Título Original Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings (2021)
Director Destin Cretton
Guion Dave Callaham, Destin Cretton, Andrew Lanham, basado en el cómic de Steve Englehart y Jim Starlin
Reparto Simu Liu, Awkwafina, Tony Leung Chiu-Wai, Ben Kingsley, Meng'er Zhang, Fala Chen, Michelle Yeoh, Yuen Wah, Florian Munteanu, Andy Le, Paul W. He, Jayden Zhang, Stephanie Hsu
Es un hecho que éxitos como las dos entregas de Guardianes de la Galaxia, las de Ant-Man, Capitana Marvel o Doctor Strange confirmaron que Marvel Studios puede llevar a la pantalla grande cualquier personaje secundario o terciario dentro de la vida editorial de la Casa de las Ideas y conseguir el respaldo del público generalista. Con intención de rizar el rizo a este respecto Kevin Feige y sus colaboradores pusieron su mirada en Shang-Chi, “maestro del Kung-Fu”, el héroe creado en 1973 dentro de las páginas de Special Marvel Edition #15 por el guionista Steve Englehart y el dibujante Jim Starlin. alcanzando el cénit de su fama cuando Doug Moench y Paul Gulacy se hicieron con las riendas de sus aventuras.
Para llevar a imagen real las andanzas de Shang-Chi Disney y Marvel Studios contrataron los servicios de los guionistas Dave Callaham y Andrew Lanham que aunaron fuerzas con el director, Destin Cretton, para configurar la primera aventura en solitario del personaje. De dar vida al protagonista se encarga el actor chino-canadiense Simu Liu y de acompañarle Awkwafina (Jumanji: Siguiente Nivel), Tony Leung Chiu-Wai (Deseando Amar), Michelle Yeoh (Tigre y Dragón), Yuen Wah (Kung Fu Sión) o Florian Munteanu (Creed II). Tras su estreno el largometraje se consolidó como uno de los éxitos de taquilla más importantes del 2021, habiendo recaudado hasta el momento 365 millones de dólares, números nada desdeñables teniendo en cuenta el efecto post pandemia.
Vaya por delante lo evidente y es que Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos tiene del Shang-Chi de los cómics solo el título. Podríamos afirmar que algo hay de la esencia de la versión más contemporánea que Marvel ha dado del personaje, pero ni así estaríamos ciñéndonos fielmente a la realidad. De esta manera podemos descontar que quede en esta adaptación un sólo resquicio de aquel Shang-Chi de los 70 que nació como una mezcla entre Bruce Lee y James Bond, embarcándose en historias de espionaje de pulp que en el film de Destin Cretton brillan por su ausencia. Lo que debería haber sido una especie de variante de la clásica Operación Dragón (Enter the Dragon, Robert Clouse, 1973) para asemejarse a lo acontecido en las viñetas, toma en esta producción de 2021 una senda muy diferente a la hora de presentarnos a su protagonista.
El prólogo de la obra, a modo de declaración de principios, lo deja claro de manera prematura. Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos va a construir su base argumental y conceptual sobre una mezcla entre el subgénero wuxia, el cine de artes marciales hongkonés y la aventura épica con reminiscencias incluso a la filmografía del japonés Hayao Miyazaki. Siendo conscientes de estas cuantiosas licencias con respecto al material original al espectador sólo le queda rechazar de pleno la propuesta por no ser este el producto que buscaba, o asumir la decisión por parte de sus responsables de no sólo alejarse totalmente de los cómics, sino de llegar incluso en ocasiones a hacer mofa de ese infidelidad o de incluso burlarse de las controvertidas elecciones tomadas en la muy recuperable Iron Man 3.
En honor a la verdad muchos de los conceptos que cimentaron el microcosmos de Shang-Chi en el arte secuencial se encuentran en esta adaptación, pero son utilizados como meros recursos por Destin Cretton y sus colaboradores para enriquecer el relato sin pararse a pensar si respetan el lore indivisible a su vida editorial. Porque Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos, aunque diferente en su exterior, es un producto 100% UCM y sigue los preceptos establecidos por la maquinaria que lo compone. De manera que los 132 minutos que conforman el proyecto basculan entre la acción frenética, el humor ligero y las dinámicas entre unos personajes arquetípicos, pero lo suficientemente perfilados como para que podamos empatizar con su situación y llegar a preocuparnos por su integridad física o psicológica.
Es ineludible que la mayor virtud de una producción como Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos son sus espectaculares escenas de acción. No vamos a volver a incidir en el tema de que los verdaderos responsables de los pasajes más físicos de las películas de Marvel Studios en particular, y de los blockbusters hollywoodienses en general, son los directores de segunda unidad, pero sí conviene mencionar que el film de Destin Cretton contó con la presencia de Andy Cheng y el fallecido Brad Allan, habituales colaboradores de Jackie Chan, como coordinadores de dichas secuencias y eso se nota en pantalla. Desde el combate del prólogo, pasando por la secuencia del autobús o la batalla campal que cierra el film conforman una sesión continua de elaborada violencia inocua tan fruiciosa como bien ejecutada.
No se puede hablar de las secuencias de acción y las potentes coreografías de artes marciales sin mencionar la enorme labor delante de las cámaras de Simu Liu. Una vez más debemos asumir que nada tiene que ver su fisionomía o personalidad con el Shang-Chi clásico, pero es un hecho ineludible que sus aptitudes para protagonizar pasajes físicos son de alto nivel gracias a su pasado como especialista en escenas de riesgo. Por suerte sus capacidades van más allá de sus conocimientos de Kung-Fu, concretamente el wushu y el shaolin, ya que el carisma, la sorna y un aire canalla le sirven para conjugar un personaje principal que se gana el favor del público desde los primeros minutos de metraje.
Dentro del reparto de secundarios destacan, como era de esperar, dos iconos del cine chino como son Tony Leung Chiu-Way y Michelle Yeoh, ambos protagonistas de clásicos internacionales a manos de directores de primer nivel como Wong Kar-Wai o Ang Lee, pero curtidos en su juventud en el cine de acción hongkones. El primero da vida a una versión muy particular del Mandarín, insuflando elegancia y rotundidad a un personaje que escapa del perfil simplista de la mayoría de los villanos del UCM. Ella en cambio acomete con mucha convicción a un rol secundario muy cercano a los que interpretó en trabajos como Tigre y Dragón. Muy reseñable también una divertidísima Awkwafina como peculiar sidekick del protagonista. El resto de actores cumplen sobradamente y sirven de apoyo a los principales sin destacar en manera alguna más allá de sus capacidades físicas.
Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos es una película no apta para los fans de la rama más dura del personaje de Marvel Comics. Kevin Feige y su equipo han moldeado a su gusto la creación de Steven Englehart y Jim Starlin para adaptarla al gran público alejándose de su idiosincrasia primigenia, pero visto el resultado la operación ha resultado un éxito. Acción, humor, fantasía, pequeños apuntes de drama y un par de escenas post créditos que allanan el terreno no sólo para lo que está por venir en la Fase 4 del Universo Cinematográfico Marvel, sino para una secuela de la obra que nos ocupa casi confirmada después del buen recibimiento a lo largo y ancho de la cartelera internacional. Esta primera entrega ha sido lo suficientemente entretenida como para esperar con ganas una continuación, en cambio pedir un poco más de fidelidad a los tebeos que convirtieron al personaje en un icono de las viñetas suponemos que sería mucho pedir.
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