viernes, 25 de noviembre de 2011

La Princesa Prometida, once upon a time...



Título Original The Princes Bride (1987)
Director Rob Reiner
Guionista William Goldman basado en su propia novela
Actores Robin Wright Penn, Cary Elwes, Mandy Patinkin, Chris Sarandon, Wallace Shawn, Billy Crystal, Carol Kane, Peter Falk, Peter Cook, Fred Savage, Mel Smith, Christopher Guest, André the Giant




Cinta norteamericana estrenada en 1987 y hoy de culto llevada a cabo por el celebre tándem formado por el director y actor Rob Reiner y el guionista, dramaturgo y escritor William Goldman (que en esta ocasión adaptaba su propia novela). La Princesa Prometida tuvo un éxito más bien moderado cuando vio la luz en la segunda mitad de la década de los 80, pero hoy es vista como un producto de calidad con un delicioso tono nostálgico que marcó la infancia de muchos niños (y no tan niños) a lo largo y ancho del planeta.




Un abuelo visita a su nieto que se encuentra enfermo y en cama. El anciano le leerá al niño el libro La Princesa Prometida en el que se narra la historia de amor entre la princesa Buttercup con el granjero Westley y la posterior interrupción, años después, de un pirata, tres entrañables bandidos, un rey cruel que obligará a la princesa a casarse de manera forzosa con él y otros personajes que darán pie a divertidas e inolvidables aventuras.




The Princess Bride es un producto modesto dentro del tipo de cine de género al que se adhiere. Un film de corte artesanal (el aspecto de los decorados construidos en estudio que destila el producto es buscado, no hay duda) que se alimenta de la literatura fantástica y del cine aventurero ideado por Douglas Fairbanks o protagonizado por Errol Flynn a lo largo de la década de los 40. Un relato medieval en tono de cuento de hadas, aunque sin abusar en exceso de la fantasía.




Jóvenes enamorados, caballeros enmascarados, bandidos vengadores, bosques malditos y reyes diabólicos, La Princesa Prometida utiliza con ingenio y ternura todos los clichés habituales de la fantasía heróica y la parafernalia de nobleza, honor y amor que debe contener un relato como este, que en su modestia y afán por divertir encuentra sus mayores aciertos y hallazgos, mostrando personajes, momentos y frases que quedan grabados en el inconsciente colectivo.




Siempre se ha comentado (desde que debutara con aquella obra maestra del humor en formato de falso documental llamada This is Spinal Tap) que Rob Reiner es un director de mínimo esfuerzo. Un señor que ha logrado sus mayores logros cinemtográficos rodeándose de bases literarias (libros de Stephen King) guionistas (William Goldman, Aaron Sorkin) o actores (Kathy Bates, James Caan, Jack Nicholson, Tom Cruise) que le daban todo le trabajo hecho, no teniendo que realizar él mucho más que ponerse detrás de la cámara y moverla con más o menos acierto.




No sé hasta que punto esto será cierto (yo lo comparto poco) pero la verdad es que poco me importa si pequeñas joyas como Cuenta Conmigo, Misery o Algunos Hombres Buenos fueron aciertos cinematográficos plenamente suyos o la demostración de que más que un autor es un artesano competente (término que desde mi punto de vista de peyorativo tienen poco, por mucho que algunos se empeñen en desmerecerlo) que se sustenta más de lo necesario en sus equipos técnicos y artísticos.




En La Princesa Prometida podemos ver una dirección 100% Reiner. Movimientos de cámara sólo los justos y necesarios, puesta en escena sin alardes pero firme, dirección de actores justita (en esta ocasión no tenía a grandes interpretes para dar el do de pecho), todo con la intención de que su trabajo con la realización no solape el resto de apartados del film, que si bien modestos, destilan un buen hacer y una artesanía que nos hacen encontrarnos realmente en un cuento encantado.




Si no podemos hablar de verdaderos alardes actorales en The Princess Bride, sí podemos hacerlo de personajes inolvidables. Desde la Buttercup de una jovencísima Robin Wright (pre Sean Penn) hasta un Cary Elwes elegante y acertado, pasando por los tres bandidos, destacando entre ellos Fezzik al que daba "enorme" vida el fallecido luchador de wrestling, André el Gigante y un inolvidable y españolizado (sevillano, para más señas) Mandy Patinkin en la piel del vengativo Íñigo Montoya que buscaba escaramuza con el Conde Tyrone Rugen, un Christopher Guest al que siempre recordaré por ser el mítico guitarrista Nigel Tufnel de la banda (semi) ficticia Spinal Tap.




La Princesa Prometida es una pequeña joya de la década de los 80, recordada con un cariño que nos hace obviar algunas de sus carencias, que por suerte son pocas y nada reprochables. Pero sobre todo es una reivindicación sincera y candorosa en favor de la imaginación, la aventura, la amistad, el humor, el amor y sobre todo del placer de leer y descubrir nuevos mundos ocultos en esos libros que por desgracia nuestras nuevas generaciones cada vez dan más de lado en la actualidad.


8 comentarios:

  1. Junto con los Goonies y Dentro del Laberinto son películas ochenteras que recientemente he revisionado para, darme cuenta de que, a pesar del tiempo pasado, siguen conservando un enorme encanto.

    Iñigo Montoya marcó a una generación entera, inolvidable.

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  2. Son cintas con vida propia, cine comercial hecho para el disfrute del espectador antes que para sacarle los cuartos, como sucedía con la mayoría del celuloide palomitero de aquella década.

    Y sí, Íñigo Montoya es inolvidable, una pena que Mandy Patinkin (el actor que le dio vida) sea tan buen intérprete como intratable por su peculiar carácter.

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  3. Entrañable peli, de la que nunca he podido dejar de pensar que, sin la presencia de los televisivos abuelo y nieto, habría sido redonda: creo que es el punto débil del cotarro, un elemento anticlimático que perjudicó seriamente a la peli en su estreno, dando al conjunto un puntito de telefilm comercialmente nefasto.

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  4. Pues puede ser, aunque esos pasajes de abuelo y nieto son los que le dan ese encantador homenaje a la literatura fantástica, de manera algo simple, pero efectiva para que lo capte el público infantil. Siendo mostrada esta idea con más acierto que en La Historia Interminable de Wolfgang Petersen, desde mi punto de vista.

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  5. A Patinkin le perdí la vista en Mentes Criminales, duró muy poco en la serie, ahora no sé donde andará, ¿tiene mal caracter?

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  6. Es muy suyo, buen actor, catante muy solvente pero de trato difícil, aquí dejo crónica de la que armó al despedirse a la francesa en Mentes Criminales.

    http://www.seriesadictos.com/2007/07/17/mandy-patinkin-abandona-definitivamente-mentes-criminales/

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  7. Ainnnnnnnnnnnnnnsssssssssss una de mis pelis favoritas, no te perdonare que no la hayas visto conmig *ojitos*

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  8. Ja, ja, ja, ya la veremos juntos la próxima vez.

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