domingo, 18 de febrero de 2018

The Ritual, bosque de sombras



Título Original The Ritual (2017)
Director David Bruckner
Guión Joe Barton, basado en la novela de Adam Nevill
Reparto Rafe Spall, Rob James-Collier, Sam Troughton, Arsher Ali, Jacob James Beswick, Paul Reid, Kerri McLean




El pasado mes de septiembre del año 2017 The Ritual celebrarba su premiere internacional en el Toronto International Film Festival recibiendo una buena acogida por parte del público y la prensa especializada. En ese mismo momento los avispados responsables de la plataforma streaming Netflix se interesaron por la obra y la comprabron para poder incluirla dentro de su catálogo y estrenarla el 9 de febrero del presente 2018. Antes de ello el film recaló en el Festival de Cine de Sitges donde consiguió el premio a la mejor actor para su protagonista, Rafe Spall, acrecentando de este modo un poco más la fama de potencial obra de culto detrás del largometraje. Esta pequeña producción británica, inspirada en la novela homónima del escritor Adam Nevill, supone el primer trabajo de realización en solitario por parte del cineasta estadounidense David Bruckner, al que recordamos de films corales como Southbound o La Señal (The Signal), y está protagonizada por el ya citado hijo de Timothy Spall (Sweeney Todd) o los actores Asher Alli (Doctor Who), Robert James-Collier (Downton Abbey), Sam Throughton (Alien vs. Predator) y Paul Reid (Vikingos) entre otros. A estas alturas The Ritual ya ha sido subida a Netflix y después de haberla visto ya podemos dar una opinión formada sobre su resultado.




Para no llevar a engaño a nadie debemos afirmar lo antes posible que el argumento de The Ritual no destaca precisamente por su originalidad y naturaleza rompedora. Un grupo de amigos británicos deciden, después de vivir un suceso trágico que los marcará profundamente, realizar senderismo por las montañas de Suecia. Una vez allí las tensiones producidas por el trágico hecho que los reunió y la presencia de algún tipo de entidad o criatura en los bosques convertirán su viaje en un infierno que los llevará a una aldea habitada por unos extraños personajes. Este punto de partida tomado prestado de la novela de Adam Nevill en la que se inspira la película servirá al guionista Joe Barton y al director David Bruckner para ejecutar una pieza adscrita al terror que hunde sus raíces en la mitología y el folklore escandinavo, siendo conscientes de que no están inventando nada revolucionario, pero poniendo todo de su parte para realizar una producción de género estimable en varios aspectos que consiga resultar atractiva de cara a distinto tipo de espectador. Viendo el resultado a fe de un servidor que semejante hazaña la consiguen sobradamante, sin tampoco adentrarse en ningún momento en los terrenos de la grandeza cinematográfica.




A simple vista The Ritual parece una mezcla entre El Proyecto de la Bruja de Blair (1999) y The Wicker Man (1973) con algunos apuntes estilísticos de La Bruja (2015) y Anticristo (2009). De la primera toma el punto de partida sobre un grupo de amigos que se pierden en la inmensidad de un bosque siendo allí asediados por lo que parece un ser sobrenatural muy vinculado con la historia de dicha localidad y de la segunda tanto la atmósfera como el culto a una especie de deidad que está representada por una figura realizada en mimbre. De las dos siguientes toma de una la imaginería visual y religiosa que se acentúa en el último tercio con los habitantes de esa aldea que parece anclada en el siglo XVII y de la otra no pocos recursos a la hora de retratar el bosque en el que se adentran los personajes como un protagonista más, una especie de localización viviente y cambiante de reminiscencias arcanas y heréticas que se antoja como una amenaza continua e inexorable para ellos. Por suerte el conjunto no queda reducido a una serie de referencias a estas, u otras, obras previas que hemos citado y tanto Joe Barton al guión, David Bruckner a la dirección y el excelente reparto de actores consiguen dar cierta profundidad y resoluciones visuales considerablemente destacables a The Ritual para poder ser considerada una pieza meritoria dentro del género al que se adhiere.




Un servidor no conoce la novela de Adam Nevill en la que está basada The Ritual, pero en cuanto a estructura y desarrollo el guión de Joe Barton inspirado en sus páginas acomete con profesionalidad dar solidez a la propuesta cinematográfica planteada en la obra. El arranque del film expone el hecho trágico que vertebrará todo el discurrir de la trama principal, no sólo sobrevolando todo el metraje como una sombra de la que los personajes principales no pueden librarse, sino también dando profundidad al protagonista interpretado por Rafe Spall, que a pesar de compartir plano con otros roles bastante bien definidos lleva sobre sus hombros todo el peso psicológico planteado por la historia. De esta manera el guión nos permite identificarnos y empatizar con un grupo de amigos apegados a un agradecido realismo que se aleja de estereotipos más o menos manoseados, eludiendo caminos mil veces transitados por cintas de este género pobladas por criaturas unidimensionales que en el mejor de los casos nos causan indiferencia y en el peor de ellos deseamos que mueran a manos del asesino en serie, monstruo, o ser sobrenatural de turno. Una vez somos conscientes de que la escritura del film es lo suficiemtemente sólida como para que nos preocupemos por la integridad física y psicológica de los despistados excursionistas la mayor parte del trabajo está hecho.




Este guión es aprovechado por un inspiradísimo David Bruckner detrás de las cámaras, demostrando que sus incursiones previas dentro del género de terror lo han formado para convertirse en un muy digno artesano. La puesta en escena del estadounidense da buenas muestras de su eficacia ya desde la escena del supermercado, para que posteriormente esta se vaya acentuando gradualmente cuando llegamos a los terrenos agrestes de Suecia. El director es consciente de la importancia capital que tienen en su relato tanto el bosque en el que se desarrollará el argumento como la mitología nórdica que irá vislumbrándose poco a poco durante los primeros compases de la película para mostrarse completamente en el clímax final con la aparición de una criatura que sólo nos había sido sugerida a lo largo del metraje por medio del fuera de campo o los resultados de sus brutales ataques y que una vez mostrada en pantalla en todo su esplendor no decepciona gracias al excelente diseño infográfico y animatrónico con el que ha sido ideada y que en todo momento se antoja realista de cara al espectador. Pasajes como el de esa lejana mano apoyada en uno de los árboles que dan forma a ese infierno que supone una montaña perdida en el país sueco, la noche en la cabaña con ese relámpago estático que se convierte en algo diametralmente opuesto para desgracia del personaje de Luke o todo lo que toma lugar durante la media hora final dan pistas de que nos encontramos ante un prometedor director.




Previamente hemos apuntado que el guión de Joe Barton perfilaba con sabiduría unos personajes que nos resultaban cercanos o empáticos y con los que era sencillo poder implicarnos. Pero también es cierto que gran parte de ese logro se debe al destacable trabajo interpretativo del grupo de actores que dan vida a los protagonistas de la obra cinematográfica. No es difícil vernos a nosotros mismos o a alguno de nuestros allegados en cualquiera de los cuatro senderistas que se pierden en los paisajes nórdicos de los que presumen las localizaciones del largometraje, ya que todos ellos están interpretados por profesionales que saben aprovechar adecuadamente el material que el libreto pone a su disposición, incitándolos a aumentar gradualmente sentimientos de vulnerabilidad e impotencia que los convierta en víctimas de un entorno indudablemente hostil. Un cuarteto de actores que se entregan a la causa de su director y que están comandados por un enorme Rafe Spall que llena de matices su criatura convirtiendo todo el trayecto físico y psicológico en el que se ve envuelto a lo largo de la película en una expiación de demonios interiores y un ejercicio de redención con el que conseguir estar de nuevo en paz consigo mismo después de los hechos acaecidos durante el prólogo y que lo tienen a él como eje central.




Satisfactoria en varios aspectos, poco ingeniosa en su planteamiento y entretenida en todo momento The Ritual es una apetecible pieza de género cuyo visionado se antoja agradecido y hasta enriquecedor en lo referido a conocer un poco más la mitología nórdica tan de moda en el medio audiovisual actual gracias al cine y la televisión. David Bruckner remata con una labor digna de elogio su primer proyecto en solitario amalgamando con pericia espíritus tan contrapuestos a la hora de realizar cine de terror como son los estilos estadounidense y europeo. La mezcla resulta convincente y no sólo termina por facturar una de las cintas de género más interesantes de lo que llevamos de año, también aventura a un prometedor cineasta que eligiendo adecuadamente sus proyectos futuros puede todavía depararnos más de una sorpresa como esta The Ritual que demuestra una vez más que todo lo que a Netfilx le falta para insuflar calidad y entereza a la hora de diseñar su producción propia dentro del medio cinematográfico le sobra como empresario que sabe sacar el máximo provecho de material ajeno para apoderarse de él, venderlo con su nombre y seguir engrosando el ya abultado catálogo del que dispone y contra el que, para bien o para mal, es muy difícil competir desde otras plataformas streaming.


1 comentario:

  1. Reseña publicada originalmente en Zona Negativa

    http://www.zonanegativa.com/zncine-critica-de-the-ritual-de-david-bruckner/

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