domingo, 25 de octubre de 2015

Regresión



Título Original Regression (2015)
Director Alejandro Amenábar
Guión Alejando Amenábar
Actores Ethan Hawke, Emma Watson, Aaron Ashmore, Devon Bostick, David Thewlis, Dale Dickey, Aaron Abrams, Adam Butcher, David Dencik, Kristian Bruun, Matija Matovic Mondi, Janet Porter, Goran Stjepanovic




Después del giro hacia el drama que supusieron la exitosa Mar Adentro y la muy reivindicable Ágora el célebre y prestigioso director español de origen chileno, Alejandro Amenábar, vuelve al género que le dio la fama con sus tres primeros films, Tesis, Abre los Ojos y Los Otros, el thriller, aunque evidentemente acercándose más al terror de este último, su magnífico debut internacional con la australiana Nicole Kidman como protagonista. Regresión llega seis años después del estreno del último largometraje de su autor, durante este tiempo ha coqueteado con los videoclips o los cortometrajes con vocación publicitaria y se ha dedicado a escribir el guión de este proyecto internacional (aunque con capital principalmente español) y rodado en inglés del que comenzó a hablarse oficialmente a principios de 2014 cuando salió a la luz que los protagonistas de la cinta serían el estadounidense Ethan Hawke (Training Day, Boyhood) y la británica Emma Watson (la saga Harry Potter, The Bling Ring). Tras un tibio recibimiento por parte de crítica y público cuando inauguró el último Festival Internacional de San Sebastián, la rocambolesca odisea que supone su estreno en Estados Unidos, el éxito en la taquilla española en su primer fin de semana a pesar de la polémica con ese euro de más que cobran por las entradas para verla en las multisalas propiedad de Cinesa y lo poco que ha convencido en líneas generales al público, en Zona Negativa hemos podido ver ya la última película de uno de nuestros directores más reputados. A continuación hablaremos tanto de sus virtudes como de sus defectos como de los aciertos y fallos de Alejandro Amenábar a la hora de abordar esta muestra de cine de terror con trasfondo satanista y conspiranoico inspirado en hechos reales que supuestamente tuvieron lugar durante los años 80 y 90, en palabras del mismo cineasta.




Regresión narra la investigación por parte del detective Bruce Kenner (Ethan Hawke) de un caso en Minnesota durante el año 1990 en el que una joven llamada Ángela (Emma Watson) confiesa haber sufrido abusos sexuales a manos de su padre John (David Dencik). Gracias a la incorporación de un psicólogo, el Doctor Raines (David Thewlis), especializado en realizar a sus pacientes regresiones para recuperar recuerdos que la mente ha desechado de manera involuntaria y la obsesión por la investigación de Kenner poco a poco los implicados en la agresión a la que fue sometida Ángela comienzan a añadir valiosa información sobre el caso en el que una supuesta secta satánica parece ser el núcleo central de una extraña conspiración. Estas son las cartas con las que juega Alejandro Amenábar a lo largo de los 105 minutos que dura su sexto y esperado largometraje, nada nuevo en el horizonte dentro de las cintas sobre sectas satánicas que tuvieron su filón en la década de los 70 con todo tipo de producciones tanto en el seno de Hollywood como en el cine más underground y de Serie B dentro del terror. Por desgracia el regreso del cineasta español no está a la altura de su talento y no sólo porque un proyecto como Regresión es una obra considerablemente menor e impersonal dentro de su filmografía, sino también porque después de una hora de metraje más que digna su guión comienza a dar continuos bandazos narrativos tan improbables como mal ejecutados que cierran de manera deficiente un film que no pasa de entretenido y agradable de visionar.




Como era de esperar desde el primer minuto de metraje en Regresión se deja notar la mano de un director que sabe demencialmente bien lo que está haciendo, al menos en el apartado técnico de la cinta. El español controla con pericia el tempo de suspense y las continuas revelaciones que poco a poco van dando pistas sobre el caso que investigan el detective Kenner y sus colaboradores, consigue afianzar una atmósfera mórbida, amenazante, palpable, rodando paisajes de la América profunda devorados por la oscuridad y un mortecino ambiente que llega hasta al rincón más recóndito de todas y cada una de las casas de esa lacónica comunidad ofreciendo una deuda más que notable con la visión que da de su Maine natal el escritor estadounidense Stephen King en su obra literaria. La poderosa impronta del realizador de Luna se deja notar en pasajes como los que abordan las regresiones a las que son sometidos distintos personajes, la escena de “la visita sexual” en el dormitorio o ese tour por el granero del personaje de Ethan Hawke (qué gran uso de la grabadora y la voz en off tanto aquí como en el resto del film) en el que da lo mejor de sí mismo como narrador regalando el que es el momento álgido de la película. Esa congregación de encapuchados de rostros pálidos y sonrisas dementes son expuestos en pantalla con un acierto mayúsculo, remitiendo tanto a La Semilla del Diablo (Rosemary’s Baby), de Roman Polanski como a Eyes Wide Shut, de Stanley Kubrick, y transmitiendo una sensación impía que se agarra a la piel de un espectador en continua tensión asistiendo a rituales inhumanos de perversión y sadismo.




Por desgracia cuando Alejandro Amenábar lo tiene todo para rematar un proyecto impersonal y genérico pero sugerente y bien ejecutado gracias a su valía como realizador, conduciendo sabiamente a un grupo de actores encabezados por unos resueltos Ethan Hawke y Emma Watson que en ocasiones se ven eclipsados por la excelente labor de secundarios como David Thewlis, un soberbio David Dencik (que ya dio buena muestra de su talento en Serena, de Susan Brier) o Dale Dickey y tejiendo un guión que sin ser un dechado de originalidad (la sombra de la primera temporada de True Detective de Nic Pizzolatto y Cary Joji Fukunaga es alargada, demasiado) va poniendo cuidadosamente y con coherencia sus piezas sobre el puzzle que es la trama, en la media hora final de metraje la escritura de la película empieza a tambalear alarmantemente sin motivo aparente, forzando situaciones, añadiendo apuntes considerablemente reprobables (lo del anuncio publicitario para justificar lo que concierne a las regresiones da un poco de vergüenza ajena) y teniendo que explicar giros ininteligibles por medio de unos diálogos expositivos por parte de los personajes con los que el cineasta trata de explicarnos situaciones que apelan a la incoherencia, lo improbable y deficiente. Cuando llegamos al final del metraje descubrimos que había un motivo para que Alejandro Amenábar perdiera las riendas de la narración y este era llegar al mensaje final (sensato y remarcable) un claro ejemplo de “el fin justifica los medios” que desvirtúa los aciertos argumentales que hasta ese momento habían despertado el interés de un espectador que después de las incontables idas y venidas de las que se hacen uso para despistarlo se entrega definitivamente al agotamiento con una serie de distintos finales, para cerrar todas las tramas, que convierten en plomizo lo que antes tenía buen ritmo y adecuado desarrollo.




Aunque con Regresión ha vuelto a sus orígenes poco de la autoría de Alejandro Amenábar puede vislumbrarse en su última producción (casi nada tiene que ver el clasicismo deudor del Jack Clayton de Suspense (The Innocents) y el Peter Medak de Al Final de la Escalera (The Changeling) visto en Los Otros con el estilo de la cinta que nos ocupa) no pudiendo decir lo mismo de su profesionalidad como artesano al servicio de un proyecto de género que en la mayor parte de su metraje luce una puesta en escena, un reparto y un diseño de producción que poco tiene que envidiar al de muestras americanas adscritas al cine de intriga o terror. Pero esa recta final en el que el cineasta se entrega como escritor (en más de un momento se echa de menos a Mateo Gil en labores de co guionista) a un caótico “todo vale” empañan los meritorios aciertos que los dos primeros tercios de la obra habían planteado, sin llegar en ningún momento a la excelencia, pero ofreciendo entretenimiento consistente y de degustación agradable. El resultado es una obra menor dentro de la filmografía de Amenábar, una pieza tan entretenida como olvidable que no está a la altura de uno de los mejores cineastas que ha dado el cine europeo en sus últimos veinte años aunque aborde temas interesantes como el extremismo religioso, el miedo o el poder de la manipulación. Puede que elaborar un poco más el guión y sobre todo su resolución nos hubiera ofrecido una pieza más destacable con la que Amenábar viera definitivamente abiertas las puertas de Hollywood para comenzar una nueva carrera al otro lado del charco, pero por ahora sólo nos queda esperar a que su próximo trabajo, independientemente del género al que se adscriba, nos devuelva a uno de nuestros autores más reivindicables.


1 comentario:

  1. Crítica extraída de Zona Negativa

    http://www.zonanegativa.com/zncine-critica-de-regresion-de-alejandro-amenabar/

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