lunes, 4 de septiembre de 2017

Future Shock! The Story of 2000AD



Título Original Future Shock! The Story of 2000AD (2015)
Director Paul Goodwin
Guión Paul Goodwin




El 26 de febrero de 1977 supuso uno de los días más importantes de la historia del mundo del cómic reciente. Nacida a modo de revista mensual a manos de los guionistas y editores Pat Mills, John Wagner y Kevin Gosnell como cajón de sastre en el que los jóvenes autores británicos del arte secuencial pudieran dar rienda suelta a sus creaciones, casi siempre en un contexto de fantasía o ciencia ficción, 2000AD se convirtió pronto en la cuna de algunos de los nombres más importantes relacionados con el noveno arte de todos los tiempos como Alan Moore, Neil Gaiman, Grant Morrison o Mark Millar entre los guionistas y Brian Bolland, Carlos Ezquerra, Kevin O’Neill o Dave Gibbons dentro de los dibujantes. La publicación no tardó en convertirse en un reflejo dentro de la ficción de los cambios sociales y políticos que estaba experimentando Gran Bretaña por aquel entonces con historias y personajes asentados en la incorreción política, la contracultura y el espíritu contestatario contra un sistema corrupto e injusto.




Future Shock! The Story of 2000AD es el documental producido y dirigido por Paul Goodwin que narra todo el trayecto editorial de la mítica revista británica por boca de sus máximos responsables. Tomando a uno de sus creadores, Pat Mills, como eje central de la narración este trabajo abarca desde los inicios de la publicación hasta sus últimos años y para hablar de ella no sólo tenemos a los principales implicados en su creación como John Wagner, Carlos Ezquerra, Kevin O’Neill, Alan Grant o a los que ayudaron a impulsarla ya sean Andy Diggle, Peter Milligan, Neil Gaiman o Grant Morrison, sino también a artistas de otros medios como el cine en los casos de los directores Alex Garland y Nacho Vigalondo o el actor Karl Urban o la música representados por Scott Ian o Geoff Barrow, componentes de las bandas Anthrax y Portishead respectivamente. Con esta pequeña muestra del enorme desfile de artistas que dan su opinión, una banda sonora necesariamente punk a manos de Justin Greaves y unas animaciones brillantes diseñadas por Zebra Post y 3PS la labor de Paul Goodwin se antoja sencillamente ejemplar a la hora de abordar la estructura y desarrollo de Future Shock! The Story of 2000AD.




Tras algunas imágenes de archivo a modo de prólogo relacionadas con revueltas ciudadanas y nuevos movimientos culturales de la época la narración nos lleva directamente a unos años antes de la fundación de 2000AD con un Pat Mills que por aquel entonces colaboraba activamente en la revista Action, posiblemente el germen de la publicación que él mismo ayudaría a crear en 1977. En los primeros años de 2000AD sus autores hacen especial hincapié en que todo comenzó como un proyecto ideado por un grupo de amigos cansados de los lugares comunes por los que transitaba el cómic británico de los años 60 y 70 que se reunían en una habitación con un par de escritorios en los que comenzaron a dar vida a su criatura que crecería exponencialmente con el paso del tiempo. Desde bien pronto los impulsores de la revista encontraron la oposición de la censura debido al contenido abrasivo e iconoclasta de las historietas que se incluían en 2000AD, en este sentido curiosa es la anécdota en la que se menciona que uno de los censores que atacaba el contenido era un empleado de la industria del cine pornográfico británico.




Con la edad dorada de 2000AD llegaron los nombres de peso como Alan Moore, Neil Gaiman o Grant Morrison que dieron forma en la revista a obras como La Balada de Halo Jones, Future Shocks o Zenith marcando una etapa en la que la publicación británica alcanzó sus mayores cotas de calidad siempre manteniendo una línea editorial sustentada en un tono anarquista y visceral que, como se llega a comentar a lo largo del documental, influenció en muchos otros medios ajenos al arte secuencial como el movimiento punk que indudablemente se veía reflejado en las páginas de varias de las creaciones a manos de John Wagner, Pat Mills o Kevin O’Neill. Pero con la llegada de las grandes estrellas de 2000AD también comenzaron los problemas sobre todo cuando los autores comenzaron a solicitar sus derechos de autor con las reimpresiones del material en el que habían colaborado vivamente, de esta manera la marcha de algunos nombres clave (uno de los primeros en abandonar el barco fue Neil Gaiman) y la fuga de cerebros que tuvo lugar después de estos hechos no tardaron en crear problemas en el seno de la revista.




Porque dentro de la plana mayor de DC se encontraba una avispada editora llamada Karen Berger que era consciente del nivel de calidad y el potencial que los autores de 2000AD poseían por aquel entonces. Las declaraciones de la norteamericana acerca de guionistas como Alan Moore, Grant Morrison (curiosa la anécdota en la que narra que el mismo autor de Watchmen recomendó a Berger que contratara los servicios del escocés por considerarlo un tipo con mucho talento) o Neil Gaiman están llenas de elogios, siempre afirmando que durante los años 80 quería extrapolar relatos como los que se publicaban en 2000AD a Estados Unidos para que los lectores de su país pudieran disfrutar de ellos poniendo las primeras piedras de lo que en un futuro sería el sello Vertigo que la misma Berger afirma estar totalmente influenciado por la revista creada por Pat Mills y en el que tuvieron cabida muchos de los autores de la misma. Con los años 90 llega la decadencia coincidiendo con la etapa como editor de David Bishop y nuevas creaciones que en palabras de las viejas glorias de la publicación abordaban la sátira social y política de una manera más burda y menos subtextual dentro de géneros como la distopía y las aventuras medievales, desembocando todo en la compra de 2000AD por parte de Rebellion Developments y su etapa más reciente.




Pero el documental no sólo aborda todo el recorrido editorial de 2000AD, también hace paradas en algunas de sus publicaciones más conocidas y en sus personajes icónicos. Como es lógico Juez Dredd copa gran parte del metraje con declaraciones de sus dos creadores, John Wagner y Carlos Ezquerra, hablando de su génesis y evolución o de cómo es percibido de distinta manera por unos u otros lectores que ven en él tanto a un héroe como a un villano y haciendo una parada en las dos adaptaciones cinematográficas que hasta el momento se han rodado con Joe Dredd de protagonista, la de Sylvester Stallone con la que hay consenso con respecto a que fue un fracaso sin paliativos y la ideada por Alex Garland y Pete Travis con Karl Urban de protagonista que captaba con mucho más acierto la fiereza, que no el tono, de las historias en viñetas del personaje. En cambio más breves son los apartados dedicados a Némesis the Warlock, nacido de las mentes de Pat Mills y Kevin O’Neill, aunque con él se hacen reflexiones muy interesantes sobre religión y xenofobia, o Strontium Dog, la otra creación del tándem Wagner/Ezquerra que por desgracia sólo es mencionado de pasada.




Otra parte interesante es en la que se analiza la relación de la revista con el mundo del cine. Con respecto a Robocop se deja bien claro que es la adaptación no oficial más fiel hasta el momento de Juez Dredd, afirmando algún entrevistado que el holandés debería haber sido el director de la primera adaptación al cine del personaje, idea que un servidor secunda totalmente. También se menciona cómo un film de 1990 llamado Hardware era prácticamente un plagio de una creación de Kevin O’Neill para la revista y nuestro Nacho Vigalondo afirma que Chronocops, de Alan Moore y Dave Gibbons, fue una influencia directa a la hora de rodar su excelente ópera prima Los Cronocrímenes. Pero dentro de este apartado lo más interesante es escuchar a un tipo como Pat Mills, que no tiene pelos en la lengua, hablar de las ofertas que en su momento recibió para llevar a la pantalla grande varios de los personajes de 2000AD pero suavizando el tono sarcástico y anárquico que destilaban las viñetas, algo a lo que el guionista de Marshall Law se negó en redondo para que nadie adulterara la naturaleza virulenta y nihilista de su propia creación y así adaptarla a todo tipo de espectadores, como sucedió con la ya mencionada versión cinematográfica de Juez Dredd protagonizada por el actor de Rocky.




Aunque podía haber incidido más en temas que sólo analiza de manera superficial (interesantísimo ese intento por dar respuesta a la escasa presencia femenina en la revista a lo largo de los años con declaraciones de autoras como Leah Moore, Emma Beeby o Lauren Bekes) todo lo que podemos decir sobre Future Shock! The Story of 2000AD son alabanzas y parabienes por la valentía de Paul Goodwin a la hora de realizar un documental tan excelentemente ejecutado relacionado con una publicación mítica que necesitaba una pieza audiovisual que diseccionara su vida y milagros de manera tan concienzuda como en esta y que puede sumarse ya a otros documentales memorables de reciente factura como The Mindscape of Alan Moore, Grant Morrison: Talking With Gods, Warren Ellis: Captured Ghosts o The Image Revolution entre otros. Indispensable para los seguidores de 2000AD en particular, para los fans del mundo del cómic en general y todo aquel espectador neófito en lides del arte secuencial interesado en cómo se puede conseguir sacar adelante un producto subversivo e incómodo para las “mentes bienpensantes” dejando una profunda marca en la cultura popular de finales del siglo XX y un puñado de artistas que nos han regalado algunas de las mejores horas de ocio de nuestra vida como consumidores de tebeos.


1 comentario:

  1. Artículo publicado originalmente en Zona Negativa

    http://www.zonanegativa.com/zncine-future-shock-the-story-of-2000ad-de-paul-goodwin/

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