domingo, 5 de junio de 2011

X-Men: Primera Generación




Título Original: X-Men, First Class (2011)
Director: Matthew Vaughn
Guión: Bryan Singer, Ashley Miller, Jamie Moss, John Schwartz, Zack Stenz
Actores: James McAvoy, Michael Fassbender, Kevin Vacon, Jennifer Lawrence, January Jones, Jason Flemyng, Rose Byrne, Oliver Platt, Álex González, Matt Craven




Tras tres entregas cinematográficas X-Men, X-Men 2, X-Men 3: La Decisión Final que formaban una excelente trilogía (incluída para un servidor la tercera parte, nunca comprendiendoo ese rechazo recibido en su momento) y un muy flojo spin off X-Men Orígenes: Lobezno, llega a las carteleras de todo el mundo X-Men: Primera Generación o X-Men: First Class, como se la conoce en su título original. Esta vez dirigida por Matthew Vaughn, aquel señor que empezó produciendo los largometrajes de Guy Ritchie y que ha acabado siendo un más que competente realizador a la hora de llevar el mundo del cómic al celuloide.




Vaughn debutó en la dirección de largometrajes con esa alabada cinta de culto sobre la mafia británica titulada Layer Cake. Más tarde dio forma a la primera de las adaptaciones cinematográficas de un cómic, más bien una novela ilustrada, que realizaría en su carrera, Stardust. Basada en la obra homónima que el guionista Neil Gaiman escribió para el sello Vertigo de DC Comics. Después llevó, con éxito, pero tomándose algunas licencias, a imágenes Kick-Ass, la miniserie de Mark Millar y John Romita Jr para el sello Icon de Marvel.Comics.




La productora Twentieth Century Fox, que aún poseía los derechos de las adaptaciones cinematográficas de los personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby en 1963 y llevados a lo más alto por Chris Claremont y John Byrne en la segunda mitad de los 70 y la primera de los 80, se la han jugado bien a Marvel Studios y se han sacado del a manga otra gran película inspirada en superhéroes de cómic, así como una revitalización magnífica y para nada forzada, aunque en principio no lo pareciera, de la franquicia cinematográfica mutante.




X-Men: First Class mezcla parte del origen real de la serie cuando fue creada por el tandem Lee Kirby en el 63 y los hechos que nos narraron en la serie del mismo nombre que editó Marvel Comics la década pasada a manos de Jeff Parker y Roger Cruz, sucedido este último por otros ilustradores en los números posteriores, en la que actualizaban la génesis de los personajes. La cinta fusiona las dos visiones, pero siguiendo en la medida de lo posible la coherencia con la trilogía cinematográfica original, aunque al igual que en aquella, tomándose algunas licencias con respecto a las viñetas.




El núcleo de la película es la relación entre Erik Lensher y Charles Xavier, Magneto y el profesor X respectivamente. El film comienza con la infancia de ambos y a pesar de que se narran hechos de la vida de los dos está claro que en la trama central hay una notable inclinación hacia el personaje de Magneto, que queda patente ya en el magnífico arranque posterior a la escena del campo de concentración (la magnífica y original de la primera X-Men de Bryan Singer) con Sebastian Shaw, en la que por medio de la colocación de la cámara y el uso de la planificación de tomas Matthew Vaughn da la primera y muy grata sorpresa al respetable.




Porque es un hecho irrefutable. Esta película casi se podía haber titulado X-Men Orígenes: Magneto, es más el primer borrador del guión parece ser que iba por ese camino, y si James McAvoy hace un dignísimo Charles Xavier (aunque cansa verlo tanto rato con los dedos en la sien, emulando una especia de jaqueca crónica) la elección del irlandés Michael Fassbender para dar vida a Lensher es todo un maravilloso acierto. El actor de Malditos Bastardos o 300 captura toda la esencia del personaje, su discurso, su dualidad moral y en el proceso no deshonra el trabajo del genial Ian McKellen de la trilogía original. Para colmo su presencia da pie a que escenas como la del banco y la de la posada en Argentina bordeen lo magníficencia.




Además, es un hecho que es en este terreno donde Matthew Vaughn se hace fuerte, en el retrato de unos personajes magnificamente perfilados, sobre todo estos dos ya mencionados. Esa amistad maltrecham pero nunca resquebrajada del todo, por dos concepciones distintas sobre convivencia y supervivencia entre humanos y mutantes, es apuntada y enriquecida con escenas magníficas entre los dos caracteres. Algo que Bryan Singer depuró bien y que hasta Ratner supo continuar, ese magnífico prólogo de X-Men 3, es esa relación. Pero Vaughn a diferencia del director de Sospechosos Habituales, que es gélido y distante como narrador, sabe dar más sentimiento y trasfondo a dicha historia. En ese sentido no es tan quirúrgico como el realizador de las dos primeras entregas, sino más instintivo y dramático .




Por otro lado tenemos la interesante inclusión de distintos mutantes como Kaos, Banshee y otros mejor trazados como Hank McCoy alias Bestia o Mística, una Jennifer Lawrence arrebatadora, poseedora también de una interesante relación con Xavier desde la infancia de ambos. January Jones da vida a una atractiva y muy creíble Emma Frost, totalmente sensual y manipuladora, como se espera de ella. En este sentido sólo destacar algún fallo como, la caracterización física de Bestia que me parece inferior a la que hicieron con Kelsey Grammer en X-Men 3.




Pero el gran acierto de X-Men Primera Generación es su cuidada ambientación localizada en los años 60 y sobre todo ese tono de cine de espionaje y conspiraciones que tiene como entorno. La han comparado mucho con los primeros James Bond, pero yo veo aquí el trabajo rematado con un trazo más sutil y hasta cierto punto creíble dentro de la fantasía que da forma al producto. Por no decir que lo de situar parte de la acción durante la crisis de los misiles de Cuba es un acierto pleno que da un trasfondo realista y muy a lo Watchmen al largometraje con la batalla armamentística entre Estados Unidos y la URRS.




También nos encontramos innumerables guiños tanto a los cómics como a la trilogía anterior. El club Hellfire, la presencia de Azazel, padre biológico de Rondador Nocturn, o Ángel de los Nuevos X-Men de Grant Morrison nos remiten a las viñetas y los cameos como el de Mística en la cama y sobre todo el genial del bar lo hacen con las anteriores películas. También se toman licencias los guionistas con respecto a la imagen de personajes que no se parecen en nada los de los tebeos como ese Sebastian Shaw, bordado por un maduro Kevin Bacon, o la presencia de mutantes que todos sabemos que no estaban ahí en esa época determinada, pero todo es tan intrascendente como perdonable.




¿Ha conseguido Matthew Vaughn realizar con esta X-Men First Class la mejor película sobre los mutantes de Marvel? Es pronto para saberlo. Lo que si nos ha ofrecido un producto de calidad y entretenido, mientras nos ha hablado de dos personajes antagónicos que se necesitan tanto como se rechazan. Ha realizado un humilde tratado sobre la intolerancia y el miedo a los enfrentamientos bélicos y con ello una de las mejores película sobre superhéores que se ha visto en bastante tiempo y eso que llevamos una buena racha (no hay más que ver a ese Thor de Kenneth Branagh) de ellas. Esta precuela nos deja grandes momentos, una buena historia, personajes interesantes, un españolito en el reparto ahí sin decir nada pero poniendo una pica en Genosha y una moneda con grabados nazis como fetiche ya indivisible de la historia fílmica de los hijos del átomo.



3 comentarios:

  1. AAAAAAAHHHHHHH que ganas de verla de mañana no pasa!!!*_*

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  2. Ainsssssssssssssssssssss *_* acabo de llegar del cine de ver esta maravilla *_*
    Es muy buenaaaaaaaaaa, increible!!! Magneto se come toda la película con patatas, impresionante*_*

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