martes, 14 de septiembre de 2010

Los Mercenarios, grupo salvaje



Título Original: The Expendables (2010)
Director: Sylvester Stallone
Guión: Dave Callaham & Sylvester Stallone
Actores: Sylvester Stallone, Jason Statham, Jet Li, Terry Crews, Randy Couture, Mickey Rourke, Giselle Itié, David Zayas, Eric Roberts, Dolph Lundgren





The Expendables es una excusa cinematográfica mínima para que Sylvester Stallone cumpla el sueño de millones de espectadores que como yo se criaron viendo el cine de aquellos action heroes de los 80 y 90 andando actualmente de capa caída sobreviviendo como buenamente pueden en cutres películas de serie B que se estrenadas directamente en el mercado del formato doméstico. Ver juntos y en una sola obra a todos ellos (ya sean americanos, chinos, británicos o suecos) repartiendo pólvora, explosiones, apuñalamientos y golpes como panes de hogaza.




La octava película de Stallone como director es una hiperbólica versión del cine de acción reaccionario de la era Reagan. Una manera de hacer cine hoy casi extinta que a pesar de su ideología ultraconservadora siempre se mostraba lo suficientemente intrascendente y entretenida como para hacer pasar un buen y unineuronal rato al tipo de espectador sólo ávido por hora y media de testosterona disparada contra la pantalla sin más pretensiones que la pura diversión. The Expendables da todo eso y más, en un ejercicio de nostalgia cinematográfica rodado con brío y oficio.




Que nadie se lleve a engaño. Andan equivocados aquellos que dicen por ahí que Los Mercenarios no se toma en serio a sí misma o que es una especie de parodia del género al que se adscribe, nada más lejos de la realidad. Stallone es consciente de la ligereza y poca trascendencia transmitida por su producto, pero eso no significa que se lo tome con ironía o condescendencia, como sí ha hecho por ejemplo con el cine de terror adolescente el francés Alexandre Aja en Piraña 3D. The Expendables vista por el protagonista de Rocky es una oda a los machos alpha que lo arreglan todo con una técnica milenaria, la del bofetón a mano abierta.




Los Mercenarios confirma algo que ya se vio en la muy bestia y conseguida John Rambo. Que Stallone ha dado un paso de gigante como director de acción. Se le dan soberanamente bien las coreografías bélicas, las escenas de combates y poner en pantalla secuencias violentas muchsas veces introducidas en el gore con todo tipo de desmembramientos y decapitaciones. Aunque en la mencionada cuarta entrega de Rambo la brutalidad era más abundante que en la cinta que nos ocupa. El guión no deja de ser una mera excusa sobre un grupo de asesinos a sueldo que reciben la misión de derrocar al típico dictador de república bananera opresor de su pueblo, pero esta vez tenemos el añadido de un colaborador americano ex agente de la CIA.





Sylvester ofrece su momento de gloria a todos los componentes del reparto. A Jet Li y Dolph Lundgren les regala una pelea y el amago de otra, a Mickey Rourke un monólogo dramático que el actor subsana con acierto, a Eric Roberts el papel de villano sin escrúpulos, de los que se toman una taza da café mientras ve como sus secuaces torturan a una mujer, a Terry Crews lo del fusil a lo bestia y a Randy Couture la pela con el gurdaespaldas. A Statham le da el co protagonismo absoluto y acierta con ello, ya que al inglés el papel le queda como un guante y a sí mismo se deja el rol principal, el liderazgo, la insulsa historia de amor interracial y la escena de los tres dueños de Planet Hollywood que de puro estúpido resulta entrañable, con guiño a Pulp Fiction por parte de Willis incluido.




Un divertimento a tener en cuenta. Los Mercenarios es una apología del tipo rudo hinchado de testosterona, anabolizantes, y botox, que aboga por la mano dura con código de honor. Stallone ofrece un producto a la vieja usanza, mucha acción, violencia, humor de taberna, poco CGI y zarandajas digitales. Un tipo de cine que ya no se fabrica y viendo la luz de cuando en cuando, como en el caso que nos ocupa, es recibido con una sonrisa cómplice por todos aquellos que nos criamos con obras como Red Scorpion, Cobr: El Brazo Fuerte de la Ley, Delta Force y deseos de que en la inminente secuela de esta The Expendables que se avecina aparezcan otros míticos rostros como los de Chuck Norris, Mark Dacascos, Jean Claude Van Damme, Steven Seagal, Gary Busey o ese Danny Trejo tan de moda y del que espero con muchas ganas Machete.


5 comentarios:

  1. No le consiento que no ame la escena de la iglesia. Es una paja nostálgico brillante.

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  2. Oíga, que sí me gusta, pero la veo un disparate... aunque puede que ahí esté el encanto.

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  3. Yo me lo pasé como un enano con este filme, el último que he ido a ver al cine, está enfocado a un tipo muy determinado de público como bien comentas, para el resto, un entretenimiento olvidable.

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  4. Yo espero que Stallone siga dirigiendo películas de este estilo, pero esa Rambo V que se anunció me parece innecesaria, con lo bien que le quedó John Rambo, hora y diez minutos de carniceria, perfecta para cerrar la saga.

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