viernes, 13 de abril de 2012

La Noche Cae Sobre Manhattan, mientras la ciudad duerme




Título Original Night Falls on Manhattan (1996)
Director Sidney Lumet
Guión Sidney Lumet basado en la novela de Robert Daley
Actores Andy García, Richard Dreyfuss, Ian Holm, Lena Olin, James Gandolfini, Ron Leibman, Colm Feore, Paul Guilfoyle




Largometraje de 1996 que supone para un servidor el último gran largometraje como director y guionista del veterano y ya fallecido cineasta norteamericano Sidney Lumet. El autor de Tarde de Perros volvió con Night Falls on Manhattan a temas recurrentes en su filmografía dentro del género policíaco o el de juicios y supo condensar en poco más de noventa minutos todas sus constantes autorales como realizador adaptando la novela Tainted Evidence del escritor Robert Daley.




Sean Casey, un abogado novato, es asignado por el fiscal del distrito de New York para llevar un importante caso en el que se juzagará a un narcotraficante que ha asesinado a dos policías y herido a otro durante una redada. El agente que sobrevivió al tiroteo es el propio padre de Casey, hecho que incitará a que se implique personalmente en el caso. Durante el proceso y tras la finalización del mismo el joven e idealista abogado descubrirá una maraña de corrupción policial de tal calibre que puede que en ella esté implicado hasta su propio progenitor.




Sólido thriller que combina una trama judicial (tipo de cine en el que también despuntó Lumet con 12 Hombres Sin Piedad o Veredicto Final) con un policiaco de pura cepa, género en el que el cineasta forjó algunas de sus mejores obras como El Príncipe de la Ciudad, Distrito 34: Corrupción Total o Serpico. El hombre detrás de Network consigue su obra más completa de los años 90 por medio de un medido guión que retrata temas habituales en la filmografía del norteamericano, una dirección intachable con momentos inolvidables y un reparto en estado de gracia encabezado por el cubano Andy García.




La Noche Cae Sobre Manhattan es una cinta con aroma a los años 70 y facilmente podría haber sido rodada por Lumet durante esa década. Como en otros policíacos salidos de su mano hay una mirada descreida y bastante dura hacia cierto sector corrupto dentro de las fuerzas de la ley de su país, ese que es corrompido por el poder y los negocios turbios. Pero el director esta vez mira más allá y nos muestra que esa corrupción no se queda en las comisarias, sino que llega también indistintamente a los juzgados y los despachos de los políticos de la ciudad de New York.




Esa lucha contra la corrupción, ese intento a la desesperada por mantener la integridad y el honor en un ambiente de irrespirable ruindad moral está cristalinamente representada en el Sean Casey que borda un Andy García sencillamente magnífico que un año antes grababa a fuego en celuloide otro de sus mejores papeles, el Jimmy "El Santo" Tosnia de aquella humilde obra maestra de Gary Fleder llamada Cosas que Hacer en Denver Cuando Estás Muerto de la que hablaré en su momento por estos lares y bastante bien ya que es un producto muy especial para mí.




El Vincent Mancini de El Padrino III sabe transmitir esa batalla interna y externa contra todo lo pútrido que hay en un sistema que puede incluso haber atrapado en sus redes a su propio padre y cómo intenta evitar por todos los medios caer en el pozo de la ilegalidad, primero como abogado y después como político. Memorable es el pasaje del enfrentamiento entre padre e hijo en el que un visceral Ian Holm le da la réplica al que es su hijo en la ficción y en el que se desvela la posible implicación del personaje con la red de negocios ilegales llevados a cabo por la policía de New York.




Este sistema corrupto está representado también por el abogado sin escrúpulos (aunque más tarde descubrimos que tiene sus motivos) al que da vida un excelente Richard Dreyfuss que defiende al narcotraficante Jordan Washington en el juicio que sirve de núcleo a la trama. Pero también por Joey Allegretto, el policía untado pero con corazón, concepto ferreo de la amistad y sentimiento de culpa que interpreta un James Gandolfini que tres años después haría historia dando vida a Tony Soprano, uno de las mafiosos más importantes de la ficción filmada en Los Soprano.




La Noche Cae Sobre Manhattan supone una de las mejores obras de Lumet y para el que suscribe su verdadero canto de cisne (Antes que el Diablo Sepa que Has Muerto tenía una muy buena dirección y un gran reparto, pero en conjunto no funcionaba a tantos niveles como la cinta que nos ocupa) como cineasta. Una condensación de muchas de sus señas de identidad llevadas un poco más allá para alargar su mensaje de denuncia sobre como el poder o los lazos de sangre pueden hacer que hasta la persona más íntegra cruce la línea ética y moral que separa la ley de la ilegalidad.


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