domingo, 13 de septiembre de 2009

Un Tranvía Llamado Deseo, en los brazos de la fiebre



Director:
Elia Kazan (1951)
Guión: Oscar Saul basado en la novela de Tennesse Williams
Actores: Vivien Leigh, Marlon Brando, Kim Hunter, Karl Malden, Rudy Bond, Nick Dennis, Peg Hillias, Richard Garrick, Ann Dere






Bueno, pues como le debía esta crítica a alguien y esta noche la he revisionado después de siglos hoy toca comentar la célebre cinta de Elia Kazan basada en la novela de Tennesse Williams ganadora del premio Pulitzer, Un Tranvía Llamado Deseo, que el mismo autor de Esplendor en la Hierba o Los Visitantes había realizado como director de escena en teatro con bastante éxito, previamente a la obra cinematográfica que nos ocupa.




A Streetcar Named Desire
armó más revuleo por su estética, que por su contenido, que aún con todo era de alto voltaje para la época. Es posible que nunca hasta ese año 1951 se hubiera rodado un film que destilara tanta sensualidad y erotismo, por fin las pulsiones sexuales se mostraban de una manera tosca a la par que elegante, con arrebatos de pasión, que sin llegar a ser consumados sólo por gestos y miradas decían mucho más de lo que se mostraba en pantalla y lo más meritorio, todas esas sensaciones aún hoy son transmitidas al espectador, con la misma fuerza, a traves de la curta pared, que en el mismo día de su estreno.





Pero seamos sensatos, si esta película destila sexualidad por sus cuatro costados es por la magnética, masculina y arrebatadora presencia (más física que psicológica) de un Marlon Brando que funde el acero. Stalney Kowalski es un animal salvaje, un bruto, la representación más certera y acerada que se ha hecho jamás de la virilidad, el machismo y la seducción del hombre en la historia del cine, su papel produce rechazo, pero destila tanto carisma que es difícil olvidarlo.




Aunque iterpretativamente hablando, la que se lleva la palma es una pletórica Vivein Leigh como Blanche DuBois. Una sóla y simple muestra de su desencajado rostro con la mirada perdida sirve para ver una de las representaciones más veraces que ha mostrado el cine clásico americano sobre la locura. En cambio Kim Hunter (poco agraciada ella fisicamante desde mi punto de vista) como Stella no me atrae ni convence lo más mínimo. Por otro lado destacar que el recientemente Karl Malden está genial y por su papel recibió un Oscar, pero lo he visto mucho mejor en otras ocasiones, mismamente en La Ley del Silencio, de Kazan también y de nuevo compartiendo cartel con Brando.




Tanto el guión de Oscar Saul que adapta la novela de Williams, como la revolucionaria (por aquel entonces) dirección de actores de un inspiradísimo Elia Kazan engrandecen este trabajo sobre el amor, el deseo, la redención y la locura. Puede que su realizador fuera un miserable que delató a sus compañeros en la caza de brujas llevada a cabo en Hollywood en los años 5o, pero lo que nunca se le podrá negar es su autoría como gran autor y pieza clave dentro del cine estadounidense de la época dorada, a pesar de que desde mi punto de vista algo de profundidad le falta a esta Un Tranvía Llamado Deseo para ser la obra maestra que, siempre desde el cariño y el respeto, faltaría más, para mí no es.


2 comentarios:

  1. ains,por fin has hecho la critica,tenia ganas de leerla,y como bien dices Brando esta que se sale,es odioso pero no le negaria un polvo jajaja
    Espero con ansias las otras criticas que me debes^^

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  2. Sí, las de Los Surfistas Nazis Deben Morir, Vagina Dentada, Los Payasos Asesinos del Espacio Exterior, Ovejas Asesinas y El Fontanero, su Mujer y otras cosas de Meter, están al caer

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