jueves, 30 de agosto de 2012

The Cabin in the Woods, another way to die


Título Original The Cabin in the Woods (2011)
Director Drew Goddard
Guión Joss Whedon y Drew Goddard
Actores Kristen Connolly, Chris Hemsworth, Fran Kranz, Richard Jenkins, Bradley Whitford, Anna Hutchinson, Jesse Williams, Amy Acker, Brian White, Tim De Zarn, Tom Lenk, Jodelle Ferland




No es la primera vez que Joss Whedon y Drew Goddard colaboran juntos. Ambos trabajaron en Buffy   (escribiendo el segundo dos de mis capítulos favoritos de la serie como son Lies My Parents Told Me y Dirty Girls) y Ángel, las dos series creadas por el director de Los Vengadores. El guionista de la recuperable Cloverfield ha colaborado en otras series como Lost o Alias siempre como escritor o productor. Pero su debut en el mundo del largometraje ha sido una colaboración al alimón con el realizador de la ya mencionada tercera película más taquillera de la historia del cine protagonizada por los célebres personajes de Marvel.




Por medio de la productora Mutant Enemy, propiedad del mismo Joss Whedon, el creador de Firefly y Drew Goddard han dado forma a una divertida, irónica, referencial y autoparódica cinta de terror con toques de humor que, tomando un punto de partida brutalmente manido dentro de este género, se sale por la tangente para homenajear con inteligencia un tipo de largometrajes sustentados en unas constantes argumentales que de trilladas ya a veces nos parecen incluso estúpidas. Director y co guionista dan forma a una de las cintas más interesantes y originales de la temporada, aún no estrenada en España. como no podía ser menos.




Cinco estudiantes americanos deciden pasar el fin de semana en una cabaña situada en un bosque a las afueras de la ciudad en la que viven. Allí encontrarán un sótano lleno de extraños objetos y entre ellos un diario con unos escritos en latín que al ser pronunciados despertarán a una familia de muertos vivientes enterrada en las inmediaciones de la casa. Lo que los muchachos no saben es que están comportándose de manera extraña (incluso estúpida) de manera involuntaria y que están siendo observados por alguien más que guarda un oscuro secreto que puede acabar con todos ellos o puede que incluso algo peor.




Cabin in the Woods es una carta de amor al cine de terror, pero una carta llena de ironía y mala baba. Whedon y Goddard abordan esta cinta, cuyo punto de partida es practicamente idéntico al de esa obra de culto llamada Posesión Infernal (Evil Dead) dirigida por Sam Raimi em 1981, con la sana intención de darle la vuelta al tipo de films al que hacen referencia. Ambos creadores muestran notables conocimientos sobre la temática cinematográfica que abordan pero deciden volarla por los aires introduciéndola en un contexto novedoso y rompedor.




No quiero desentrañar mucho el argumento porque este es el tipo de película que merece ser vista sin saber practicamente nada de su trama. Pero hay una corporación detrás de toda la historia que acontece en la cabaña en la que los protagonistas pasan el metraje y ahí es donde están no sólo los mejores momentos del films, sino también las situaciones más puramente whedonianos, con un humor negro que funciona al 100% y mucha mala idea. A ello ayudan bastante Richard Jenkins, Bradley Whitford, Amy Acker y sus divertidos papeles.




Pero en el discurrir de la trama central, la que tiene lugar en la cabaña, también nos encotramos con momentos memorables en los que se subvierten los clichés del cine de terror. El adicto a la marihuana siendo más lúcido que el resto de personajes, algunos de los protagonistas dándose cuenta de que están actuando contra su voluntad como si fueran estereotipos cuando son personas cultas y con una considerable inteligencia o roles poniendo en entredicho si "separarse el grupo para cubrir más espacio" es una buena idea por lo peligroso del planteamiento de la misma.




Hacia el final el film abre su amplitud de miras y se vuelve más ambicioso (cuando partíá desde la más sencilla de las humildades) y por ello en ocasiones más caótico y desatado, pero este giro de timón no desentona con la naturaleza del largometraje, que en su media hora final intruduce por medio de un especial "motín" incontables referencias a obras como Hellraiser de Clive Barker, Cube de Vincenzo Natali o la literatura de H.P Lovecraft. Llegando tras esto a un unhappy end poco común en el Hollywood actual, no por su tono pesimista, sino por su pasotismo formal que deja una sonrisa socarrona en el rostro del espectador.




Cabin in the Woods es un divertido juguete en el que sus creadores han puesto mucho cariño. Una oda al cine de terror, a la auto y metareferencia y sobre todo a la inteligencia y heroicidad del injustamente denostado personaje fumador de porros de esta raza de películas que tan buenos momentos nos han hecho pasar a lo largo de los años. Joss Whedon y Drew Goddard funcionan muy bien juntos, saben dosificar la brutalidad y el sano cachondeo en un mismo producto saliendo triunfantes de este experimento lleno de hemoglobina, vísceras, multireferencialedad, humor y ganas de no contar lo mismo de siempre que tiene su mejor y más valiosa arma en su propia autoconsciencia cinematográfica.



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