Título Original Green Lantern (2011)
Director Martin Campbell
Guión Greg Berlanti, Michael Green, Marc Guggenheim y Michael Goldenberg basado en el personaje creado por Bill Finger y Martin Nodell
Actores Ryan Reynolds, Blake Lively, Peter Sasgaard, Mark Strong, Tim Robbins, Angela Basset, Temura Morrison, Jay O. Sanders
Green Lantern fue un personaje creado por el nunca suficientemente laureado guionista Bill Finger y el dibujante Martin Nodell y puesto en escena pública en la revista All-American Cómics en 1940. Pero no fue hasta la segunda de sus encarnaciones (de las muchas y algunas polémicas que ha tenido el personaje), Hal Jordan, al que dieron vida John Broome y Gil Kane, que el personaje creó un consistente microcosmos y una mitología sólida para dar forma a sus aventuras en viñetas que duran a día de hoy más de 70 años.
A pesar de todo el bagaje que tiene a sus espaldas, Green Lantern no es un personaje muy conocido en España fuera del mundo del fandom y por desgracia esto no es sólo debido a encontrarse normalmente en cierto segundo lugar si lo comparamos con otros superhérores del sello en el que milita, como los icónicos Batman o Superman, sino también por el trato bastante reprobable que ha recibido siempre DC en nuestro país y que puede que siga así o empeore (esperemos que no) tras la reciente noticia que ha salido a la luz estos días sobre cómo Planeta ha perdido los derechos de distribución de la editorial en favor de El Catálogo del Cómic, pero esa es otra historia.
Tras siete décadas y muchos años de proyectos cinematográficos truncados, que siempre quedaban en elucubraciones o rumores, finalmente este 2011 Warner Bros ha decidido estrenar por fin una versión cinematográfia de Green Lantern. El director asignado ha sido el neozelandés Martin Campbell (Casino Royale, La Máscara del Zorro) que se pone detrás de la cámara con oficio pero poco más y para dar vida a Hal Jordan el actor canadiense Ryan Reynolds (Buried, X-Men Orígenes: Lobezno) que hace lo que puede con su rol en el film. La recepción general del largometraje ha sido bastante desalentadora, tanto por parte de la crítica como del público. En parte es comprensible este descontento, pero también es cierto que muchos de los comentarios negativos hacia el film han sido algo desproporcionados.
Green Lantern es una película de superhéores poco conseguida. Es un trabajo impersonal que, paradójicamente, es incluso fiel al microcosmos que rodea al personaje de DC y que como producción de gran presupuesto tiene a su disposición practicamente todos los medios necesarios para cumplir su cometido, pero puede que por tener detrás de las cámaras a un artesano de cine de acción sin un discurso como autor o porque ha sido conducida por unos productores que una vez más han pensado antes en recaudar dinero que en ser consecuentes o serios a la hora de adaptar un cómic con millones de seguidores, no consigue pasar de un entretenido pero poco trabajado blockbuster veraniego.
Pero por suerte el material de magnífica calidad nacido de los cómics habita en la cinta, aunque por culpa de un guión plano lleno de tópicos y toques de humor que a veces funcionan y otros no (los irónicos curiosamente sí lo hacen, como cuando Hal bromea con su nuevo status de héroe o en la secuencia del balcón en la que Carol lo descubre todo) en lo que a la subtrama en la tierra se refiere no consigue ver la luz de la manera más adecuada, aquella que permitiría explotar un mundo tan rico como el de los Green Lantern Corps y Hal Jordan, el primer humano elegido por esta organización para formar parte de ella y así defender el universo en general y el planeta tierra en particular de la amenaza de enemigos como Parallax. Pero no por ello la película está totalmente despojada de momentos conseguidos y hasta memorables en su metraje.
Hay ideas excelentes en Green Lantern, latentes, con gran potencial y a pesar de que no todas están expuestas debidamente sí hay varias de ellas que llaman poderosamente la atención del espectador. La recreación de Oa es magnífica y eso que vemos pocas localizaciones del planeta. La estética elegida para los Lanterns me parece acertadísima, no hay más que ver a Sinestro, un excelente personaje (posiblemente el más interesante en los cómics) al que aquí da vida un Mark Strong al que no le dan mucha cancha, porque si lo hicieran eclipsaría toda la cinta, ya veremos qué sucede con él si se realiza una secuela. Pasajes como cuando Hal pronuncia por primera vez el juramento o su entrenamiento en el que debe depurar su fuerza de voluntad para controlar bien el poder su anillo, me parecen interesantes y bastante conseguidos.
Pero si hay un pasaje que desde mi punto de vista destaca notablemente y está ejecutado con bastante pericia, es el montaje paralelo en el que podemos ser testigos del nacimiento del héroe y su némesis, un Héctor Hammond interpretado por un magnético Peter Sarsgaard al que ni el horrible doblaje puede restar validez. En estas dos caras de la misma moneda podemos ver la evolución de Hal Jordan, cómo consigue superar sus miedos, convertirse en un guerrero y conseguir su meta y por otro lado diametralmente opuesto, la involución de su enemigo.
Héctor pierde a la mujer de la que está enamorado, el respeto de su padre y su físico se ve bestialmente deteriorado al entrar en contacto con el cuerpo inerte de Abin Sur, el antecesor de Jordan como miembro del cuerpo de Green Lanterns, mientras le realiza una autopsia. Esta parte del metraje acentúa el matiz trágico que rodea al villano del film y le da un peso considerable que funciona en la trama y que incluso llega a hacerlo empatizar con un espectador que puede hasta lamentar su eterna desdicha y eso es un logro bastante considerable.
Green Lantern no es más ni menos que un entretenido producto distrófico cinematográficamente hablando, que se muestra monótono y maniqueo en la subtrama de los mal llamados seres humanos y que por el contrario se hace fuerte cuando se entrega sin prejucios a la fantasía luminosa llena de esos personajes que habitan los cómics del superhéroe (Kilowog, Sinestro, Tomar-Re, los guardianes del universo) mostrando un despliegue visual de alto nivel con unos efectos digitales en general magníficos y unas escenas de acción considerablemente bien resueltas.
La producción que en esta ocasión nos ocupa no es ni de lejos la adaptación para la gran pantalla que los seguidores del personaje esperaban desde hace décadas (universo difícil de trasladar a imágen real donde los haya, digan lo que digan) pero no deja de ser un agradable y curioso producto de entretenimiento cuya conceptualidad puede mejorar, casi con toda seguridad, en el caso de que vea la luz una secuela. Si en ese caso imperará la noche más oscura o el día más brillante sólo nos lo podrá decir el paso del tiempo.
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