jueves, 31 de mayo de 2018

Han Solo: Una Historia de Star Wars



Título Original Solo: A Star Wars Story (2018)
Director Ron Howard
Guión Lawrence Kasdan y Jonathan Kasdan
Reparto Alden Ehrenreich, Emilia Clarke, Woody Harrelson, Donald Glover, Thandie Newton, Paul Bettany, Phoebe Waller-Bridge, Warwick Davis, Clint Howard, Richard Dixon, Joonas Suotamo, Sarah-Stephanie, Deepak Anand, Slim Khezri, Ian Kenny, Douglas Robson, Omar Alboukharey, Sean Gislingham, Nathaniel Lonsdale




Cuando todavía no se ha cumplido medio año del estreno de la rupturista y muy polémica Star Wars Episodio VIII: Los Últimos Jedi llega a pantallas de todo el mundo una nueva entrega de la franquicia creada por George Lucas en 1977. En esta ocasión se trata del segundo spin off desde que Disney comprara los derechos de Lucasfilm y reactivara la saga de ciencia ficción más importante de la historia del séptimo arte. Después de la excelente Rogue One: Una Historia de Star Wars de 2016 que nos hizo testigos de la aventura emprendida por Jyn Erso y sus colaboradores para robar los planos de la Estrella de la Muerte llega la, posiblemente, apuesta más arriesgada y temeraria relacionada con el universo diseñado por el autor de American Graffiti. Han Solo: Una Historia de Star Wars sufrió una producción problemática desde su misma gestación, algo inherente en varios de los nuevos proyectos impulsados por Kathelyn Kennedy y sus socios dentro de este universo. Los directores encargados de llevar a imágenes el largometraje centrado en los años de juventud del mítico piloto del Halcón Milenario fueron en principio Chris Miller y Phil Lord ayudados por un guión de Lawrence Kasdan, habitual de la casa, y su hijo Jonathan Kasdan. A los cuatro meses de rodaje los autores de La LEGO Película e Infiltrados en Clase (21 Jump Street) de manera repentina fueron despedidos por los jefazos de Disney por importantes diferencias creativas y tomando el relevo de la pareja Ron Howard que desde ese mismo momento ocupó el lugar detrás de las cámaras. El reparto de actores del accidentado film está formado por Alden Ehrenreich en la piel del protagonista, Emilia Clarke, Woody Harrelson, Paul Bettany, Thandie Newton y Donald Glover dando vida a un rejuvenecido Lando Calrissian.




Han Solo: Una Historia de Star Wars es una película de aventuras clásica adscrita con fidelidad al canon impuesto por la franquicia y tan eficiente en todos sus aspectos como ligera en fondo y forma a pesar de la aparatosidad de su naturaleza cinematográfica. Este segundo spin off es una amalgama de space opera, western, relato de aventuras y a la hora de compactar estas diferentes influencias lo hace de manera notablemente competente y cohesionada. Después de una pieza tan arriesgada como Star Wars Episodio VIII: Los Últimos Jedi (que fue un gran éxito, pero también motivo de agria controversia para gran parte del fandom y el público generalista) los responsables de Lucasfilm han decidido volver a cierta zona de confort sin arriesgar demasiado en el proceso y más si tenemos en cuenta que nos referimos a un film en el que conocemos las primeras andanzas de uno de los personajes más queridos de la franquicia, ese Han Solo al que dio vida hasta en cuatro ocasiones un excelente Harrison Ford despidiéndose de su criatura en Star Wars Episodio VII: El Despertar de la Fuerza el pasado año 2015. En este sentido el largometraje de Ron Howard se muestra respetuoso hasta lo intachable a la hora de formularse como precuela de la primera trilogía ideada por George Lucas y de este modo se ve algo encorsetada y conservadora estructural y tonalmente, algo lógico por el origen complicado de una propuesta como esta que se adentraba en terrenos presumiblemente incómodos.




Para que Solo: A Star Wars Story funcionara a la hora de adherirse de manera adecuada al microcosmos ficcional al que pertenece los responsables del proyecto encomendaron la escritura del guión a un viejo conocido como Lawrence Kasdan, en esta ocasión acompañado de su hijo Jonathan Kasdan, que después de firmar hasta tres entregas es seguramente, después del mismo George Lucas, la persona que mejor conoce la idiosincrasia y el contexto en el que se desarrolla la franquicia que le dio fama como libretista que más tarde se adentraría en la dirección cinematográfica con piezas como Fuego en el Cuerpo, Silverado o Wyatt Earp entre otras. La mano de los Kasdan se percibe a la hora de retratar señas de identidad indivisibles a Star Wars en general y a la trilogía original en particular. Mercenarios, cazadores de recompensas, ladrones, la sombra del Imperio siempre sobrevolando una galaxia esclavizada por sus ínfulas dictatoriales e historias pequeñas que son las que realmente cimentan la esencia de un devenir de acontecimientos que se desarrolla de manera orgánica y a un ritmo más que adecuado en el que convergen los pasajes de acción a escala épica y los que tienen las interacciones de los personajes como núcleo central, apelando a una alternancia muy bien medida entre cierto drama no muy solemne y una tendencia al humor que encuentra en los personajes secundarios sus principales valedores. Un guión al que sólo se le puede achacar la previsibilidad de la que hace gala de principio a fin por culpa de tirar demasiado de manual para su construcción narrativa.




Con respecto a la labor de Ron Howard como director en Han Solo: Una Historia de Star Wars es de recibo mencionar que embarcarse en un proyecto de dimensiones tan bestiales al cuarto mes de rodaje cuando los responsables originales habían abandonado la nave debió suponer un quebradero de cabeza para el autor de Una Mente Maravillosa. Pero el oficio de un artesano curtido en mil batallas hace acto de presencia y aunque todos hemos hecho mofa con él en muchas ocasiones por ser un cineasta blando que normalmente se adentra sin miramientos en la sensiblería podemos afirmar que gracias a sus conocimientos de la maquinaría hollywoodiense y los engranajes que deben hacer funcionar adecuadamente blockbusters de todo pelaje su labor como jefe de orquesta en la última producción de Star Wars es adecuada y muy eficiente en todos sus aspectos. Howard es un perro viejo que lleva facturando superproducciones desde los años 80 y eso se deja notar en la soltura con la que compacta las escenas de acción a gran o pequeña escala, el cariño que profesa por unos personajes interpretados por unos actores que en todo momento se sienten protegidos por él y una puesta en escena, en líneas generales, que sabe aprovechar al máximo el material narrativo que tiene entre manos, así como un diseño de producción mastodóntico en el que se dan la mano efectos especiales prácticos con digitales, una dirección artística tan descomunal como fiel a la cronología a la que se adscribe dentro de la saga cinematográfica y un bestiario interminable de razas intergalácticas que nos retrotraen a la trilogía primigenia de los años 70 y 80 y con el que los equipos de maquillaje y vestuario hacen un trabajo remarcable.




Algo en lo que todo el mundo estaba de acuerdo antes del estreno Solo: A Star Wars Story es en la importancia de sus personajes y los actores que les iban a dar vida, haciendo especial hincapié en los que interpretarían a las versiones rejuvenecidas de los ya conocidos dentro de la creación de George Lucas. Después de alarmas, sudores fríos y ataques furibundos lanzados antes de ver una sola imagen del film contra Alden Ehrenreich podemos afirmar que su labor es encomiable y muy digna. El Hobie Doyle de la decepcionante ¡Ave César! acomete su versión de Han Solo con un dinamismo digno de elogio, aportando la sorna y la volatilidad que exige un rol tan icónico y aunque su composición queda a años luz de la de Harrison Ford aguanta el envite con profesionalidad y bastante solvencia. Emilia Clarke se esfuerza porque el papel de Qi’ra transmita elegancia y fuerza, pero la británica no consigue destacar en demasía cuando el encuadre repara en su presencia y su química con Ehrenreich es muy cuestionable. Mucho mejor abordan Donald Glover su canallesco y trilero Lando Calrissian o Woody Harrelson a un Tobias Beckett que da origen a los trucos de cazarrecompensas que Han aprendió de él con el paso de los años. Por otro lado mencionar para bien a Paul Bettany que a pesar de sus escasos minutos en pantalla y nimio desarrollo de su rol roba no pocos planos al resto de personajes como Dryden Vos y Joonas Suotamo enfundado en el traje de Chewbacca e interactuando de manera impecable con el protagonista. Pero lo más curioso con respecto a este apartado es que son dos creaciones digitales, L3-37 y Rio Durante, los que se ganan el corazón del espectador con pasajes, acciones y diálogos que los convierten en lo mejor de la velada.




Han Solo: Una Historia de Star Wars es un producto competente y agradable, que abraza la aventura clásica al estilo de la trilogía original o la saga de Indiana Jones sin buscar más aspiración que entretener al público en general y al fan de La Guerra de las Galaxias en particular. Con un ojo en la imaginería diseñada en su origen por George Lucas y otro en Firefly y Serenity (la influencia de la creación de Joss Whedon es más que notable, llegando a emularse en el film pasajes casi arrancados de algunos de sus episodios como la secuencia bélica inicial o el robo del cargamento de coaxium) Ron Howard, los Kasdan y el reparto de actores han conseguido salir airosos de un proyecto repleto de problemas, retrasos y mil y un obstáculos. Por desgracia esto no se ha visto reflejado en la taquilla durante un primer fin de semana en el que el largometraje ha quedado muy lejos de los cálculos que los productores habían realizado con respecto a la recaudación local e internacional convirtiendo su estreno en el peor de un film de la franquicia desde que Lucasfilm pertenece a Disney. Malas noticias para una cinta merecedora de una mejor acogida abriendo un abanico de posibilidades bastante amplio para haber sido explotado en unas futuras secuelas que desde ya penden de un fino hilo. No sabemos si estos malos resultados se deben a la decepción que supuso la anterior entrega para gran parte de los fans, a la sobreexplotación cinematográfica de la marca, dos películas en menos de seis meses puede que sea demasiado, a la dura competencia en cartelera (Vengadores: Infinity War todavía colea y Deadpool 2 se estrenó hace diez días) o a que no cubre los mínimos exigidos a un proyecto de su envergadura, pero el que esto suscribe sólo puede recomendarla como la estimable muestra de cine de entretenimiento y evasión que es.





1 comentario:

  1. Reseña publicada originalmente en Zona Negativa.

    http://www.zonanegativa.com/zncine-critica-de-han-solo-una-historia-de-star-wars-de-ron-howard/

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