Título Original Extinction (2015)
Director Miguel Ángel Vivas
Guión Alberto Marini y Miguel Ángel Vivas basado en el libro de Juan de Dios Garduño
Actores Matthew Fox, Jeffrey Donovan, Ahna O’Reilly, Quinn McColgan, Clara Lago
En año 2001 el estreno del thriller policíaco Reflejos protagonizado por Georges Corraface, Ana Fernández o Emilio Gutiérrez Caba entre otros nos dio a conocer a un joven cineasta sevillano llamado Miguel Ángel Vivas. Aunque el film no fue un gran éxito mostró por primera vez la impronta de un cineasta con un look visual y un control muy destacable del tempo narrativo para dominar la tensión de sus relatos al que no convenía perder de vista. Después de rodar dos cortometrajes como fueron El Hombre del Saco (2002) en España y I’ll See You in My Dreams (2003) en Portugal tuvo que pasar casi una década para que Vivas pudiera estrenar su segunda incursión en el campo del largometraje. Secuestrados vio la luz en el Festival de Sitges de 2010 revelándose desde ese momento como una de las mejores cintas de género que ha parido el cine español en mucho tiempo. Aquel asalto de una banda de encapuchados al adosado de una familia rodado en doce impresionantes planos secuencia, con cámara al hombro, uno reparto arrancándose las entrañas para ofrecer verismo en todo momento (¿cómo olvidar el llanto desgarrado de una pletórica Manuela Vellés acompañada de unos superlativos Fernando Cayo y Ana Wagener?) y referencias que iban desde Brian De Palma a Gaspar Noé pasando por Michael Haneke supuso un thriller brutal y sin cincesiones que recibió más reconocimiento en el extranjero (ganando el premio a la mejor película de terror en Festival de Austin de aquel año) que en España donde no tomó la relevancia que merecía una producción tan brillante. Un lustro después de aquella remarcable hazaña cinematográfica y habiendo conseguido buenas críticas y datos de audiencia con su episodio Los Tres Cerditos de la miniserie televisiva Cuéntame Un Cuento nos llegó el pasado 14 de Agosto Extinction (originalmente conocida como Welcome to Harmony) tercer largometraje de Miguel Ángel Vivas detrás de las cámaras y adaptación a su vez de la novela Y Pese a Todo… del escritor también sevillano Juan De Dios Garduño. El resultado es un meritorio thriller adscrito, de alguna manera, a la temática zombie que aunque no se revela como la mejor pieza de su director contiene los suficientes alicientes como para satisfacer a los amantes del género que no pequen de puritanos con respecto a cómo este sea abordado desde el punto de vista de la escritura.
Aunque acabamos de mencionar que Extinction se adhiere a la fiebre por la ficción relacionada con muertos vivientes o infectados como obra al igual que productos como The Walking Dead, la muy irregular adaptación la cadena AMC está haciendo del cómic de Image creado por Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard, es un producto de ficción que se centra más en los personajes protagonistas humanos y sus dilemas morales o acciones de supervivencia que en el origen, efectos o actos producidos por la aparición de un virus que convirtió a la mayor parte de la humanidad en unos monstruos salvajes y antropófagos. El tercer largometraje de Miguel Ángel Vivas es una historia mínima, un relato centrado en sólo tres personajes que tratan de sobrevivir tras un apocalipsis zombie en la pequeña ciudad de Harmony. Con un arranque que recuerda al de la soberbia 28 Semanas Después, con la que Juan Carlos Fresnadillo y Enrique López Lavigne dieron continuación al famoso film del británico Danny Boyle, el cineasta sevillano presenta su puesta en escena y da muestras del sabio dominio que tiene del caos controlado que encontrará su clímax en la recta final de la obra. Después de este prólogo la misión de Vivas y su colaborador al guión, Alberto Marini, es introducirnos en la rutina de los personajes principales: Jack, su hija Lu y Patrick, el vecino de estos últimos y como pudimos ver en el inicio del film con un pasado en común con ellos. A ellos se sumará más tarde la desconocida chica interpretada competentemente por la madrileña Clara lago. En el proceso los personajes de los hombres adultos llegan a estar bien perfilados tanto el de Jack de Jeffrey Donovan que se muestra en toda su imperfección siendo capaz de errar con tal de mantener el bienestar de su hija y sobre todo el de Matthew Fox al que ya se ocupa el actor de Perdidos de ofrecer un competente trabajo a la hora de exponer en pantalla su personalidad torturada y autodestructiva con pasaje oscuro en su vida que se irá desvelando poco a poco por medio de flashbacks. En cambio el rol de Lu cae más en lugares comunes y caminos transitados dentro del género, pero el buen hacer de la jovencita Quinn McColgan hacen que su personaje a pesar de estereotipado se muestre veraz de cara al público.
Aunque la primera mitad de la historia se centra en mostrar el día a día de los personajes protagonistas y en como poco a poco los roles de Jack y Lu van interactuando gradualmente con el de Patrick para que así podamos descubrir qué hecho trágico puso fin a la amistad de los dos hombres Miguel Ángel Vivas se ocupa por medio del tono y el timing que nunca se nos olvide que algo acecha al trío protagonista y será la niña en la magnífica escena de la nevada a medianoche con la pequeña mirando por la ventana la que descubra que los infectados que hace nueve años surgieron para erradicar a la humanidad y posteriormente morir por culpa del clima helado de la zona siguen activos, evolucionados y más peligrosos que nunca. En ese sentido el humilde presupuesto de Extinction parece entrar en escena cuando queda patente a lo largo del metraje que la aparición de dichas criaturas (magníficamente diseñadas por medio de unos efectos de maquillaje muy bien realizados) se dosifica de manera intencionada posiblemente debido a que la producción no poseía los medios suficientes para poblar en todo momento la pantalla de dichas monstruosidades, algo que sí sucede felizmente en el clímax final de la película. De esta manera, con apariciones puntuales de los zombies que aún no estando siempre en el núcleo central del devenir de la trama tornan en seres de presencia ubicua por culpa de su creciente amenaza letal para los protagonistas, Vivas puede hacer uso de su demostrado talento para tensar la intriga como un cable de acero, evidentemente sin llegar a los niveles de malestar que producía su labor en Secuestrados, pero lo suficiente para que nos preocupemos mínimamente por unos personajes que en casi todo momento se ganan nuestra empatía. La atmósfera amenazante, planos de una extraña belleza casi pictórica (ese matrimonio en el salón con las salpicaduras de sangre detrás de sus cabezas) y una delectación meritoria por retratar esos parajes helados de la ciudad de Harmony dan buena muestra de que Miguel Ángel Vivas conoce perfectamente su oficio y es capaz de sacar material competente de una producción independiente dentro del tipo de género al que se adscribe su última obra.
Pero si la antigua Welcome to Harmony sirve para algo es sobre todo para confirmar a Miguel Ángel Vivas como uno de los mejores narradores de ficción del panorama cinematográfico español y un profesional con muchas posibilidades de realizar una interesante carrera en Hollywood si no se deja devorar por los engranajes de una maquinaria del cine comercial estadounidense que no suele dejar títere con cabeza, y si no que se lo digan a Josh Trank. Ya que si hay algún apartado en el que la cinta que nos ocupa destaca es en su realización técnica en la que volvemos a ver fogonazos de poderosa resolución visual y estilística. No son pocos los momentos en los que en Extinction se nota la impronta de un cineasta con aptitudes más que demostradas para el cine de género. Una tensa calma en los pasajes en los que el in crescendo de incomodidad debe ir solidificándose de cara al desarrollo de la historia y un dinamismo cortante y directo en los pasajes más activos o de acción se alternan a lo largo del metraje para equilibrar una historia que quiere ser a la vez íntima y expeditiva, no consiguiéndolo en todo momento, pero sí en la mayor parte de la narración. Pasajes como el ataque al personaje de Patrick cuando huye con la moto de nieve, el del almacén de alimentos con posterior escapada a toda velocidad, el plano con grúa del clímax final en el que el personaje de Matthew Fox va eliminando en los exteriores de la casa a a los infectados mientras el tono rojizo de la luz de las bengalas marca la textura de las imágenes que acontecen en pantalla (pasaje magnífico que sólo se resiente por los no del todo conseguidos efectos digitales para dar vida a las criaturas) y sobre todo ese plano secuencia “mutante” que después de convertirse en un cenital pasa a travelling para recorrer todas las habitaciones de la casa en la están teniendo lugar el asedio de los monstruos dan buena muestra de que hay un verdadero director detrás de un proyecto como Extinction y que casi con toda seguridad su talento y buen hacer estén por encima del mismo proyecto cinematográfico en el que está implicado.
Seamos francos, Extinction no inventa nada, no es una película que será recordada en un futuro próximo como estandarte del revival de celuloide protagonizado por zombies que lleva algo más de una década invadiendo nuestras carteleras y parrillas televisivas, hasta puede no dejar del todo satisfecho a aquel que vaya a verla en pantalla grande con la intención de encontrarse una nueva cinta de batallas campales entre seres humanos y muertos vivientes llena de gore y mala baba cuando es un trabajo que apela más a ser una obra de personajes. Pero es una pieza meritoria, que destila mucho oficio y que nos retrotrae tanto a Stephen King (fácil pensar en Apocalipsis o su adaptación televisiva a manos de Mick Garris) como a John Carpenter (los paisajes nevados al estilo de La Cosa o el personaje de Patrick haciendo labores de locutor de radio como Adrienne Barbeau en La Niebla) dejando patente que su autor principal no es un mercenario oportunista sino un profesional con verdadero talento a la espera de un nuevo proyecto que esté a su altura. Aunque ha sido recibida de manera bastante desigual por la prensa especializada, en la taquilla de España al menos está funcionando muy bien y no teniéndolo nada fácil sabiendo que debe vérselas en las carteleras con elegantes espías de la guerra fría (Operación U.N.C.L.E) versiones de la tercera edad del más famoso detective de todos los tiempos (Mr Holmes) o visiones polémicas y parece ser que considerablemente fallidas de familias de superhéroes (Los 4 Fantásticos) que por muy fallida que sea ha conseguido el primer puesto de recaudación en tierras ibéricas. Sin hacer mucho ruído, con algunos problemas con su distribuición y promoción, pero ofreciendo 110 minutos de sano entretenimiento sin excesivas pretensiones Extinction supone otra inyección de vitalidad a la producción cinematográfica española con aspiraciones internacionales. Un trabajo que posiblemente le abra las puertas a Miguel Ángel Vivas de esa meca del cine en la que otros cineastas patrios como Jaume Collet-Serra (productor también de la cinta que nos ocupa), Paco Cabezas o Juan Carlos Fresnadillo han forjado sus carreras (La Casa de Cera, Sin Identidad, Non-Stop, Una Noche Para Sobrevivir), probado suerte con proyectos propios de allí (Tokarev o la próxima Mr Right) o implicado en la preproducción de otros que no tienen pinta de llegar nunca a buen puerto (El Cuervo, Los Inmortales) respectivamente.
Crítica escrita originalmente para la web Zona Negativa
ResponderEliminarhttp://www.zonanegativa.com/zncine-critica-de-extinction-de-miguel-angel-vivas/
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