Título Original: The Unborn (2009)
Director: David S. Goyer
Guión: David S. Goyer
Actores: Gary Oldman, Odette Yustman, Cam Gigandet, Meagan Good, Jane Alexander, Idris Elba, Rhys Coiro, Carla Gugino, James Remar, Erik A. Williams
Trailer
David S. Goyer, ese hombre que gracias a sus colaboraciones como guionista ha auspiciado el éxito de sagas como la de Blade o la resurrección de la de Batman en un mano a mano con Christopher Nolan, a veces se pone tonto y como un crío caprichoso decide ponerse detrás de las cámaras y dirigir y el resultado suele ser mediocre. Aquella horrible Blade Trinity fue la primer muestra de ello (que yo haya visto al menos) y esta La Semilla del Mal sirve como confirmación de tal hecho. Este tipo hace un cine malo de cojones cuando ejerce como realizador.
The Unborn es un nuevo refrito multireferencial a todo tipo de cintas de terror clásico y contemporaneo. El Exorcista, La Semilla del Diablo, La Escalera de Jacob, La Mitad Oscura, La Profecía, pero todo pasado por un filtro que recuerda en mucho al cine del español Jaume Balagueró (hospitales neogóticos, ancionaos, enfermos mentales). Un pastiche plano que el espectador puede ir desgranando conforme lo va visionado, ya que su guión es de una simplicidad sonrojante y sus diálogos de vergüenza ajena.
Los personajes son estereotipos maniqueos y el casting de niños y niñas guapas ayuda una mierda a dar veracidad al reparto actoral. Odette Yustman, la protagonista, que parece un mezcla suavizada entre Angelina Jolie y Megan Fox, parece que está completamente convencida de no estar rodando una película sino posando en un desfile de Dolce & Gabanna. Se pasa toda la película sacando morros e intentado forzar el dramatismo sin éxito. Pero peor es lo de un grande como Gary Oldman, haciendo de un ravino agilipollado o Idris Elva, que después de interpretar al mítico Russel "Stringer" Bell en la indispensable The Wire apenas de una a derechas en su carrera cinematográfica y aquí está para darle un sartenada de hostias.
En la dirección Goyer apela por el efectismo, la planificación tan torpe como vacua y lo mil veces visto. Decididamente su lugar no está detrás de la cámara. Lo único que puedo decir en su favor es que sabe dar ritmo al producto y que en algunas escenas como las relacionadas con las apariciones del crío, las posesiones y los distrofias musculares varias (tanto animales como humanas) consigue transmitir algo de inquietud y hasta cierta atmósfera malsana que recuerda a El Anticiristo, pero el del italiano Alberto De Martino, no el de Lars Von Trier.
Usar y tirar son las únicas palabras que me vienen a la cabeza con La Semilla del Mal. Pedantería folklórica y teológia farragosa, dirección que busca el impacto gratuito, actores desganados y un climax caótico y mal planteado que finalmente inicta a la carcajada no cómplice para con el espectador. Esperemos que este hombre siga abriéndose la cabeza para realizar una buena trama para el tercer Batman de Nolan y se deje de chorradas sobre gemelos malvados no natos que vienen del otro mundo a dar por culo (no literalmente) a canguros buenorras que dicen "oh my god, oh my god " a sus amigas por la web cam, ellas no lo merecen.
The Unborn es un nuevo refrito multireferencial a todo tipo de cintas de terror clásico y contemporaneo. El Exorcista, La Semilla del Diablo, La Escalera de Jacob, La Mitad Oscura, La Profecía, pero todo pasado por un filtro que recuerda en mucho al cine del español Jaume Balagueró (hospitales neogóticos, ancionaos, enfermos mentales). Un pastiche plano que el espectador puede ir desgranando conforme lo va visionado, ya que su guión es de una simplicidad sonrojante y sus diálogos de vergüenza ajena.
Los personajes son estereotipos maniqueos y el casting de niños y niñas guapas ayuda una mierda a dar veracidad al reparto actoral. Odette Yustman, la protagonista, que parece un mezcla suavizada entre Angelina Jolie y Megan Fox, parece que está completamente convencida de no estar rodando una película sino posando en un desfile de Dolce & Gabanna. Se pasa toda la película sacando morros e intentado forzar el dramatismo sin éxito. Pero peor es lo de un grande como Gary Oldman, haciendo de un ravino agilipollado o Idris Elva, que después de interpretar al mítico Russel "Stringer" Bell en la indispensable The Wire apenas de una a derechas en su carrera cinematográfica y aquí está para darle un sartenada de hostias.
En la dirección Goyer apela por el efectismo, la planificación tan torpe como vacua y lo mil veces visto. Decididamente su lugar no está detrás de la cámara. Lo único que puedo decir en su favor es que sabe dar ritmo al producto y que en algunas escenas como las relacionadas con las apariciones del crío, las posesiones y los distrofias musculares varias (tanto animales como humanas) consigue transmitir algo de inquietud y hasta cierta atmósfera malsana que recuerda a El Anticiristo, pero el del italiano Alberto De Martino, no el de Lars Von Trier.
Usar y tirar son las únicas palabras que me vienen a la cabeza con La Semilla del Mal. Pedantería folklórica y teológia farragosa, dirección que busca el impacto gratuito, actores desganados y un climax caótico y mal planteado que finalmente inicta a la carcajada no cómplice para con el espectador. Esperemos que este hombre siga abriéndose la cabeza para realizar una buena trama para el tercer Batman de Nolan y se deje de chorradas sobre gemelos malvados no natos que vienen del otro mundo a dar por culo (no literalmente) a canguros buenorras que dicen "oh my god, oh my god " a sus amigas por la web cam, ellas no lo merecen.
Bonito culamen, y esas cosas.
ResponderEliminarLa moza está de muy buen ver todo sea dicho.
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