Título Original: Sucker Punch (2011)
Director: Zack Snyder
Guión: Steve Shibuya, Zack Snyder
Actores: Emily Browning, Vanessa Hudgens, Abbie Cornish, Jena Malone, Jamie Chung, Carla Gugino, Jon Hamm, Scott Glenn, Oscar Isaac, Danny Bristol
En los tiempos que corren en los que el cine comercial se ha convertido casi en su totalidad en un cúmulo de productos vacíos y sin alma es fácil que alguien poco avispado levante la voz y proclame a tal o cual director como un visionario con una personalidad única e intransferible. Zack Snyder es un muy competente realizador de cine de entretenimiento, consiguiendo con sus tres primeros films dar forma a destacadas obras, más por la base argumental que las sustentaba (un largometraje anterior al que se revisionaba y dos cómics con mayúsculas) que por sus dotes como realizador, pocas, limitadas y repetitivas hasta el hartazgo. Sucker Punch es la muestra fehaciente y palpable de esta teoría planteada.
El quinto film de Zack Snyder, aún no he podido ver Ga'Hoole, es la metida de pata más clara del americano y la confirmación de que si como director es un señor muy limitado como guionista es penoso. Sucker Punch es un proyecto sin pies ni cabeza que el realizador de Amanecer de los Muertos utiliza para marcarse un mix de géneros puesto hasta el culo de todo tipo de referencialidades sin sentido para dar cuerpo a una historia insostenible por sí sola y cuya única misión es dar una excusa argumental mínima par lucir un desfile visual excesivo, repetitivo, mecánico, vendedor de humo y de cinematografía muy dudosa.
Cuando comenté hace un tiempo en este mismo blog Avatar, la visualmente estimulante pero sobrevalorada cinta de James Cameron, hablé de un temor por mi parte con respecto a que el cine del futuro estuviera tan sobreproducido y envuelto en efectos digitales que fuera difícil distinguirlo de los videojuegos. Sucker Punch es la confirmación de tal miedo debido a la misión por parte de Zack Snyder de ofrecernos con su último trabajo algo más parecido a un juego de la PS3 o la XBOX que a una obra cinematográfica. Y no, no tengo nada en contra de los videojuegos. Es más, como sí estoy a favor de que los mismos tomen un tono cinematográfico, no me gusta que el celuloide se asemeje en demasía a los arcades de toda la vida o al menos no haciéndolo para abrazar la vacuidad y el infantilismo.
Sucker Punch es un videojuego, pero no por su atmósfera, su realización o diseño de producción, sino por su estructuralidad, que lo convierte inevitablemente en uno. Con la, estúpida, excusa de que Baby Doll es una experta bailarina capaz de dejar extasiados a los espectadores que la observan danzar Snyder nos mete por la cara fases de un videojuego puro y duro, para colmo teniendo sus monstruos de final de pantalla. Aquí la construcción narrativa adherida al cine como medio brilla por su ausencia. El americano se ampara en la imaginación de su protagonista para crear un batiburrillo en el que ha metido ideas visuales pretendidamente modernas y resultonas sin sentido alguno pero con la creencia por su parte de que encadenadas y puestas en pantalla pueden servir como largometraje, cuando la realidad no es así, ni de lejos.
Zack Snyder no es Quentin Tarantino. El de Knoxville es un autor que tiene una concepción tan acertada y sincera del lenguaje cinematográfico, sea del pelaje que sea, que es capaz de crear una obra multireferencial y darle a pesar de ello no sólo coherencia, sino su sello personal incluso engrandeciendo y honrando a esas obras y autores de las que se ha alimentado para moldear su propia criatura. Synder en cambio introduce todas sus filias (anime, cine bélico, films carcelaríos, onirismo mal entendido, Serie B, vodevil, aventuras gráficas) en una turmix y el resultado es un disparate a tantos niveles que se antoja dificil mencionarlos todos.
Con respecto a esta construcción formal el mayor fallo es realizar una película situada en los años 50, con música machacona y remixes chirriantes de temas rock y pop, unas protagonistas estereotipadas hasta el exceso, utilizando armamento pesado (los americanos y su incomprensible fetichismo por chicas con curvas armadas hasta los dientes) luchando contra samurais gigantescos, dragones y nazis zombies sin tomarse todo a broma, eludiendo ser consciente de que estar dando vida a un disparate y y aplicarndo una innecesaria pátina de solemnidad y dramatismo como la del sonrojante clímax en las escena del camerino. Es más, si Snyder toma como referencia esa genialidad llamada Brazil de su admirado Terry Gilliam (el final lo fusila totalmente de aquella) parece no recordar que el ex Monty Python construyó sobre el humor esa impagable obra maestra, para luego darle un giro dramático que dejaba al espectador completamente fuera de juego.
Todo falla en Sucker Punch. Snyder abusa más que nunca de filtros, cámaras lentas interminables, planos detalles innecesarios sin aportar nada a la endeble trama, el de la hoja de la katana en la que se muestran todos los grabados de la misma es de vergüenza ajena, reincidiendo alarmentemente en un simple subrayado que transmite hastío e inquietud al espectador. Por otro lado la intención de sexualizar el film fracasa estrepitosamente, ya que ni una sola de las chicas protagonistas de la obra consiguieron transmitirme algo más que indiferencia a pesar de vestir como un grupo de dominatrix y poner morritos durante todo el metraje. ¿Estarán en lo cierto los que dicen que a Snyder se le da mejor retratar físicamente a hombres que a mujeres?.
Sucker Punch confirma varias cosas. A pesar de ser un considerable fracaso es una cinta entretenida para ver en una tarde tonta. Snyder no es un genio, ni un visionario, ni un autor. Su estilo visual, su única virtud y carta de presentación, renquea, cansa y no se puede usar para todo tipo de proyectos.¿Dónde está ese prometedor artesano que debutó con Amanecer de los Muertos y que por desgracia desapareció en 300 y Watchmen a pesar de ser cintas excelentes?. El nombre y la temprana e inmerecida fama pueden servir para ocultar hechos casi irrefutables como que la escena del tren parece perpetrada por Uwe Boll. El Hollywood más comercial va por el peor de los caminos sobre todo si este es el cine del futuro. Porque en ese caso parad el el Planeta de los Simios, que yo me apeo.
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ResponderEliminarme respondes a munekitacat@gmail.com
besos
Catherine
en su día pasé de esta peli temiéndome lo peor; ayer por la tarde, no me digas porqué (supongo que al hilo de la polvareda que está levantando el man of steel), me acordé de ella y decidí darle un visionado; qué coño, una peli de chavalas el lencería con pistolones, con samurais gigantes , robots voladores, nazis zombis a vapor, orcos, dragones, etc., (sólo falta un gorila) y que, además, cuenta con la presencia de scott glenn, algo tenía que tener de bueno, no?
ResponderEliminarpues no. menudo forro que nos ha metido snyder. un puto videojuego, aburrido, pretencioso, predecible, y completamente vacío de espíritu.
coincido contigo en todo lo escrito menos en una cosa, NO es una película entretenida para ver en una tarde tonta.
lo único salvable (para mi gusto), el clip de los títulos de crédito finales a ritmo del 'love is the drug' de roxy music (en una más que decente versión interpretada por carla gugino y oscar isaac).
aún no he visto el hombre de acero (aunqe si he leído muchas opiniones sobre ella), pero espero que no se parezca en nada a esta porque, sino, estamos jodidos.
PD: probablemente éste (http://www.youtube.com/watch?v=8fyr0zbaFyE) habría sido el tema principal de la cinta si la hubiera rodado tarantino. no hay color con la pretenciosa BSO de la peli.
Pues mirándola con el tiempo te doy la razón en lo de que ni para echar el rato, cuando la vi no me gustó nada, pero su recuerdo se me antoja aún peor.
ResponderEliminarYo veré Man of Steel el miércoles o el jueves sin falta y ya la comentaré por estos lares.
Pd: Carla Gugino es posiblemente mi diosa hollywoodiense actual, amo a esa mujer.