jueves, 13 de septiembre de 2012

Ladykillers, atraco perfecto



Título Original Ladykillers (2004)
Director Joel y Ethan Coen
Guión Joel y Ethan Coen basado en personajes de William Rose
Actores Tom Hanks, Irmpa P. Hall, J.K.Simmons, Marlon Wayans, Ryan Hurst, Tzi Ma





Remake de la cinta El Quinteto de la Muerte dirigida en 1955 por el británico Alexander MacKendrick y escrita por el norteamericano Willam Rose para la productora inglesa Ealing. La cinta está escrita y dirigida por los afamados hermanos Joel y Ethan Coen, dos de los mejores cineastas americanos de los últimos 30 años y autores de una interesantísima filmografía en la que destaca una buena manita de obras maestras, un puñado de grandes films y alguna obra de menor envergadura pero ninguna desdeñable. Ladykillers data del año 2004 y sin ser una de las piezas destacables de sus autores no deja de ser una simpática comedia negra que funciona a distintos niveles.




Un elegante y educado profesor sureño visita a una anciana viuda para alquilar una habitación en su humilde hogar. El individuo en concreto le pide a la entrañable señora si le sería posible traer a los compañeros de una banda de música renacentista para ensayar en el sótano del inmueble, petición a la que la buena mujer accede. Pero los planes del profesor y sus compinches son otros, ya que lo que realmente están ideando es atracar un casino cercano al hogar de la dama cavando un túnel mediante el cual sustraeran una gran cantidad de dinero. Pero el problema surge cuando la ancianita descubre a los criminales en pleno acto y estos deciden intentar acabar con ella para que no los delate.




Ladykillers no hace sombra a la cinta original de Alexander MacKendrick que es cinematográficamente superior a la que nos ocupa en varios aspectos, ni siquiera es una de las obras más destacadas de los hermanos Coen, pero sí es una muy divertida comedia poseedora del inconfundible sello de los autores de Fargo o El Hombre que Nunca Estuvo Allí. Un proyecto bien ejecutado y rematado que hace pasar un buen rato al espectador que asiste a un producto hilarante, consistente y francamente divertido en bastantes pasajes, sobre todo los relacionados con la puesta a punto del golpe por los esperpénticos criminales que lo quieren llevar a cabo.




Las diferencias argumentales con El Quinteto de la Muerte no son demasiadas, pero sí bastante notables. De la oscura y neblinosa Inglaterra pasamos al caluroso sur de Estados Unidos. La afable simpatía de la señora Wiberforce de la encantadora Katie Johnson deja paso al fuerte carácter y la ferrea religiosidad de la señora Munson de una inspiradísima Irma P. Hall y el camión blindado que transportaba el dinero al banco en la cinta de MacKendrick es sustituido por un casino móvil en el que trabaja el personaje de Marlon Wayans, que ejerce como el topo del grupo de cacos dentro del local.




En Ladykillers funciona muy bien el humor, hay gags deudores de la comedia americana de los 40 (sobre todo se puede ver en las conversaciones del profesor G.H. Dorr y la señora Munson, que son remarcables) y hasta del slapstick más clásico. Los personajes secundarios tienen más peso en la trama que los de El Quinteto de la Muerte, pero en cambio (y a diferencia de aquella) se adentran con más simplismo en los estereotipos adscritos al género de la comedia. Pero por suerte los actores hacen en general un muy buen trabajo, destacando un J.K Simmons tronchante (aunque el toque escatológico de lo S.C.I sobra y entronca con el resto de la comcidad del film, menos gruesa) y el chino Tzi Ma como el General con su obsesión por fumar, su monosilábica personalidad y sus carreras detrás del gato de la señora Munson. Esta última bordada por una Irma P. Hall tan temible como simpática con su devoción religiosa y sus sopapos demoledores, dándole la réplica magníficamente al rol de Tom Hanks.




En el lado negativo tenemos a Marlon Wayans. El protagonista de Scary Movie está como casi siempre pasadísimo de rosca y sobreactuado, es más, los momentos en los que sale en pantalla siendo el centro de algún gag cómico es como si Ladykillers se convirtiera por unos segundos en una de las comedias chuscas que este actor realiza con sus hermanos (el pasaje del cojín y la madre sobra considerablemente). Una pena que los Coen no sacaran lo mejor de él como sí lo consiguio Darren Aronofsky cuando lo ató en corto para que interpretara a su memorable Tyrone en la impagable Réquiem Por Un Sueño. Lo que respecta a Ryan Hurst (nadie diría que este es el mismo actor que interpreta el gran Opie Winston en Hijos de la Anarquía) también es erroneo, pero por no dar más cancha al intérprete y exponerlo en pantalla demasiado estúpido, más de lo requerido.




Pero el que me ha sorprendido para bien es Tom Hanks. No es ningún misterio que domina la comedia ya que empezó su carrera interpretativa en ese género con pequeñas obras de culto como Esta Casa es Una Ruina (The Money Pit) o Big, pero llevaba muchos años haciendo papeles dramáticos bastante memorables (Philadelphia, Forrest Gump o Camino a la Perdición) y eso podía dar pie a que nos olvidáramos de su considerable vis cómica. Su mayor acierto es no imitar la muy superior e inolvidable caracterización de Alec Guinness (según el protagonista de Salvar el Soldado Ryan ni siquiera había visto la película original de MacKendrick cuando lo entrevistaban con respecto a su rol en la cinta que nos ocupa, a saber si es cierta tal afirmación) y a partir de ahí crear su propio personaje al que enriquece con detalles como su estúpida risa, cómo se limpia la boca con el pañuelo de tela o su pomposa verborrea que tiene su culmen cuando recita poemas del escritor Edgar Allan Poe.




Destacable la dirección de los Coen, como siempre. Planos elaborados, tono clasicista en las escenas que tienen lugar en exteriores o la casa de la señora Munson y un matiz más alocado y casi cartoon con la subtrama que tiene lugar en el sótano que es donde se cuece todo el devenir importante del argumento. Además, de los Coen llama mucho la atención que son dos cineastas que saben utilizar con sutilidad y mucha pericia los efectos digitales, es más, en Ladykillers hay más uso de CGI de lo que pareciera en un principio, pero los autores de Barton Fink saben dosificarlos debidamente para que sean casi imperceptibles. También estamos hablando de posiblemente dos de los mejores guionistas del cine actual, pero como aquí partían de un excelente material ajeno no tiene demasiado mérito el trabajo de escritura de la obra, de modo que no es de recibo destacarlo de manera considerable aunque hayan añadido distintos tipos de gags que unas veces funcionan y otros no.




Una cinta entretenida, que no trata de superar a la pieza en la que se inspira porque los mismos Coen sabían que esa era una empresa perdida desde el principio, pero que desde mi punto de vista no la desmerece en absoluto. Tiene, en general, buenos actores y personajes, está competentemente rodada (qué poético ese final en el puente, qué importancia formal cobra ese ferry lleno de inmundicia) y no tiene más pretensiones que la de entretener al espectador. Por el camino vemos un cálido y cariñoso homenaje al film de Alexander MacKendrick, humer negro, toques autoreferenciales a otras obras de los mismos Coen (y hasta algún guiño a Sam Raimi, amigo íntimo de los hermanos) y casi dos horas de humor para echar un buen rato de risas.



2 comentarios:

  1. estoy viendo la peli ahora mismo en la sexta 3.
    la vi en el estreno y me decepcionó ligeramente; veniamos de una serie de pelis cojonudísimas de los coen (entre ellas, tres de mis favorifas de los de minneapolis: fargo, el gran lebowski y oh brother) y ésta, en comparación con las anteriores, daba la impresión de tratarse una obra menor.
    desde entonces la he visto dos o tres veces más y, cuanto más veces la veo, más me gusta, hasta el punto de que, pienso, no tiene nada que envidiar a algunas de las mejores pelis de su filmografía.
    y si, tom hanks está que se sale.

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    1. Yo la he visto una sola vez y tras ver la original de Alexander MacKendrick (que no ayuda) y hombre, si la incluiría entre las menores de los Coen (ponerla junto a Barton Fink, Muerte Entre las Flores o El Hombre que Nunca Estuvo Allí lo veo excesivo) pero también es cierto que me parece una comedia resultona con humor 100% Coen y sí, un Tom Hanks brutal.

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