jueves, 24 de septiembre de 2009

Domino, cazadores de hombres en prime time


Director: Tony Scott (2005)
Guión: Richard Kelly
Actores: Keira Knightley, Mickey Rourke, Mena Suvari, Jacqueline Bisset, Lucy Liu, Christopher Walken, Edgar Ramirez, Delroy Lindo, Ian Ziering, Brian Austin Green





Debo admitir que el estilo cinematográfico de los hermanos Scott dejó de llamarme la atención hace muchos años. Se me antoja demencial que dos señores como Ridley y Tony, que llevan más de tres décadas haciendo cine y que están bien entrados en los 70 y 60 años respectivamente, muestren con cada uno de sus nuevos proyectos que no tienen más capacidad como narradores que la de un chaval de 20 años recién salido de la escuela de cine.




Tony Scott ha tenido durante su carrera más aciertos que su hermano mayor, pero claro, Ridley hizo seguidas Los Duelistas, Alien, el Ocatvo Pasajero y Blade Runner, con eso ya tiene un lugar privilegiado en la historia del cine. El menor de los hermanos en cambio no es tan ambicioso, por ello también menos arriesgado, y cuando ha metido la pata no ha sido de manera tan sonora como el realizador de La Teniente O'Neill o Black Hawk Derribado, además el tipo nos ha regalado algunas joyas como Amor a Quemarropa o entretenimientos de alto nivel como Enemigo Público, El Último Boy Scout o la reivindicable Fanático.




El problema es que si las ínfulas de esteta del amigo Tony siempre han sido algo vacuas y reiterativas, desde hace unos años ya son vomitivas. Más o menos desde Spy Game este hombre abusa de una manera pueril de todas las artimañas visuales y de montaje posibles, convirtiendo en jodidos videoclips todos sus films, desde la sobrevalorada El Fuego de la Venganza hasta esta Domino que nos ocupa. El problema con esta última surge conmigo, porque la misma es un resumen hiperbólico y sobreexpuesto de todos los clichés como realizador del director de El Ansia, pero por paradójico que parezca y contra todo pronóstico, me ha parecido muy entretenida e incluso bastante decente.




Domino
es un biopic de baratillo a ritmo de MTV, que sale principalmente a delante por el sensacionalista y divertido guión de Richard Kelly (Donnie Darko, Southland Tales) y por el interminable reparto de actores, encabezado por una Keira Knightley más atractiva que nunca (no aparece tan escualida como de costumbre) y no por llevar encima un arma, incomprensible parafilia sexual tipicamente americana que a mí me pone la líbido por los suelos, un Mickey Rourke entrañable y un Edgar Ramírez demente y carismático, con un desfile de secundarios como Christopher Walken, Jacqueline Bisset, Mena Suvari, Lucy Liu y unos geniales y autoparódicos Ian Ziering y Brian Austin Green memorables, haciendo de sí mismos y riéndose de lo que realmente son, dos actores mediocres que viven de las rentas de la serie de mierda que los lanzó a la fama.




Movimientos de cámara imposibles y rebuscados, zooms innecesarios, primerísimos planos de gafas con cristal de espejo, un abuso cromático del color amarillo en la fotografía, un montaje que parece haber sido llevado a cabo por Michael J . Fox, toda la mierda artificiosa, impostada y pretendidamente falsa de la que lleva haciendo gala Tony Scott como artesano está aquí a la máxima potencia, pero por primera vez y sin que sirva de precedente, no me molesta, la veo incluso, aunque sólo en ocasiones, justificada, por el tono de reality show que tiene el film y por lo poco creíble que es lo que se nos muestra en pantalla y eso que se supone que está basado en hechos reales... más o menos, como dice el cartel que inicia la cinta.




Domino tiene mucha gilipollez en sus dos horas de metraje, esa metáfora del pez muerto como perdida de la inocencia de la protagonista, la subtrama de las negras que lastra el guión, su pueril pero simpática crítica a la televisión sensacionalista (mucho mejor ataque a la misma fue el que Oliver Stone realizó en su genialmente desquiciada Asesinos Natos) y definitivamente el retrato que se hace de la protagonista la muestra directamente como una niñata caprichosa a la que le dio un pronto con el que dejó la pasarela para meterse a cazarecompensas, sin retratarla como una persona remarcable, carsimática o decente en modo alguno. Pero también hay partes memorables, como la escena burrísima del brazo con música de Tom Jones, todo la incorrección política que destila, su mala baba y el humor que veces está muy conseguido, todo gracias al guión de Richard Kelly y el Tony Scott más desfasado, pero también correcto, de los últimos años.



3 comentarios:

  1. Keira Knightley me da asco, a partir de eso, poco que comentar.

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  2. La ví en su día, me da menos asco que la Keira, pero eso tampoco es decir nada bueno

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