Título Original Doctor Strange (2016)
Director Scott Derrickson
Guión C. Robert Cargill, Scott Derrickson, Jon Spaihts, basado en el cómic de Stan Lee y Steve Ditko
Reparto Benedict Cumberbatch, Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams, Mads Mikkelsen, Tilda Swinton, Benjamin Bratt, Michael Stuhlbarg, Scott Adkins, Zara Phythian, Alaa Safi, Katrina Durden, Neve Gachev, Amy Landecker, Dante Briggins, Tony Paul West, Daniel Eghan, Annarie Boor, Jill Buchanan, Pezhmaan Alinia, Stan Lee
El éxito de cintas como Guardianes de la Galaxia o Ant-Man sirvió para que los mandamases de Marvel Studios tantearan el terreno para saber si la adaptación a imagen real de personajes secundarios del mundo de las viñetas de la Casa de las Ideas era viable de cara a la taquilla y el resultado contra todo pronóstico fue muy positivo. Gracias a la aceptación de los films de James Gunny y Peyton Reed podemos disfrutar de esta Doctor Strange con la que la división cinematográfica de Marvel ha llevado a imágenes las aventuras del Hechicero Supremo creado por el guionista Stan Lee y el dibujante Steve Ditko en el año 1963 para la colección Strange Tales y cuya vida editorial se extiende hasta nuestros días con series protagonizadas por Stephen Strange en solitario o en compañía de otros superhéroes de la afamada editorial norteamericana, todas ellas ideadas por guionistas como Roger Stern o Roy Thomas e ilustradores de la talla de Gene Colan o Mike Mignola.
Para esta traslación de las aventuras del mago más importante de Marvel Comics el productor Kevin Feige y su séquito de colaboradores solicitaron los servicios del director estadounidense Scott Derrickson, un profesional que cumple el perfil habitual buscado por la factoría de artesano que se adapta al material que ponen en sus manos, aunque en lo referido a su persona sus mayores éxitos han tenido lugar en el género de terror con Hellraiser; Inferno, El Exorcismo de Emily Rose, la primera entrega de Sinister o Líbranos del Mal, aunque también coqueteó con la ciencia ficción en el paupérrimo remake de Ultimatum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still). Al guión encontramos al mismo Derrickson, a su colaborador C. Robert Cargill o a Jon Spaihts (Prometheus) y en el reparto nombres de primer orden como Tilda Swinton (¡Ave César!), Chiwetel Ejiofor (12 Años de Esclavitud), Mads Mikkelsen (La Caza) Rachel McAdams (True Detective) encabezados todos por Benedict Cumberbatch (Star Trek: En la Oscuridad) dando vida al ínclito doctor.
Con su última producción Marvel Studios ha vuelto a conseguir un taquillazo que también ha sido muy bien recibido por la prensa especializada en líneas generales. Doctor Strange es una magnífica muestra de cine comercial, una nueva pieza dentro del engranaje del universo cinematográfico de la Casa de las Ideas que conteniendo en su interior la ya clásica fórmula de la productora añade un plus de originalidad con respecto a la mayoría de proyectos basados en personajes superheróicos con los que va a compartir universo fílmico, precisamente porque Stephen Strange no es uno de ellos, o al menos no uno al uso o en el término más ortodoxo de la palabra y este matiz de excepcionalidad es al que se aferran Scott Derrickson y sus colaboradores para narrar el origen del neurocirujano engreído y altivo que tras sufrir un accidente de tráfico que deja inutilizadas sus manos para ejercer su trabajo y con la intención de encontrar una cura a sus lesiones acaba descubriendo un mundo de artes místicas en el que se convertirá en una pieza clave para combatir las fuerzas oscuras que amenazan nuestro planeta.
Doctor Strange vuelve a ser una muestra del cuidado y la dedicación que Marvel Studios están poniendo para mantener el nivel de calidad en su ya más que asentado universo. Esta producción de 2016 trata por todos los medios de ofrecer un producto adscrito a la mejor cara del cine comercial hollywoodiense propio del siglo XXI pero sin olvidar la fidelidad a los más de cuarenta años de vida editorial del personaje de Stan Lee y Steve Ditko. Por eso con el largometraje de Scott Derrickson nos encontramos con un ejemplo prototípico de blockbuster revienta taquillas, pero que paga su deuda con el mundo de las viñetas por medio de incontables referencias a la psicodelia primigenia de las historias ilustradas por Steve Ditko, al tono más siniestro y esotérico de Gene Colan e incluso al clasiscismo bien entendido del Marcos Martin de la saga El Juramento, una de las mejores sagas de la historia reciente del personaje escrita por Brian K. Vaughan, autor de obras de culto como Ex Machina, Saga o Y: El Último Hombre. Todo eso consiguiendo una armónica convergencia entre tonos tan distintos nacidos en los cómics que en pantalla se ven totalmente cohesionados con la historia gracias a la sabia puesta en escena de la obra.
Todo el microcosmos relacionado con Stephen Strange está aquí, dosificado y concentrado para que el fandom pueda reconocerlo y el espectador neófito descubrirlo por primera vez. El Ojo de Agamotto, la Capa de Levitación, "El Anciano" (o más bien su réplica femenina) Dormammu, el Barón Mordo, Wong, todo el ideario, parafernalia mística y los roles secundarios hacen acto de presencia durante el agradecido metraje y son abordados con la fidelidad esperada. Scott Derrickson toma una puesta en escena tan impersonal como visualmente abasalladora (el clímax final es brillante técnicamente) y aunque es cierto que estilísticamente hay similitudes con la soberbia Inception de Christopher Nolan con toda esa realidad que se repliega sobre sí misma deformando y deconstruyendo la arquitectura a placer los conocedores de las viñetas saben que estos juegos narrativos y conceptuales los ofrecían los cómics del personaje protagonista hace décadas. En ese sentido los precursores del proyecta dan nuevamente muestras de haber hecho los deberes como es debido con respecto a conocer el material original en el que se sustenta la obra cinematográfica.
Benedict Cumberbatch es el rey de la velada y a lo largo de todo el metraje demuestra que nació para interpetar a Stephen Strange, aunque su aspecto físico diste mucho de ser el más parecido al de la versión en viñetas que los fans conocemos desde hace décadas. El intérprete de Khan de Star Trek; En la Oscuridad o el Alan Turing The Imitation Game ofrece de manera sabia y elegante el necesario equilibrio entre egoismo y presuntuosidad durante la primera mitad del metraje su obsesión por descubrir las artes místicas en el ecuador del relato y la reafirmación de su posición como Hechicero Supremo en la recta final donde vemos por fin al rol clásico de los cómics tomar forma en pantalla. El británico hace suyo al Doctor e incluso consigue que los pequeños apuntes de humor que utiliza la cinta en ciertas ocasiones del desarrollo de la trama no chirríen de cara al espectador o desentonen con el matiz más solemne del grueso de la obra y eso que los mismos recaen casi siempre sobre sus hombros. Será interesante verle en un futuro intercambiar diálogos con el Tony Stark de Robert Downey Jr.
Dentro de los secundarios tenemos luces y sombras y no precisamente por la labor del magnífico reparto. En cuanto a los aciertos tenemos el mayúsculo de haber dado el papel de "La Anciana" a una enorme Tilda Swinton que una vez más explota al máximo su físico de naturaleza casi andrógina transmitiendo a la platea la templanza, ambigüedad y el estar creyéndose en todo momento un papel con unos poderes sobreesdrújulos en las antípodas de los roles que suele interpretar. Muy buen trabajo también de Chiwetel Ejiofor con el germen de lo que en entregas posteriores puede ser un gran Barón Mordo, Benedict Wong da con mucho oficio la réplica al protagonista de Benedict Cumberbatch y aunque entre en la galería de villanos poco perfilados y aprovechados el Kaecilius de un siempre magnífico Madds Mikkelsen tiene la suficiente presencia física y transmite los niveles justos de amenaza como para que su personaje no sea desdeñable. La peor parte se la lleva Rachel McAdams que dando vida a Christine Palmer queda reducida al típico prototipo femenino propio de la ficción cinematográfica comercial americana que no deja de ser un añadido para inyectar más dramatismo al masculino.
Aunque sigue casi a pie de la letra la "fórmula Marvel Studios" sin salirse demasiado por la tanjente esta vez Kevin Feige y sus asalariados han sabido ofrecer algo más original y atípico dentro del Universo Cinematográfico de la Casa de las Ideas como en su momento hicieron la inesperadamente autoparódica Iron Man 3 de Shane Black o la gamberra y macarra Guardianes de la Galaxia de James Gunn. Scott Derrickson y sus colaboradores han ejecutado perfectamente su labor de mostrarse como competentes artesanos colaborando por un bien (lúdico y económico) mayor y tanto la taquilla como la prensa especializada han respondido muy positivamente. Menos conservadora que la por otro lado potente Capitán América: Civil War, mucho más compacta que la divertida pero intrascendente Escuadrón Suicida y más rupturista que la continuista pero recuperable X-Men: Apocalipsis Doctor Strange sería la película inspirada en cómics del año si no fuera porque a día de hoy todavía mi corazón se va volando con cierto mercenario canadiense pansexual y con graves problemas cutaneos que dificlmente perderá durante lo que queda de 2016 el título de mejor cinta protagonizada por ¿superhéroes? de la temporada.
Crítica originalmente publicada en un artículo colectivo de la web Zona Negativa
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