jueves, 9 de septiembre de 2010

El Bruto, donde hay patrón, no manda marinero



Título Original:
El Bruto (1952)
Director: Luis Buñuel
Guión: Luis Alcoriza & Luis Buñuel
Actores: Pedro Armendáriz, Katy Jurado, Rosa Arenas, Andrés Soler, Roberto Meyer, Beatriz Ramos, Paco Martínez, Gloria Mestre, Paz Villegas, José Muñoz




He de admitir que de la obra de Luis Buñuel, su etapa mexicana me parece la más completa de su filmografía como director. En la misma realizó productos alimenticios puramente comerciales como Gran Casino u otros más solventes y con algo de su impronta, pero con su característico sello diluido como, La Hija del Engaño (Don Quintín el Amargao). Aunque gracias a ceder con respecto a realizar estos proyectos, más tarde el mismo Buñuel con la inestimable colaboración de su amigo y tocayo Luis Alcoriza podía permitirse realizar obras muy personales y duramente criticas con ciertos sectores de la sociedad de México. El Bruto podría adscribirse a este último grupo, pero con algunos condicionamientos.




De no ser por la mano de un maestro como Buñuel, El Bruto no dejaría de des ser otro melodrama azteca del montón con tintes de culebrón o folletín de baja estofa. El caso es que el resultado final del film no dejó para nada satisfecho a su autor (según él los productores le obligaron a introducir muchos cambios en el guión), curiosa reacción del de Calanda, cuando el espectador puede comprobar con notoriedad que El Bruto para nada es una obra desdeñable a pesar de algún fallo, que es escaso e incluso queda totalmente sepultado por las virtudes del conjunto, que no son pocas.




En El Bruto, Buñuel y Alcoriza tratan principalmente dos temas universales que por desgracia han estado ahí siempre, y se recrudecen con el paso de los años. La especulación inmobiliaria y la lucha de clases. El primer tema está perfectamente representado por Don Andrés, un patrón que no encuentra manera alguna para expulsar a los inquilinos de una de las vecindades que son propiedad suya, por ello contrata los servicios de Pedro, el Bruto, un matón del barrio que ha trabajado para él en numerosas ocasiones y que según las malas lenguas parece ser un hijo no reconocido suyo.




El segundo, el del clasismo, está retratado con suma entereza en las relaciones de Don Andrés no sólo con la vecindad rebelde que se opone al desahucio, sino también con la que mantiene con el mismo Pedro, idea que queda patente en al esclarecedora y sutil escena del matadero, que muestra la abismal diferencia que hay entre la clase acaudalada y la trabajadora con un par de gestos y palabras aisladas. También está muy bien construido en la trama el hecho de como poco a poco Pedro irá tomando conciencia de la realidad y se dará cuenta de a que lado pertenece, aunque ya sea tarde, a Buñuel siempre le salía el izquierdista que llevaba dentro, de una manera u otra.




Pero también podemos encontrar en la cinta que nos ocupa muchas de las señas de identidad de esta etapa en la filmografía del director de Tristana. Pobreza, arrebatadas pasiones, muerte, desheredados, traiciones, es más, no cabe duda de que El Bruto es un especie de extensión o apéndice de todas las inquietudes autorales ya planteadas por Buñuel y Alcoriza en Los Olvidados, mi película favorita de su director y la más grande que he visto en mi vida como cinéfilo, rodada en nuestro idioma. Con aquella intocable producción de 1950 comparte su aire nihilista, de poema desgarradoramente trágico y ese final desesperanzado, pesimista, muy del gusto de su autor.




El Bruto no es una de las mejores obras de Buñuel, ni si quiera es de las más destacadas de su etapa mexicana (teniendo durante esta época obras como la ya mencionada Los Olvidados, Él, Abismos de Pasión o Ensayo de Un Crimen es tarea harto difícil destacar sobre o con ellas) pero sí es un producto de un alto nivel, resuelto con pericia, nada acomodaticio, directo y muy crítico. México recibe con las manos abiertas a Luis Buñuel y él lo primero que hace al llegar a aquellas tierras es morder la mano que le da de comer y desenterrar todas las miserias del país azteca, pero gracias a ello también le regaló algunas de las mejores obras que han salido de la cinematografía mejicana y eso aquellas gentes saben valorarlo en su justa medida, estoy seguro.


6 comentarios:

  1. No he visto nunca una del director de Calanda, ¿me recomiendas una película para empezar?

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    1. ...vea "Los Olvidados"...."Ensayo de un Crimen"...."La ilusión viaja en tranvía"....."El Bruto"......"El esqueleto de la señora Morales"...y....

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  2. Viridiana o el discreto encanto de la burguesia, ambas magníficas y que no necesitan más presentación. Belle de jour es muy buena,muy popular, a mi me resulta un tanto irregular, y El ángel exterminador o los olvidados para un poco más adelante

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  3. Alberto, empieza con Viridiana, su mejor película española y un resumen de todo su discurso autoral. Si lo que ves ahí no te gusta, dudo que te guste mucho la obra de Buñuel.

    Juan, Belle de Jour a mí me parece la obra más completa de su etapa francesa, a falta de ver Ese Oscuro Objeto de Deseo y alguna más. El Ángel Exterminador es muy críptica y alegórica, pero es enorme.

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  4. Estupenda reseña. Coincido además en la preferencia por la etapa mexicana, creo que ahí está el mejor Buñuel, la francesa (con excepciones) siempre se me ha atragantado. La encuetro muy feliz de haberse conocido, en cambio la mezcla de estrecheces económicas, el mismo caracter del cine mexicano ejerciendo influencia y su manejo de los géneros populares )como aquí) sacan lo mejor de Buñuel, lo primero es humor cruel y tronante tan español.

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  5. ....esta no es "una película de..."....¡¡¡¡ES UN A PELICULAZA!!!!!!!!.....ESTO ES LO QUE SE LLAMA "CINE"......saludos

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