Título Original Rise of the Planet of the Apes (2011)
Director Rupert Wyatt
Guionista Rick Jaffa y Amanda Silver basado en la novela de Pierre Boulle
Actores James Franco, Andy Serkis, Freida Pinto, Brian Cox, John Lithgow, Tom Felton, David Oyelowo, Tyler Labine, Jamie Harris, David Hewlett
Precuela o reboot (la palabra de moda, sobre todo en el mundo del cómic) del mítico clásico de la ciencia ficción El Planeta de los Simios dirigido por Franklin J. Schaffner en 1968 que adaptaba la novela del escritor francés Pierre Boulle y que dio pie a varias secuelas, series de televisión y hasta un remake a manos de Tim Burton en 2001. Esta entrega de reciente factura en parte toma prestada la premisa de La Rebelión de los Simios (Conquest of the Planets of the Apes), cuarta entrega de la saga cinematográfica estrenada en 1972 y dirigida por J. Lee Thompson.
Con una pre producción que no dio casi nada que hablar, un trailer que se estrenó de tapadillo con una par de escenas que nos parecían ridículas (la del simio espiando a la pareja de humanos mientras dormían) y mucha criatura digital, pocas esperanzas se tenían en un proyecto como esta Rise of the Planet of the Apes que finalmente no sólo ha supuesto uno de los sleepers más rotundos del 2011, también puede considerarse una de las mejores cintas comerciales de este año y una magnífica revitalización de la ya extensa y añeja franquicia.
Will Rodman (James Franco) es un joven científico que está realizando experimentos con primates para dar con una cura para la enfermedad neuronal que afecta a su padre (John Lithgow). César (un digitalizado Andy Serkis) parece el simio que mejor responde al tratamiento, Will decidirá quedarse con él para seguir tratándolo de manera extraoficial. Más tarde la inteligencia de César llegará a niveles tan altos que conseguirá pensar de manera independiente llevando a cabo a los actos que más tarde darían forma a los hechos acontecidos en el film de 1968.
El Origen del Planeta de los Simios se puede resumir en cuatro palabras, cine comercial de calidad. La cinta del debutante Rupert Wyatt auna celuloide palomitero con una historia interesante, adulta y que si bien transita caminos vistos previamente en cientos de productos cinematográficos (mensaje ecologista, advertencia sobre los peligros del uso desmedido de la biotecnología) aquí son tratados con acierto, pericia y hasta cierta hondura, consiguiendo, como más destacado logro algo tan meritorio como dar profundidad y verismo a un personaje digital que devora la pantalla convirtiéndose gracias a ello en el mayor acierto del film.
Una intachable producto para el gran público que a pesar de utilizar efectos digitales en la mayoría los planos de su ajustado metraje en todo momento los supedita enteramente al discurrir de la historia que está narrando. Practicamente todos los simios que aparecen en el largometraje están realizados con el formato motion capture, pero no por ello dichos personajes no humanos pierden veracidad o fiereza en sus movimientos y acciones, llegando incluso a transmitir verdaderas sensaciones palpables y notorias para el espectador, sobre todo en lo referente al rol principal de César.
Alguien debería inventar el Oscar al mejor actor digitalizado para darle uno a Andy Serkis de una vez, porque desde su Gollum de Las Dos Torres y El Retorno del Rey, su King Kong de la versión de Peter Jackson o su Capitán Haddock de la reciente Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio ha demostrado ser todo un genio de la interpretación física retocada en post producción. El papel de César es lo mejor de Rise of the Planet of the Apes y aunque no le vemos el rostro al intérprete británico es innegable la personalidad, pasión y dinamismo que insufla a una criatura a la que convierte en un héroe y martir con el que el espectador empatiza al 100% y sin reservas desde que aparece por primera vez en pantalla.
Según parece el poco conocido realizador nacido en Reino Unido, Rupert Wyatt, luchó contra directores más célebres y reputados para hacerse con la batuta de este proyecto que finalmente ha rematado con una profesionalidad intachable. El cineasta tiene el suficiente talento para anteponer las emociones (ojo, volviendo a recordar que hablamos de una cinta con sus personajes más importantes recreados por medio de CGI) al fuego de artificio y gracias a ello sólo peca da la hora de coreografiar de manera un poco aparatosa los recorridos e itinerarios de César cuando se balancea por árboles o edificios, ya que el resto de su trabajo detrás de las cámaras es de nota.
Dentro de momentos memorables destacar a César dibujando en su celda la ventana del sótano de la casa de Will (decente pero poco destacable James Franco) que representaba su escape al mundo exterior o toda la interpretación de un gran John Lithgow que puede dar vida con la misma naturalidad a un asesino despiadado (su especialidad desde siempre) que a un anciano enfermo del Alzheimer. Tampoco debemos olvidarnos del pasaje de la decisión de César cuando su dueño viene a liberarlo de su cautiverio (lugar custodiado por unos cabrones Brian Cox y Tom Felton), la elipsis narrativa de seis años por medio de la escalada al enorme árbol o el clímax en el que se confirma por medio de la palabra la inteligencia inusual del primate que al igual que el Roy Batty de Blade Runner se muestra más humano que los propios seres humanos.
Un producto interesante, que deja en pañales al entretenido pero insípido remake de Tim Burton (sigo pensando que no era una buena pelicula, pero tampoco tan mala como la pusieron) y que revitaliza una saga bastante aletargada que bien mirada con el tiempo, nunca debió existir como tal más allá de la cinta primigenia que tenía todos los ingredientes para convertirse en un clásico dentro de su género. Esta Rise of the Planet of the Apes no marcará época, pero sí puede considerarse un proyecto competente que supera con amplitud la media del cine revientataquillas norteamericano actual.
También destacaría los homenajes que hacen a la cinta original, sobretodo al mítico momento en que Cesar habla por primera vez, pues les quedo espectacular y les podía haber quedo espectacular y yo me temía una chapuza como una catedral.
ResponderEliminarLo peor, la chica florero, la relación amorosa que no hay por donde cogerla y algún detalle más que no enturbian una buena peli
Hay muchas referencias a la saga original, no las he mencionado para no alargarme y sí, el papel de la guapa Freida Pinto no añade nada y viene a sumarse a esa fiebre enfermiza que tiene Hollywood de meter por cojones una relación amorosa en todo lo que rueda, cuando a veces sobra o no aporta nada a la trama, como es el caso.
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