Título Original Sherlock Holmes: A Game of Shadows (2011)
Director Guy Ritchie
Guión Kieran Mulroney y Michele Mulroney basado en el cómic de Lionel Wigram inspirado en los personajes de Arthur Conan Doyle
Segunda parte de la adaptación cinematográfica que el director británico Guy Ritchie (Lock & Stock, Snatch, Rockanrolla) realizó del cómic de su compatriota Lionel Wigram, que a su vez estaba inspirado libremente en el personaje Sherlock Holmes y por efecto dominó en su inseparable amigo el buen Doctor John Watson, creados por el célebre escritor inglés Arthur Conan Doyle en 1887 covirtiéndose en protagonistas de numerosos relatos salidos de su pluma y que se han convertido en clásicos de la literatura mundial.
La primera película era un simpático fuego de artificio que convertía a los dos personajes principales en dos dandis, no sólo expertos en investigación detectivesca, si no también en combates cuerpo a cuerpo y uso de armas de fuego. Todo con el toque de su director y dando forma a un conjunto al servicio del puro espectáculo cinematográfico que no buscaba nada más que la complicidad de un espectador con ganas de divertirse durante dos horas.
Trágicos acontecimientos que parecen tener un punto en común empiezan sucederse en Londres. Los mismos llamarán la atención del detective Sherlock Holmes que tras un tiempo trabajando en solitario volverá a formar pareja con su viejo amigo John Watson. Ambos investigarán estos peculiares crímenes relacionados con asesinatos de empresarios del algodón o el Opio y con terrorismo. La persona clave que une dichos actos delictivos es el ínclito profesor James Moriarty que se convertirá en el archienémigo y némesis de nuestro protagonista.
Sherlock Holmes: Juego de Sombras sigue una a una las constantes de su antecesora. Guy Ritchie no se la juega y va sobre seguro. Una vez más tenemos un film de acción con toques de humor, con una dirección artística intachable y una dirección técnica tan lograda como excesiva (aquí hay menos escenas de peleas, tiroteos o explosiones pero también son más efectistas en su ejecución), un guión entretenido y lleno de acertijos y todo al servicio de un Robert Downey Jr de arolladora personalidad e interminable carisma, con las espaldas bien cubiertas por un Jude Law que vuelve a darle la réplica con profesionalidad y saber estar.
Ciertamente, al igual que la primera entrega y a pesar de que la adaptación del personaje no puede ser menos ortodoxa e incluso irritante para los más jihadistas de los relatos originales del personaje escritos por Conan Doyle, hay constantes de la personalidad de los roles literarios que están en el film. Las dotes deductivas y maestría para el arte del disfraz de Holmes, el contrapunto racional de Watson, la química de Sherlock con este último y las apariciones entrañables de Mrs Hudson mostrando sus rencillas con el protagonista.
Las más interesantes novedades de esta segunda parte son las apariciones de dos personajes clásicos e indispensables dentro de varios de los relatos sobre el detective que habita el número 221B de Baker Street. Uno es el Mycroft Holmes, hermano de Sherlock, al que da vida el genial Stephen Fry que tiene momentos descacharrantes compartidos con Stanley, su anciano mayordomo, que con sólo dos breves escenas se gana al público desatando la carcajada.
El otro es ese profesor Moriarty al que da vida Jared Harris (actor al que hemos podido ver en la soberbia serie de televisión Mad Men y en la última y terrible cinta de John Carpenter, The Ward). Este personaje destila inteligencia y villanía por todos los poros de su piel, sus duelos intelectuales con Holmes son de lo mejor del film y tal hecho queda constatado en el clímax final con esa partida de ajedrez que bebe considerablemente del espíritu de los relatos literarios del personaje, hasta que Ritchie decide romper el tono de intelectualidad haciendo que una vez más los dos personajes se den de hostias es una de sus coreografiadass escenas de lucha al ralentí.
No hay que pedirle peras al olmo, este Sherlock Holmes: A Game of Shadows es un pasatiempo divertido y rápido para consumir palomitas viéndola en cine. Guy Ritchie repite una fórmula que le funcionó, que le ha vuelto a salir bien (aunque se exceda con ella, no hay nada más que evaluar la escena artificiosa de la barra de labios que se podría haber resuelto con un comentario posterior de Holmes a Watson en vez de con toda esa secuencia visualmente sobrecargada) y que le sirve de plataforma para rodar esa tercera parte que está preparándose ya con los mismos protagonistas, una vez más.
Por el camino tenemos a dos personajes que confirman su carisma como protagonistas, el breve papel de Rachel McAdams, la extraña belleza de una éxotica Noomi Rapace, a unos Mycroft y Morirarty memorables y mucho entretenimiento. Con todo me quedo con el Guy Ritchie de los pandilleros londinenses que se meten en líos por dinero, drogas o armas. Aquella versión socarronamente británica de Quentin Tarantino que nos descubrió a actores como Jason Statham y Vinnie Jones y que nos demostró que Brad Pitt podía hacer uno de los mejores papeles de su carrera sin que se le entendiera una palabra de lo que decía.
http://www.blogdecine.com/carteles/warm-bodies-nuevas-imagenes-del-crepusculo-con-zombie#c386410
ResponderEliminarComo he dicho en el blog, en lugar de cerebros, fijo que come tetas el mu machote XDDDDDDD
La madre del cordero, no te digo yo que los mayas iban a tener razón con lo del 2012.
ResponderEliminarPues a mi me parece, y perdona por el off topicc total, que es la crítica más ácida jamas imaginada a la generación actual.
ResponderEliminarEnamorada de un zombie, ¿Y que es un zombie? un cascarón vació que no piensa...
Aunque también es posible que sea, que a antes jamas se le había ocurrido que los zombies tienen otras necesidades de carne después de todo
Joder, al final va a tener más fondo la película esta del Zombie romántico que las filmografías de Dreyer y Fassbender juntas, qué bien la vendes.
ResponderEliminarEn lo personal, me gusta mucho el trabajo del director Guy Ritchie, pues logra un buen trabajo en la película de Sherlock Holmes uno y dos.
ResponderEliminarn potentado del algodón de la India, un comerciante de opio chino fallece de una aparente sobredosis, estallan bombas en Estrasburgo y Viena, fallece un magnate del acero estadounidense… Nadie ve ninguna conexión entre estos sucesos en apariencia aleatorios, excepto el gran Sherlock Holmes, que ha adivinado una red deliberada de muerte y destrucción. Y en su centro, como una araña especialmente siniestra, está Moriarty. La investigación por parte de Holmes del plan de Moriarty se torna más peligrosa cuando le hace abandonar Londres junto a Watson para dirigirse a Francia, Alemania y, finalmente, Suiza. Per symcdata.info/la-religion-en-el-imperio-inca/
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