconstrucción narrativa y un director con oficio detrás de la cámara. Pero la gratuidad, la cobardía o simplemente ser una obra creada por un puñado de tejanos (los actores principales, el guionista y el director lo son) que a lo mejor se creen su propio mensaje teológico, vengativo y fascistoide decidiendo por ello compartirlo con el resto del mundo la obra fracasa irremediablemente como proyecto coherente y sensato. Algo que le pasaba también a la posterior El Último Exorcismo, que cometía el mismo pecado que esta Frailty, ser una producción ejemplar y muy crítica con el radicalismo religioso del sur de Estados Unidos para incluir después un giro final que contradecía todo lo ya expuesto y nos regalaba un mensaje reaccionario y aberrante que justificaba lo injustificable.



2 comentarios:

  1. Un día tengo que ponerme al día con tus últimas reseñas. Hoy como pronto lo he podido hacer con esta ya que la película también me dejó una sensación bastante incómoda en su día planteándome dudas similares. Aun así, con el tiempo he terminado rindiéndome ante la provocadora y retorcida vuelta de tuerca de su final. No tengo ni idea de lo que permitía narrar Bill Paxton y casi que prefiero no saberlo, pero como película he de reconocerle que consiguió sacarme de la zona de conformidad y hacerme sentir precisamente lo que reza el título “escalofrío”. Comparativamente es como una suerte de versión siniestra de 'La Milla Verde' o la vuelta de tuerca de 'El Truco Final'. Algo que te pilla completamente fuera de juego y hace que toda tu percepción sobre la historia se desmorone como un castillo de naipes. Y entiendo que pueda resultar atroz, aberrante e incluso insultante porque lo es (de hecho, su emisión debería estar restringida para ciertos círculos). Pero para mi entender es eso precisamente lo que le permite ser algo más que una película al uso porque un mundo en el que [SPOILER] el tipo corriente que un día cualquiera decide coger un hacha y dedicarse a ejecutar vecinos porque “se lo ha dicho Dios” no sea un simple tarado de arkansas que oye voces en su cabeza, sino que todos los indicios apunten a que pudiera ser verdad no es más sencillo y confortable, sino mucho más espeluznante y aterrador [FIN DE LOS SPOILERS]

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  2. Tiene sentido tu teoría, Daniel, y sí plantea interesantes dudas bastante incómodas, pero no creo que Paxton pensara en transmitir esa idea. Desde mi punto de vista hay dos posibilidades más o menos viables con respecto a la resolución del film: La primera es que Paxton metió el giro de guión (que a mí me parece bien hasta que se descubre lo del sheriff y las cámaras que ahí es donde se desvirtúa todo, es más, el último twist en el que descubrimos al "otro sheriff" me sigue pareciendo acertado, pero ya viene precedido de la cagada) sin pararse a pensar en lo que quería transmitir como mensaje su obra. La segunda versión sería que sí quería transmitir ese mensaje pero tirando por una vertiente de cristianismo recalcitrante y extremista que todo lo justifica y por ahí para mí todo se va al garete.

    Pero lo peor es que si se quitara lo del sheriff y lo de las cámaras y el guión nunca se saliera de almbigüedad a la que había ido dando forma a lo largo del desarrollo de la historia todos habríamos salido ganando, desde mi punto de vista. Una pena.que no sea así, aunque de todas formas la película en líneas generales me gusta, es más, si la he revisionado es porque el otro día la encontré muy barata en dvd (2,95 €) y me la llevé a casa.

    Saludos y ya sabes que siempre eres bienvenido.

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