lunes, 29 de agosto de 2016

Cazafantasmas (2016)



Título original Ghostbusters (2016)
Director Paul Feig
Guión Katie Dippold y Paul Feig, basado en personajes de Dan Aykroyd y Harold Ramis
Actores Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Leslie Jones, Kate McKinnon, Cecily Strong, Chris Hemsworth, Andy Garcia, Michael Kenneth Williams, Neil Casey, Matt Walsh, Nate Corddry, Mark Burzenski, Pat Kiernan, Nick Austin




En el año 1984 el director canadiense Ivan Reitman y los actores y guionistas norteamericanos Dan Aykroyd y Harold Ramis decidieron ir un poco más allá con respecto a las previas colaboraciones cinematográficas que habían compartido e idearon una comedia con apuntes de terror llamada Cazafantasmas que narraba las aventuras de un grupo de científicos que se dedicaban a recorrer la ciudad de New York para atrapar todas las entidades sobrenaturales que decidían aterrorizar a los habitantes de la Gran Manzana. Al carro se subieron también Bill Murray, Ernie Hudson, Sigourney Weaver, Rick Moranis o Annie Potts entre otros y el éxito, como todos sabemos, fue descomunal. Ghostbusters se convirtió de la noche a la mañana en un taquillazo brutal que dejó una huella indeleble en la mente de no pocos espectadores y aunque cinco años después su secuela, Cazafantasmas 2, no tuvo el mismo recibimiento el que aquí suscribe ya la defendió hace un tiempo como una más que digna continuación del film primigenio en este artículo con el que repasamos la saga y sus derivados. La idea de una nueva secuela o un reinicio de la franquicia llevaba décadas tanteándose en las oficinas de Sony Pictures Entertainment, pero la negativa del actor de Lost in Translation a participar en el reparto o la defunción del gran Harold Ramis dieron al traste con una continuación de los films originales. De modo que el remake era la única solución por parte de Hollywood para resucitar a los cazadores de fantasmas más famosos del cine moderno. El problema es que el lógico y comprensible recelo hacia revisar películas de culto que no merecen una nueva versión pasó a algo más grave cuando los productores del nuevo proyecto decidieron que este pasaría a estar protagonizado por cuatro mujeres en logar de los hombres que dieron vida a los personajes principales en los films de los años 80.




Es posible que en los meses posteriores a la elección del reparto femenino de la nueva Cazafantasmas un servidor haya asistido a algunos de los comportamientos y comentarios más vergonzosos y sonrojonates de toda mi vida como cinéfilo y para más escarnio viniendo la mayoría de ellos de miembros de mi mismo sexo. Expresiones como “feminazis”, “destructores de infancias” o “corrección política” se encontrarían entre las más moderadas leídas por la red relacionadas con el tema de este remake, eso siempre que eludamos las aberrantes opiniones en las que se hacía mofa con el aspecto físico de las actrices (como todos recordamos los protagonistas de los dos films originales eran unos Adonis dentro de Hollywood) enfatizando que una cinta de Ghostbusters jamás podría estar interpretada por mujeres, sin dar motivos de peso para defender tan peregrina idea. De manera tan demencial como vírica el odio hacia todo lo relacionado con la cinta de Paul Feig llegó a unos cotas alarmantes de vergüenza ajena cuando veíamos a su primer trailer convertirse en el vídeo con más votos negativos de la historia de Youtube, a la actriz Leslie Jones tener que abandonar la red social Twitter tras recibir una enorme ola de insultos sexistas, IMDB llenarse de notas negativas antes de estrenarse el film, al fandom más cerril y radical volverse más loco todavía cuando la crítica americana reseñaba la película como un muy competente ejercicio de cine veraniego y ya alcanzando el mayor nivel de despropósito cuando Dan Aykroyd defendió que este reboot era mejor que los largometrajes originales para seguidamente los seguidores más extremistas echárseles al cuello, es decir, gente que llega a defender de manera tan dogmática un producto que cree de su propiedad como para llegar a insultar al creador del mismo.




Dejando de lado el tema polémica que nos confirma de manera tajante que nos queda mucho camino que recorrer para erradicar términos como la intolerancia, el machismo o la inmadurez vamos a hablar, ya en un plano estrictamente cinematográfico, de lo que supone como película esta nueva Cazafantasmas. No se puede decir que Sony no haya tratado de poner todo de su parte para que este reinicio de la saga esté arropado por profesionales cuyo talento sea dificilmente rebatible. Para dirigirla la elección de Paul Feig es sencillamente brillante, ya que nos encontramos con uno de los mejores directores de comedia actuales teniendo en su haber films divertidísimos como Espías (Spy), Cuerpos Especiales (The Heat) la muy alabada La Boda de Mi Mejor Amiga (Bride Maids) e incluso alguna serie de culto como Freaks & Geeks, ideada esta junto a su amigo, el también guionista y cineasta, Judd Apatow. El reparto está formado por la habitual de Feig y actual reina de la comedia americana estadounidense Melissa McCarthy, Kate McKinnon y las asiduas del programa Saturday Night Live, Leslie Jones y Kristen Wiig, esto último también utilizado como arma arrojadiza por no pocos exégetas que afirmaban lo injusto que era dar un papel a humoristas que podían haber ejercido intérpretes de verdad, los mismos que suponemos desconocerán que Dan Aykroyd y Bill Murray también salieron de la cantera de aquel mítico y longevo show antes de aparecer en la primera Cazafantasmas. Finalmente y poniendo la peculiar nota masculina tenemos al mismísimo Dios del Trueno, Chris Hemsworth, dando vida a Kevin, el guapo pero poco avispado recepcionista de las cuatro científicas expertas en dar caza a lo sobrenatural y al que se sumarán una serie de numerosos cameos que es conveniente no mencionar aquí.




Cazafantasmas, pese a quien le pese, es un magnífico blockbuster veraniego, una superproducción que apela por el escapismo ligero y la diversión en sesión continua, una muestra clara de qué puede llegar a hacer Hollywood cuando pone al frente de un proyecto de esta envergadura a unos autores que sienten verdadero cariño y respeto por el material de partida sobre el que construirán su producto. Este remake del presente 2016 es escrupulosamente fiel al largometraje de 1984 dirigido por Ivan Reitman y escrito por Dan Aykroyd y Harold Ramis, de hecho en ocasiones lo es tanto que peca de autocomplacencia (la estructura de las trama en ambos films en sencillamente indéntica) y eso le impide tomar forma como proyecto independiente y volar libre, pero sabiendo la presión a la que se han visto sometidos los creadores del largometraje y las ingentes cantidades de bilis que sobre ellos se han regurgitado era de esperar que no arriesgaran en este sentido y a fe mía que no lo hacen. El tono de comedia amalgamada con pasajes de terror está siempre presente en pantalla y en ese apartado hay que destacar un soberbio diseño de los fantasmas que en poco tiene que envidiar a lo de los films originales y unos efectos digitales sencillamente brutales que hasta cuando se muestran más hiperbolizados (ese clímax final desatado y apocalíptico) siempre están supeditados a la historia que Paul Feig y su co guionista Katie Dippold están narrando. En todo momento se nota que en Sony se han tomado muy en serio el relanzamiento de la franquicia ectoplásmica porque por un lado tanto como producto cinematográfico para toda la familia y por otro como revisión de la obra original este remake funciona a la máxima potencia.




Aunque el arranque es muy potente y en él ya podemos vislumbrar cuán respetuosos van a ser los autores con las entregas previas de la saga al largometraje le cuesta dar sus primeros pasos. La película tiene que realizar muchas acciones al mismo tiempo como mostrar las señas de identidad estilísticas de su puesta en escena, calibrar el tono de comedia al que se va a entregar el resto de metraje y presentar a los personajes que con unas leves pinceladas tienen que dar las primeras muestras de sus distintas personalidades. En este proceso los guionistas inyectan una cantidad brutal de gags y chistes por minuto de modo que los descacharrantes y de una brillantez intachable se alternan con los tibios o menos inspirados, pero por suerte este es el tipo de films que pone una sempiterna sonrisa en la cara de un espectador que en no pocas ocasiones se verá interrumpida por la carcajada o el llanto por culpa de la risa (debo admitir que hay al menos tres golpes en el film que me hicieron saltar las lágrimas). Los escritores se hacen fuertes en apartados como el de dar, dentro de lo que cabe, una explicación científica coherente a las actividades paranormales que las protagonistas llevan a cabo y sobre todo o el de aprovechar la era internet y la imediatez de las redes sociales para haber podido meter dentro del film referencias a las muchas descalificaciones personales que las actrices y la producción han recibido (todo apunta a que cuando salió el primer y machacado trailer el film todavía se estaba rodando, porque es imposible que tantas referencias a la realidad sean fruto de la casualidad) transmitiendo el proyecto una sensación de revanchismo bien entendido que regala algunos de los mejores gags del guión. Sirvan como ejemplo cuando las protagonistas leen los comentarios que los usuarios les dejan en los vídeos que cuelgan en Youtube, las menciones a que sus uniformes parecen de basureros o declaraciones machistas por parte de algunos personajes que parecen haber sido sacados de los comentarios que se han vertido sobre el film en la red.




Como era de esperar el reparto está a la altura de la situación y las cuatro actrices son unas muy dignas herederas del casting de actores masculinos que dieron vida a los Cazafantasmas en 1984 y 1989. Que nadie busque en los personajes de este reinicio émulos de los de los film originales, los aquí presentados son otros con personalidades diferentes que en algunos apuntes toman señas de identidad de los interpretados por Murray, Aykroyd, Ramis y Hudson, pero sin que se conviertan en sus contrapartidas femeninas. Aunque Melissa McCarthy es uno de los personajes con más notoriedad y el nombre más conocido del reparto su labor no destaca por encima del resto de sus compañeras. Una vez más su director fetiche le regala una gran cantidad de gags y diálogos con los que explotar su más que contrastadoa vis cómica, pero más entrañable y disparatada se muestrae Kristen Wiig, una actriz especialmente dotada para el humor físico y poseedora de una comunicación no verbal y una gestualidad sencillamente brillantes. Leslie Jones también se gana el sueldo a conciencia con pasajes divertidísimos como su vida como trabajadora en el metro antes de ingresar en las Cazafantasmas, su peculiar manera de “exorcizar”o sus reacciones cuando se enfrenta a sus primeros fantasmas. Pero un servidor se queda enamorado de esa mezcla entre chulería, locura y pasotismo amalgamados en el cuerpo de una brillante Katie McKinnon, que se revela como el mayor acierto de casting del film ofreciendo una cara de los Cazafantasmas entre alocada, sensual y lúcida que ofrece momentos brillantes y que tiene su culmen cuando en plena batalla campal decide probar sus “nuevos juguetitos”, una pasaje de acción magnífico. Por último no olvidarme de Chris Hemsworth como el atontado Kevin, ya que el australiano muestra aquí unas dotes envidiables para el humor y reirse de sí mismo con un personaje puede que demasiado estúpido, pero que sirve como reflejo masculino del clásico rol de secretaria guapa pero tonta con el que Hollywood lleva décadas creando estereotipos pueriles y sexistas.




Pero lo que más ha sorprendido al que suscribe de una película como Cazafantasmas ha sido la labor de Paul Feig detrás de las cámaras. Este remake es sin lugar a dudas el proyecto más grande el que se implica el director de episodios de The Office o Arrested Development y como maestro de ceremonias muestra un control total de un presupuesto tan abultado como el que Sony pone a su disposción. El cineasta sabe conjugar la comedia con el terror, hacer un uso brillante de los magníficos fantasmas que los CGI crean con gran maestría estilísitca, mantiene el nivel que siempre ha poseido como director de actores, pero sobre todo llama la atención lo resuelto que se muestra con las escenas de acción, algo que ya se dejó notar en Espías pero que en la cinta que nos ocupa se ve multiplicado exponencialmente hasta el límite de ofrecer algunos de los pasajes técnicos mejor rodados de todo lo que llevamos de verano. Esa recta final con terremotos, espectros dominando el skyline newyorkino, el desfile de globos gigantes rematados con ese entrañable cameo final o la aparición del descomunal “final boss” (toda una declaración de principios la forma que toma el mismo para enfrentarse a las protagonistas) son muestra fidedigna de que Feig y su equipo técnico lo han dado todo para ofrecer una muestra quintaesencial de lo que debería ser normalmente el cine palomitero made in Hollywood, convirtiendo a Ghostbusters en una montaña rusa con subidas y bajadas que saciarán el apetito de todo tipo de espectadores que no se dejen llevar por los prejuicios.




Cazafantasmas es puro cine de evasión, un producto para toda la familia que cumple casi todas las expectativas que se pudieran depositar en él respetando a los largometrajes a los que da reinicio y atrayendo a nuevas generaciones de fans para que descubran el universo creado hace casi veinticinco años por unos humoristas con talento que han delegado responsabilidades en otras que no lo son menos. Por desgracia la inquina que atrajo el proyecto desde su misma gestación ha pasado factura en el rendimiento en la taquilla y por ahora Sony no ve rentable la película como para pensar en unas secuelas que permitirían a la nueva versión de la franquicia tomar su propia personalidad, dar forma a su propia idiosincrasia y permitir a unos personajes desternillantes desarrollarse y ganar enteros en pantalla. La última película de Paul Feig merece mucho la pena, por la labor de este detrás de las cámaras y al guión, por la excelente entrega de cuatro actrices en estado de gracia que explotan al máximo su sobrado talento para el humor y por pasajes como el del concierto, los intentos del personaje de Kristen Wiig por ligar con el de Chris Hemsworth, por las salidas de este (el momento comparación de fotografías es hilarante) por los cameos de la mayor parte del casting de la cinta original y por ser un proyecto ejecutado con pericia, mimo y la sana intención de hacer reír. Recomiendo ir a verla con la mente abierta y sin condicionamientos de ningún tipo (y el que aquí habla es un fan a muerte de la saga original y sus variantes) porque hablamos de cine comercial de calidad, porque poco importa el género de las protagonistas si hacen bien su trabajo, porque es de estúpidos tomarse en serio algo tan liviano como un blockbuster y porque si el hecho de que hagan un remake “con mujeres” de tu película favorita “arruina tu infancia” eso es síntoma inequívoco de que la misma dejó mucho que desear.


3 comentarios:

  1. Por cierto, decir que esta reseña se publicó originalmente en Zona Negativa
    http://www.zonanegativa.com/zncine-critica-de-cazafantasmas-de-paul-feig/

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