jueves, 8 de agosto de 2013

The Fall: El Sueño de Alexandria, imagina la historia más grande jamás contada



Título Original The Fall (2006)
Director Tarsem Singh
Guión Dan Gilroy, Nico Soultanakis y Tarsem Singh basado en la película Yo Ho Ho de  Zako Heskija
Actores Lee Pace, Catinca Untaru, Justine Waddell, Julian Bleach, Robin Smith, Daniel Caltagirone, Leo Bill, Sean Gilder, Grant Brett Swamby, Marcus Wesley, Jeetu Verma






Imagina a un director llamado Tarsem Singh de origen hindú que a pesar de tener un nombre en el mundo del videoclip debuta en el séptimo arte con un estropicio llamado La Celda al que da forma para el lucimiento de su protagonista, la actriz Jennifer López, y que es un fracaso de crítica y público aunque unos pocos aseguran ver fogonazos de talento en aquella producción del año 2000. Tan sonoro fue el batacazo que el director tardó muchos años en poder sacar adelante su próximo film, un remake de una desconocida cinta búlgara llamada Yo Ho Ho que gestó durante 17 años y tardó en rodar 4.




Imagina una película rodada por un señor que es una fuerza sobrenatural con un don que bordea la divinidad para captar momentos de belleza que detienen el tiempo. Una obra que a pesar de haber ganado (con cierta e incomprensible polémica) el premio a la mejor película en el Festival de Sitges de 2007 es poco conocida, sólo venerada por un reducido grupo de fans que la consideran una cinta de culto y que no ha recibido hasta hoy (seis años después de su estreno) el reconocimiento que merece, ya no sólo por su inabarcable acabado artístico, también por la bellísima historia que relata y que contra todo pronóstico no es devorada por la estética del proyecto.




Imagina un hospital localizado en la ciudad de Los Ángeles durante los años 20 en el que una pequeña niña rumana que se ha roto el brazo por una caída y un depresivo especialista de escenas de acción de Hollywood que ha sufrido un accidente (otra caída, el título del film no es gratuito y tiene muchas lecturas) durante el rodaje de la secuencia de un western forjan una amistad sustentada en la pureza por parte de ella y la conveniencia por parte de él, ya que el segundo promete contarle una historia maravillosa a la primera siempre y cuando le consiga de manera furtiva la morfina con la que en secreto quiere quitarse la vida.




Imagina el poderosísimo choque entre una historia más grande que la vida que mezcla Las Mil y Una Noches y Ali Babá y los Cuarenta Ladrones con apuntes de El Zorro en la que todo es posible, donde miles de mundos diferentes se fusionan par dar forma a una tierra infinita y rica y una realidad que se rompe en pedazos en un hospital en el que la muerte acecha tanto al anciano como al recién nacido y en el que el sufrimiento físico y psicológico está a la orden del día. Una conjunción cinematográfica armónica e inquebrantable que haría las delicias del Guillermo del Toro de El Laberinto del Fauno o el Terry Gilliam de Los Héroes del Tiempo (Time Bandits) y Brazil.




Imagina lienzos en movimiento, la confirmación inapelable de que ser un director de anuncios publicitarios o videoclips no es un hándicap, que recorrer 25 países durante casi dos décadas puede permitirte elegir los exteriores más maravillosos que el ojo humano ha podido ver en una pantalla de cine, sin retoques digitales, sin artificios, haciendo un uso incontestable del blanco y negro, la slow motion, todos los movimientos de cámara habidos y por haber, de la conjunción épica (en el más amplio sentido de la palabra) entre imagen y música cuando ese segundo movimiento de la séptima sinfonía de Beethoven abre y cierra esta magistral lección de narración hecha celuloide.




Imagina una fábula universal que visualmente va cambiando a placer del narrador o su receptora cuando esta se implica en la misma, a Alejandro Magno cambiar de localización en un sólo plano con travelling lateral en una primera toma de contacto con un mundo onírico infinito que ya va dándonos pistas sobre que este tal Tarsem se ha dejado poco más que la vida por realizar un sueño en forma de imágenes y sonidos que es un regalo para los sentidos y que dignifica con su sola existencia este invento con más de 100 años que dos hermanos franceses crearon casi por equivocación.




Imagina a cinco personajes (un bandido enmascarado, un experto en explosivos, un guerrero hindú, un ex esclavo y a Charles Darwin a los que más tarde se unirá un mago) buscando venganza contra un malvado gobernador al que tendrán que perseguir por tierras recónditas en las que vivirán las más maravillosas y terribles de las aventuras y en las que conocerán a todo tipo de extravagantes seres tanto humanos como animales que les servirán de guía para un viaje más introspectivo que físico y que se reflejará en el mundo real en la mente de un hombre cansado de vivir porque cree haberlo perdido todo y que encontrará en una niña de cinco años a su redentora.




Imagina a la niña de cuatro años más adorable, tierna, humana y maravillosa que ha dado el séptimo arte, una pequeña y debutante actriz rumana que sin tener idea de inglés se aprendió los diálogos de su guión fonéticamente, un ser cuya pureza es tal que un objeto como un cámara de cine no puede capturar en toda su magnitud, una criatura que realiza aquí un trabajo tan descomunal que ojalá tome la sabia decisión de no volver jamás a hacer cine porque participe en el proyecto que participe el resultado ensuciará las cotas de vida las que ha llegado a dar forma en su primera película.




Imagina a un actor joven pero con una presencia magnética, un físico elegante y una voz rotunda que comenzó siendo un desconocido en una entrañable serie como Pushing Daisies, que hoy se rifan nombres de primerísima fila como Steven Spielberg o Peter Jackson y que aquí no sólo representa con una veracidad doliente a un animal herido, resquebrajado, al fin y al cabo cobarde. sino que también consigue estar a la altura de la bestia sobrehumana de poco más de un metro que le da la réplica como si de una de las grandes de la interpretación se tratase.




Imagina un desenlace de un dramatismo rotundamente sincero nacido de las mismas entrañas con el que esperas que el director y su equipo de guionistas te arranquen de cuajo el corazón para aplastarlo con el puño cuando realmente lo único a lo que da pie es que una niña de cuatro años lo toque con su dedo índice, porque cuando el egoísmo se enfrenta con la pureza, cuando la muerte autoimpuesta choca con el brillo eterno de la mente inmaculada como en todo buen cuento el bien triunfa sobre el mal, la luz devora a las tinieblas y finalmente la vida se abre paso.




Imagina que cuando las luces se apagan y todo ha terminado no sólo has asistido al cuento de hadas más hermoso que se ha rodado en imágenes, a la declaración de amor más sincera a narrar historias, a la ficción, a viajar a otros mundos, también has sido participe de uno de los más bellos poemas dedicados al mundo del cine, a las imágenes en movimiento y a aquellos hombres sin rostro que desde que el medio dio sus primeros pasos crearon escenas físicas tan peligrosas que los actores no eran capaces de hacer y que hasta el día de hoy nos han regalado momentos inolvidables como se ve en ese montaje de cine mudo (en contraposición al estilizado y poético que abría el film, clasicismo y vaguardia unidos de la mano) que desde mi punto de vista no tiene nada que envidiar al que cerraba la sobrevaloradísima Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore.




Imagina que eres Tarsem Singh y que después de hacer esta incontestable obra maestra perpetras una versión de baratillo de 300 llamada Inmortals (que un servidor ni terminó en su momento y pocas ganas tengo de ello) y la enésima versión de Blancanieves (Mirror, Mirror) con Julia Roberts de bruja mala confirmando que cuando no te dedicas en cuerpo y alma a sacar adelante un proyecto propio eres uno más de los engranajes que se gana el pan como pueden en Hollywood. Pero poco importa eso o lo que hagas en un futuro, porque un amplio grupo de personas que se enamoró de The Fall sabe que un día te abriste en canal para darle forma y el mundo del cine a día de hoy no te está suficientemente agradecido por ello y posiblemente nunca lo estará.


3 comentarios:

  1. Por cierto, quiero dar las gracias a la usuaría (supongo que es usuaria) de Filmaffinity, Neathara y a su soberbia crítica de The Fall que he tomado como inspiración para la mía.

    http://www.filmaffinity.com/es/user/rating/369212/698185.html

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  2. Fiel seguidor de tu blog y de toda la farándula de zoneros desde hace años, esta es la primera vez que me animo a comentar a raíz de esta entrada sobre una película magnífica y entrañable que es una completa desconocida por motivos que nunca llegaré a entender. Es que da rabia que auténticos bodrios los haya visto todo el mundo, y una joya como The fall sea cuasi desconocida. Yo también me quedé prendado.
    Suscribo todo lo dicho, salvo que a mi sí me gusto La celda, aunque sólo sea por la vistosidad de su puesta en escena.

    Gracias por tu blog ameno y didáctico, espero tu crítica sobre la desconcertante Valhalla Rising, muestra de lo mejor y de lo peor del señor Refn.

    Saludos.

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  3. Muchas gracias Justo, una placer tenerte por aquí. Sí, es una gran película, de las últimas que he visto de las que más me ha llegado junto a Jagten o Leolo, aunque esta últims tiene ya unos años.

    Ya tienes por ahí la crítica de Valhalla Rising que después de la leve decepción que supuso para mí Only God Forgives me ha gustado mucho.

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