lunes, 5 de marzo de 2012

El Manantial de las Colinas, también la lluvia





Título Original Jean de Florette (1986)
Director Claude Berri
Guión Gerard Brach y Claude Berri basado en la novela de Marcel Pagnol
Actores Yves Montand, Gérard Depardieu, Daniel Auteuil, Elisabeth Depardieu, Ernestine Mazurowna, Marcel Champen, Armand Meffre






Primera parte del díptico que el director francés Claude Berri dedicó en 1986 para adaptar las novelas de su compatriota el escritor y también cineasta Marcel Pagnol, Jean de Florette y Manon des Sources que formaban la saga literaria L'Eau des Colines. A continuación voy a comentar la primera de las dos películas, que en España se tituló El Manantial de las Colinas y en la próxima entrada hablaré de La Venganza de Manon, segunda parte de la obra cinematográfica.






Jean de Florette abandona la ciudad con su mujer y su pequeña hija Manon para intentar ganarse la vida como campesino en una campiña que ha recibido en herencia. Allí tendrá que enfrentarse no sólo a una sequía que impedirá llevar a buena empresa sus cultivos sino también las malas artes de Le Papet y Ugolin Soubeyran tío y sobrino que ocultarán la existencia de un manantial propiedad de Florette y que podría arreglar sus problemas con sus tierras, desdichas que finalmente se cobrarán trágicas consecuencias.






Por medio de esta adaptación de la obra de Marcel Pagnol, Claude Berri realiza un fresco de la Francia campesina poco después de la primera guerra mundial. El director de Germinal retrata con inteligencia y naturalismo todo esa lucha territorial entre hombres de campo anclados en unas tradiciones arcaicas que se ven obligados a tomar a la gente de ciudad como burgueses que los miran por encima del hombro o que vienen a quedarse con esas propiedades que han construido con el sudor de su frente.






Con la ayuda de Gerard Brach (habitual colaborador de Jean Jacques Annaud o Roman Polanski) en el guión, Berri teje una trama sencilla que se desarrolla con naturalidad, pero contienendo en su interior muchas reflexiones sobre la avaricia, la envidia o los lazos sanguineos. El análisis de los personajes es poderosamente interesante y en ellos se pueden ver distintas caras de la psicología humana, sus virtudes y sus fallos o como el hecho llevar a cabo depende qué acciones puede conducir a situaciones en las que no hay vuelta atrás, la mayoría de ellas instigadas por puro egoísmo.






Berri conoce el terreno en el que se mueve, su visión del mundo campestre es rica y está llena de cercanía. Rueda con verismo y cierta delectación las tradiciones y costumbres de la Francia rural. Gracias a un conocimiento del material que trata y de una ambientación naturalista consigue una armónica comunión entre los actores (por extensión también sus personajes) y el entorno en el que intervienen, ofreciéndonos gracias a este último un uso del formato scope casi pictórico, en ocasiones recordándonos con sus encuadres a obras de pintores impresionistas franceses como Monet o Cezanne.






Por otro lado no es difícil creerse a esos intérpretes como verdaderos habitantes de las campiñas francesas criados entre cultivos y arroyos. A llevar a buen puerto ese verismo ayudan unos personajes bien perfilados, que hunden sus raíces como roles en el folletín, pero que salen del mismo gracias al buen trabajo de escritura y a la soberbia labor de los intérpretes que les dan vida. Yves Montand recuperó gran parte de su fama con su rol en este díptico como Le Papet, hombre manipulador (casi nunca lleva sus fechorías a cabo personalmente, acto que le emparenta con un capo de la mafia), soberbio, avaricioso que controla a su sobrino Ugilon como a un pelele para su propio beneficio.






A este último le da vida un Daniel Auteuil sencillamente portentoso. Después de haberlo visto haciendo roles de hombre de ciudad situado en la clase media/alta como en Caché o Salir del Armario sorprende ver al intérprete de origen argelino tan creíble como pueblerino de pocas entendederas y aspecto desarrapado. So cuerpo tosco, andares irregulares, el pelo despeinado, la dentadura sucia, la voz chillona o la manera que tiene de torcer la cabeza al hablar forman un desfile de matices que en conjunto ofrecen un trabajo remarcable.






Pero posiblemente el personaje más interesante y al que se puede considerar el núcleo de esta primera parte (y de manera ubícua en la segunda) es el Jean de Florette que borda como siempre el gran Gérard Depardieu. Jean, herdero de unas tierras decide dejar la ciudad para comenzar una nueva vida alejada del mundanal ruido. Por medio de las matemáticas, la lógica y también encomendándose a la providencia se embarca en una aventura vital que en principio parece irle bien, para más tarde torcerse todo por culpa del clima y por la privación de agua por parte de los Sobeyran que le omiten la existencia del manantial.






A pesar de que este trabajo no deja de ser la mitad de un todo en él ya pueden verse pasajes que quedan grabados en la retina. Jean soñando con la llegada de las lluvias, sus maldiciones a la deidad por la ausencia de tormentas acusándolo que lo margina por ser jorobado, los breves pero importantes momentos de arrepentimiento de Ugilon (que muestran con sutileza el camino que tomará el personaje en la segunda parte de la saga), como desde el principio el personaje de Manon mira con desconfianza al personaje de Daniel Auteuil o cuando descubre el secreto de los Sobeyran en la última escena del largometraje.






Esta primera parte del díptico se salda con muy buena nota, sirve no sólo para contextualizar la historia y poner en escena personajes bien perfilados, también asienta las bases de hechos de vital importancia para entender todo lo que sucede en la segunda entrega del proyecto, La Venganza de Manon. Cinta en la que las emociones eclosionan, los recuerdos sobrevuelan el metraje y los rencores rigen el porvenir de los personajes que esta vez sí se muestran tal y como son. Pero de eso hablaré en breve.



4 comentarios:

  1. He estado viendo esta primera parte de El manantial de las colinas y lo expresado en este blog sobre la misma me parece muy exacto y preciso. Cuando vea la segunda parte buscare sus impresiones sobre la misma.

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  2. Me alegra que coincidamos y sí, por ahí tienes la crítica de La Venganza de Manon que merece mucho la pena al igual que El Manatial de las Colinas.

    Un saludo!

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  3. Que gran pelicula,tanto la primera como la segunda. Los interpretes estan soberbios e inolvidables.

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